La pandemia de la Covid-19 se ha convertido en un factor acelerador que ha transformado por completo las principales dinámicas globales que afectan a la seguridad. Por eso, el Gobierno ha decidido adelantar un año la aprobación de la nueva Estrategia de Seguridad Nacional. La Ley de Seguridad Nacional establece que esta planificación debe cambiar cada 5 años, pero la magnitud de la situación sanitaria a nivel mundial han obligado a actualizarla cuanto antes.
De esta manera, según el documento al que ha otorgado el visto bueno el Consejo de Seguridad Nacional, el Gobierno destaca que entre las próximas actuaciones figurarán algunas como la modernización del sistema de vigilancia epidemiológica, el desarrollo de un Plan Integral de Seguridad para Ceuta y Melilla, la elaboración de una Estrategia Nacional de lucha contra las campañas de desinformación o la creación de una Agencia Espacial Española con una componente dedicada a la Seguridad Nacional.
La gestión de crisis del Sistema de Seguridad Nacional debe contar, sostiene el informe completo, con un sistema de información que sirva "para el apoyo a la decisión basado en el análisis de indicadores". Ese sistema debe proporcionar una alerta temprana sobre los riesgos y amenazas a la Seguridad Nacional.
En segundo lugar, requiere una red de comunicaciones segura, que permita integrar la información y ofrecer una respuesta desde una estructura de mando y control nacional. En tercer lugar, es necesario disponer de un catálogo actualizado de recursos humanos y materiales y de planes de preparación y disposición de estos para hacer frente a las situaciones de crisis.
Esa nueva estrategia sostiene que la dependencia del exterior en el suministro de recursos estratégicos supone "una vulnerabilidad" que se ha de paliar con una adecuada política industrial, tanto a nivel nacional como europeo, que apoye la capacidad de producción de recursos nacionales. Algo de lo que Europa ha adolecido en las peores fases de la pandemia a nivel de recursos sanitarios.
Entre las medidas de carácter sectorial que se implantarán con esta nueva Estrategia de Seguridad Nacional, figura los avances en la lucha contra las epidemias y las pandemias. Estas situaciones demandan una modernización del sistema de vigilancia epidemiológica nacional. A juicio del informe, esta es una de las conclusiones aprendidas en la gestión de la pandemia del coronavirus.
Actualizar sistemas
"Es necesario actualizar el sistema de vigilancia nacional de Salud Pública para permitir una respuesta ágil y acertada", continúa. Según asegura esta nueva estratagema, en el Sistema Nacional de Protección Civil, la consolidación de estructuras funcionales y redes de coordinación, junto con la asignación de los recursos necesarios, "contribuirán a fortalecer la gestión de emergencias y catástrofes", de acuerdo con lo establecido en el Plan Estatal General de Emergencias de Protección Civil.
Para mejorar la respuesta en estas situaciones será crucial "asegurar el intercambio de información permanente y en tiempo real entre el Sistema Nacional de Protección Civil y el Sistema de Seguridad Nacional". Esto, en caso de que tenga lugar una catástrofe.
2º Guerra Mundial
"La pandemia -indica el informe-, ha sido el evento con mayor impacto global desde la Segunda Guerra Mundial, con grave afectación a la salud, la economía y la seguridad". Por eso, aun cuando se hayan superado todos sus efectos, los autores de este documento consideran que sus secuelas perdurarán y mantendrán "la interdependencia del mundo actual, que contribuye a generar vulnerabilidades y a menudo actúa como factor multiplicador de las amenazas a medio y a largo plazo".
Hace ya un tiempo, el exdirector de gabinete de Presidencia del Gobierno, Iván Redondo, anunció que se adelantaría su revisión para adaptarla a la actualidad. Pronunció esas palabras el pasado mes de julio. Ahora el Ejecutivo argumenta que los objetivos de la nueva estrategia son avanzar en materia de gestión de crisis, favorecer la seguridad de las capacidades tecnológicas y los sectores estratégicos y desarrollar la capacidad preventiva, de detección y de respuesta frente a las amenazas híbridas.
Para ello, el Gobierno prevé elaborar un catálogo de recursos de los sectores estratégicos que puedan ser puestos a disposición de las autoridades competentes y redactar planes de preparación y disposición de recursos.
También desarrollará un sistema de indicadores críticos para la elaboración de un Sistema de Alerta Temprana y se compromete a adoptar soluciones de inteligencia artificial para la evaluación de la situación de seguridad y el apoyo al análisis estratégico.
Producción y distribución
Las dificultades experimentadas por los organismos internacionales para la toma de decisiones y las tensiones surgidas en relación con la producción y distribución de material sanitario, fármacos o vacunas dirigidos a combatir la enfermedad han contribuido, asegura el Departamento de Seguridad Nacional, a "intensificar fricciones geopolíticas existentes y, en determinados casos, a dificultar la cooperación internacional".
Un aspecto crucial que se ha puesto de manifiesto es la fragilidad de las cadenas de suministro global de determinados recursos estratégicos. También queda patente tras los casi dos años en los que se prolonga ya la pandemia "la necesidad de disminuir el grado de dependencia del exterior de recursos esenciales para garantizar su accesibilidad en todo momento".
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