Empezó hace dos décadas moviendo fardos de hachís en coche y ahora figuraba en lo más alto de las estructuras del narcotráfico internacional. Fikri Amellah estaba sentado en el salón de su guarida en Barcelona, pertrechado con cinco teléfonos y una libreta, repleta de anotaciones manuscritas.
En ella figuran múltiples datos de operaciones en marcha cuando la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil irrumpió en la vivienda con la intención de apresarle. Llevaban tiempo tras los pasos de un tipo al que se percibe ya, presuntamente, como uno de los grandes capos encargados de surtir de hachís y cocaína a los clanes que dominan el panorama criminal en España.
Con su detención en Barcelona se ponía fin a la fuga de uno de los narcotraficantes más buscados a nivel internacional, y se daba por desmantelada una organización dedicada al blanqueo de capitales y al tráfico de drogas a escala mundial.
Es a él a quien los agentes apuntan como el presunto responsable de la introducción de 4.360 kilos de hachís este pasado otoño a través del puerto de San Pedro del Pinatar (Murcia), ocultos en un barco pesquero de la zona.
También es la persona detrás de los 1.800 kilos interceptados en Lugo el pasado mes de febrero a bordo del mercante Nehir, cuyos tripulantes terminaron hundiendo frente a las costas gallegas antes de caer en manos de Guardia Civil, Policía Nacional y Agencia Tributaria. También coordinó y gestionó la introducción de una tonelada de cocaína en las costas de Marruecos, hace ya tres años.
A Fikri, de nacionalidad marroquí, los investigadores de la UCO, consultados por EL ESPAÑOL, le encontraron en el apartamento junto a varios miembros de su familia. Tras dos años de pesquisas, los investigadores han conseguido obtener las evidencias suficientes para desmantelar este clan familiar, oculto cerca de Montjuic.
Intervinieron en torno a un millón de euros en efectivo, 10 vehículos de alta gama, una embarcación, relojes y joyas valoradas en más de 3 millones de euros, así como 18.000 en Lotería Nacional para el próximo sorteo de Navidad.
Gracias a las intervenciones de EUROPOL, que ha colaborado en esta operación, los agentes habían logrado tener acceso a los servidores encriptados de telefonía, de manera que lograron dar con pruebas de algunas de las operaciones en las que Fikri había jugado un papel fundamental. En los teléfonos encriptados de este gran capo localizaron conversaciones con las que se demostraba cómo estaba invirtiendo en viajes "de hasta siete toneladas de cocaína".
Tenían identificados varios de sus terminales. De ese modo, según los agentes de la investigación, tras convertirse en el gran proveedor de hachís hacia la península había aprovechado esas mismas redes ya extendidas durante los últimos años para meterse en el negocio de la cocaína. En ese sentido, en las rutas entre España y Marruecos, estaba jugando ya un papel fundamental.
Los 'Castañas'
Tan predominante y crucial se había convertido Fikri que sus aliado en la península no eran unos cualquiera. Sin ir más lejos, era él quien se encargaba de suministrar droga a los principales clanes españoles de tráfico de hachís, entre ellos el clan de Francisco y Antonio Tejón, conocidos como 'Los Castañas', y el de Abdellah el Haj Sadek el Menbri, más conocido como el 'Messi' del hachís. Los llamados reyes del Estrecho.
Aprovechando su amplia experiencia en el tráfico de hachís desde Marruecos a la península, donde contaba con esa gran red de embarcaciones -tipo gomas- y una enorme red logística de distribución, Fikri comenzó a traficar con cocaína utilizando los métodos clásico establecidos para la introducción del hachís.
Pero Fikri intentaba que los suyos no se manchasen demasiado las manos. Que una eventual operación no pudiera tocarles y ponerles en el foco de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad. De esta manera, acabó haciéndose con la logística del transporte de cocaína con destino a España desde África.
La droga llegaba y a medio camino una embarcación amiga salía a buscar a la que transportaba el cargamento, se hacía el cambio y luego se ocultaba en tierra en guarderías de confianza en Marruecos. Afianzaba así el auge de la ruta africana del tráfico de cocaína, una senda cada vez más concurrida y empleada por las distintas organizaciones criminales.
Fue el Grupo Central Antidrogas de la UCO de la Guardia Civil la que comenzó la investigación a principios del año 2020. Ya entonces le tenían en la diana como el principal proveedor de hachís desde Marruecos a la península.
Vida tranquila
Mientras todo funcionaba, él llevaba una vida tranquila en Barcelona. Sin la ostentosidad de otras épocas o de sus vacaciones y viajes de lujo, en las cuales el alquiler de yates, hoteles y vehículos de muy alto nivel, o incluso con el uso de relojes de algunas de las marcas más exclusivas con series limitadas (hasta 800.000 euros), estaban a la orden del día.
En el momento de su detención, a Fikri le sorprendieron en el salón de su casa con cinco dispositivos de telefonía móvil conectados y dos cuadernos de anotaciones. Al más puro estilo Sito Miñanco, coordinando allí mismo distintas operaciones simultáneas en alta mar.
Ya preso se le intervinieron inhibidores, pistolas detonadoras, teléfonos satelitales, varios dispositivos encriptados de comunicación, así como varios establecimientos a través de los cuales blanqueaban las ganancias de la
actividad delictiva, habiéndose bloqueado cuentas, inmuebles y distintos bienes en el extranjero. Junto a él cayeron 17 personas, 11 de ellas de nacionalidad española y 6 marroquíes. Se realizaron un total de 16 registros entre Barcelona, Pontevedra y Cádiz.