Pablo Iglesias siempre ha tenido un especial interés por los medios de comunicación. Lo dejó claro en 2013, antes de fundar Podemos, durante una charla universitaria: "Si el Gobierno depende de ti, tú tienes que exigir un mínimo de horas [de televisión]. Eso vale más, con todos los respetos, que la consejería de Turismo; para ti la consejería de Turismo. A mí dame los telediarios", manifestó.
El Iglesias de aquel 2013, que pedía para sí los telediarios y criticaba la existencia de medios privados, no imaginaba que el Iglesias de 2022 —tras haber entrado y salido de La Moncloa y ya sin coleta— iniciaría el año anunciando "un puto podcast". Su podcast.
Este jueves, en sus redes sociales, el exvicepresidente del Gobierno dio a conocer La Base, con un vídeo, interpretado por él mismo, y en el que finge telefonear al "camarada presidente" Nicolás Maduro para que financie su proyecto. "Venga, qué cojones. Si lo van a decir de todas formas, que esta vez sea verdad", dice antes de simular la llamada al dirigente venezolano.
En un comunicado, el diario Público —propiedad de Jaume Roures, cuya sección audiovisual difundirá el podcast— ha desvelado los tres ingredientes que tendrá esta nueva aventura mediática de Iglesias: "Debate, análisis político y humor". Y su intención: "Aportar pluralidad al panorama de la comunicación en España con un espíritu irreverente, crítico y transformador".
No es la primera vez que Iglesias colabora con Roures. El otrora secretario general de Podemos dirigió Otra vuelta de Tuerka, que difundía el grupo del empresario catalán. De hecho, La Base no es sino un reset de aquel programa de entrevistas y ha empezado a utilizar sus perfiles en redes sociales. En Otra vuelta de Tuerka, Iglesias conversó con, entre otros, el propio Jaume Roures, el asesor Iván Redondo o el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero.
La "cloaca mediática"
Lo de Iglesias con los medios es una relación de amor-odio. Durante sus años en política no fueron pocas sus alusiones a la "cloaca mediática", a la que acusaba de "fabricar noticias falsas" contra Podemos. E incluso de "intentar sacar" al partido del Gobierno. Eran tiempos en los que los "cañones mediáticos del poder" se dedicaban a boicotear las aspiraciones de su formación.
Para "mirar de tú a tú a la cloaca mediática", Iglesias arropó en 2020 el lanzamiento de La Última Hora Noticias!, una web afín al partido encabezada por quien fuera su asesora durante sus años de eurodiputado, Dina Bousselham. En ella son frecuentes los señalamientos a periodistas incómodos para el partido, las loas a la gestión de Podemos, los ataques a "jueces de ultraderecha" o las denuncias contra la "manipulación informativa".
En agosto de 2021, apenas cuatro meses después de que Iglesias abandonara la política tras sus malos resultados en el 4-M, la revista CTXT anunció que contaría con él en su plantel de columnistas. Ese mismo mes, la emisora RAC1, propiedad del Grupo Godó (también dueño del diario La Vanguardia) le anunció como tertuliano.
Días después, pregonó su participación en una tertulia en la Cadena SER junto a la exvicepresidenta Carmen Calvo, con la que compartió gobierno, y el exministro del PP Juan Manuel García-Margallo.
El pasado enero, acusaba a la agencia de noticias Europa Press de "radicalizarse hacia la derecha" por informar sobre la propuesta del PP de suprimir el Ministerio de Consumo que encabeza Alberto Garzón.
Iglesias y la TV
Gran parte de su popularidad inicial se la debe Pablo Iglesias a la televisión. En mayo de 2013 se estrenó como tertuliano en El Gato Al Agua, de la cadena Intereconomía, donde el rótulo bajo su imagen le presentaba como "simpatizante del 15-M" y el presentador, como profesor de Políticas de la Universidad Complutense.
En su primera intervención en el programa, Iglesias agradeció a la cadena que le hubiese permitido "cruzar las líneas enemigas y charlar en territorio comanche". El presentador le interrumpió para considerarle "muy bienvenido a esta, su casa". "Cordiales enemigos, como siempre", repuso Iglesias.
Mientras discutía sobre los escraches a políticos —sin imaginar que unos años después los sufriría— hizo célebres sus rifirrafes con, entre otros, Federico Jiménez Losantos y Alejo Vidal-Quadras.
Ya en esa fecha, Iglesias dirigía La Tuerka, un programa amateur y diario que emitieron varias cadenas pertenecientes a la Asociación de Televisiones Locales de la Comunidad de Madrid: primero, Tele K Vallecas y después, Canal 33 Madrid. El espacio anunció su fin en 2017, ya reconvertido en Otra vuelta de Tuerka y emitido, de forma semanal, por Público TV. A uno de ellos acudió Isabel Díaz Ayuso, a la sazón de diputada rasa por Madrid.
Sin embargo, su coronación en la caja tonta llegaría en mayo de 2013 con su primera aparición en La Sexta Noche, donde debatió sobre la Ley Wert.
"Este es un sistema [educativo] con el que tu partido tira a la cuneta a uno de cada cuatro españoles", le dijo entonces uno de los periodistas participantes en el programa. "¿De qué partido soy yo?", le replicó Iglesias. "Suponía que estabas en el PSOE", obtuvo por respuesta. "No... No estoy en el Partido Socialista", replicó Iglesias dibujando una ligera sonrisa en su rostro.
A su "admirado" Jordi Évole, Iglesias le concedió una entrevista en 2014 en Salvados: "Molaría tener un programa de televisión si fuera presidente del Gobierno", le dijo. Évole participa en el vídeo de presentación del podcast La Base.
En noviembre de 2013, Iglesias definió el periodismo, citando al activista antiglobalista Luca Casarini, como "un arma que sirve para disparar".
"Que existan medios privados ataca la libertad de expresión", llegó a asegurar en dicha entrevista, concedida a Galiza Ano Cero. "Al periodismo se le puede rodear de todas las flores y honores que queramos, [decir que es] una profesión honrosa, clave para que exista democracia, [que] los medios de comunicación son la garantía de la pluralidad y la libertad de expresión y todas las bellezas que queráis, pero son armas (...), dispositivos de producción ideológica (...), un privilegio de los ricos", insistió.
"Y el problema que tenemos los de abajo es que no tenemos apenas armas de esas", recalcaba el Iglesias de 2013, aún con coleta, pero, por entonces, sin esos dispositivos de producción ideológica que en 2022 tiene tan a mano.