El exministro Rodolfo Martín Villa se ha pronunciado por primera vez después de que la justicia argentina revocase su procesamiento por delitos de lesa humanidad por falta de pruebas. Martín Villa ha asegurado que pudo "ser responsable político y penal" de los homicidios y torturas cometidos en los años 70 pero ha negado la existencia de un "plan sistemático, deliberado y generalizado" para la eliminación del contrincante político.
Así se ha expresado el otrora titular de Interior en un desayuno informativo recogido por Europa Press, la que fue su primera intervención después de que la Justicia argentina revocase su procesamiento en diciembre al entender que no existían "pruebas directas o indirectas, indiciarias, variadas y/o unívocas compatibles" de los delitos de lesa humanidad que se le atribuían.
En concreto, al exministro se le acusaba de permitir el asesinato del joven Arturo Ruiz en 1977, de la masacre del 3 de marzo en Vitoria donde murieron cinco obreros, de la represión policial en los Sanfermines de 1978 y de cinco muertes durante la Semana Pro amnistía de mayo de 1977.
"Hubiera sido posible que en un rapto de locura hubiera podido ser el autor material. Lo que no era posible es que yo formara parte de algunos gobiernos, en concreto de la Transición, que urdieron un plan de aterrorizar a los españoles partidarios de un Gobierno democrático", ha sostenido.
A su juicio, "decir" que los dirigentes de los primeros gobiernos de la democracia se dedicaban a eliminar a "las personas más representativas de aquella etapa" es una "mentira que tiene las patas muy cortas". "No tiene sentido que se use en la querella esa palabra cuando, si la Transición tuvo un enemigo, fue el terrorismo", ha añadido.
La Sala Segunda de la Cámara Criminal y Correccional Federal de Argentina declaró la "falta de mérito" para procesar al exministro, pero también para archivar por completo el procedimiento en su contra. Así, los magistrados explicaron que "la ley impone la adopción de un temperamento expectante, hasta tanto la pesquisa arroje respuestas en uno u otro sentido, sobre los interrogantes en pie".
"Espectáculo Kafkiano"
Martín Villa, que ha calificado todo lo que ha rodeado a la querella como un "espectáculo kafkiano", ha dejado claro que no ha "perdido un minuto de sueño" con las decisiones judiciales en el país sudamericano, por lo que continuará abordando "con toda tranquilidad" las posibles decisiones a futuro.
Así, el exministro ha hecho un repaso detallado de la causa desde que se iniciase en el año 2014 hasta la revocación de su procesamiento a finales de 2021, criticando algunas de las decisiones tomadas en el entretiempo. "A partir del tercero (año), si aquello tuvo explicación a partir de entonces no tiene ningún sentido (...) Esa es la historia. Son otros los que debían contar cómo se explica esto", ha añadido.
Para defender su inocencia, ha señalado, se le "ocurrió pedir la comparecencia de buena parte de esas personas a las cuales" él habría contribuido "a eliminar", a lo que algunas habrían accedido. "Eso es la Transición", ha destacado.
En este contexto, el exministro ha agradecido a las "20 personas que han comparecido ante el Juzgado de Buenos Aires" en su favor. "16 a mi iniciativa y 4 de manera voluntaria", ha recordado, incluyendo entre las mismas a los expresidentes del Gobierno Felipe González, José María Aznar, José Luis Rodríguez Zapatero o Mariano Rajoy.
Defensa de la transición
En su intervención, Martín Villa ha hecho una defensa cerrada de una "etapa de la vida española", la propia Transición, en la que todos los ciudadanos "de cualquier signo político", y también aquellos sin ninguna ideología, ayudaron a constituir.
Y lo ha hecho, ha explicado, porque considera que las "imputaciones personales" vertidas contra su persona van también en contra de ese periodo. "Tuve dudas de cómo administrar la defensa de mi honorabilidad, pero no tuve duda alguna en cómo tenia que administrar mi actitud en torno a la defensa de la verdad", ha asegurado.
"Yo podía legítimamente haberme amparado en la Ley de Amnistía o en la prescripción de los delitos. Era una manera de defender mi honorabilidad atacada y la de los míos, también atacada. Pero si tocaba a la Transición, yo entendía que como miembro de aquel primer gobierno de Adolfo Suárez, tenía la obligación moral y personal de hacerle frente", ha defendido.
Así las cosas, Martín Villa ha insistido en que la querella "es en parte" contra unos crímenes pero también "contra" su biografía. "En el fondo, cuando se dicta la Ley de Amnistía, todos caímos en la ingenuidad de creer que con la Dictadura se acababa el terrorismo", ha apuntado.
"Ojalá me hubiera equivocado y en frente no tuviéramos criminales sino luchadores por la autonomía o por la independencia del País Vasco", ha continuado, al tiempo que ha asegurado que "la realidad, desgraciadamente" le ha terminado por dar la razón.
Concentración en su contra
A su llegada al céntrico hotel madrileño donde ha pronunciado su discurso, Martín Villa ha sido recibido por un grupo personas que han reprochado su papel como ministro de Interior. "Asesino", le han espetado, mostrando una pancarta en la que pedían que se le enjuiciase y que no hubiese "impunidad" contra él.
Entre los manifestantes se encontraban, además, representantes de la Coordinadora de Apoyo a la Querella Argentina (CEAQUA), que han criticado duramente un acto que consideran "de adhesión a un presunto responsable de crímenes políticos de lesa humanidad".
"No solo son una ofensa para sus víctimas, sino que representan una vergüenza para esta democracia corroída por la impunidad del franquismo, y retrata fielmente las convicciones democráticas y éticas de sus organizadores y patrocinadores", han denunciado en un comunicado publicado el pasado viernes y que han repartido en mano a los asistentes al evento.
En el mismo, la asociación hace referencia a las personas asesinadas y por las que Martín Villa llegó a estar investigado. "Para las víctimas de aquellos crímenes este acto es una provocación y un escarnio añadido a la negación de acceso a la justicia que han padecido a lo largo de más de 40 años en este país", han lamentado.