El Ministerio de Sanidad estudia rebajar el nivel de alerta de la pandemia a medida que bajen los fallecidos y las UCI se empiecen a despejar de contagiados por coronavirus. Es una idea que ronda por el departamento de Carolina Darias desde hace meses cuando empezaban a hablar de endemia, pese a que los organismos internacionales pidieran prudencia a la hora de rebajar la envergadura de la sexta ola.
Ahora, su planteamiento está más cerca que nunca y las comunidades autónomas insisten: para poder rebajar el nivel de alerta hay que tener "un mapa real de la situación epidemiológica". Por lo que el análisis de los datos de fallecidos e ingresados "por o con Covid" es más importante que nunca.
Según ha podido saber EL ESPAÑOL, hace unas semanas la ministra de Sanidad, Carolina Darias, se dirigió por carta a las CCAA para instarlas a unificar los criterios con los que registraban los ingresados en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) con el objetivo de seguir un recuento único.
El planteamiento ideal de Darias y las comunidades autónomas es que se registren únicamente las personas cuyo ingreso está derivado de una complicación por la infección de Covid-19, pero estas mismas regiones aseguran que es casi "imposible".
Se trata de un tema técnico. En edades avanzadas y con varias patologías es muy difícil distinguir entre las personas que ingresan en planta Covid de UCI por una patología derivada de la enfermedad o por una dolencia externa a la Covid.
"La razón por la que estén en cuidados intensivos se puede intensificar por la infección y es muy complejo separarlos", explican desde los departamentos de salud pública de varias CCAA.
Desde Castilla y León, aseguran que en UCI se cuentan como casos Covid "aquellos pacientes que cumplen los criterios marcados por el Ministerio de Sanidad. Es decir, ingresos con PDIA positiva o con diagnóstico de sospecha aunque no tengan PDIA positiva".
Por tanto, afirman que es el propio criterio del Ministerio el que hace engordar las cifras de ingresados por Covid-19. Si sólo se contaran las camas con personas donde la infección les derive de un estado crítico, la cifra sería "previsiblemente inferior".
Fallecidos
Parece que es más fácil en el caso de los fallecidos y, aun así, tampoco se está haciendo "bien". Muchas comunidades autónomas como Cataluña o Castilla y León incluyen fallecidos sin prueba diagnóstica aunque con síntomas que coinciden con los de la Covid.
En otras CCAA, como Madrid, el recuento es más exacto pero a la vez más costoso. Fuentes de la Consejería explican que, una vez se notifica el fallecido, Sanidad Mortuoria hace un análisis de su expediente y lo clasifica en fallecido por Covid-19 o con Covid-19. Siendo sólo el primer grupo el que remite al Ministerio de Sanidad.
Esto ocasiona un retraso, puesto que el segundo análisis (el más complejo) es el que muchas regiones no ejecutan por registrar todo fallecido con PCR positiva o síntomas compatibles con la enfermedad, como ocurre en Cataluña.
La ministra de Sanidad, Carolina Darias, al finalizar el Consejo Interterritorial de Salud del pasado miércoles ya confirmó que estaban trabajando en modificar la forma de notificar fallecidos e ingresados con o por Covid-19. "El sistema para distinguir ya existe y estamos trabajando para que las CCAA lo tengan más fácil", aseguraba la ministra.
En estos momentos son varias las regiones que lo hacen bien y que notifican sólo los fallecidos cuya causa de la muerte sea una complicación derivada de la infección. Madrid, Extremadura y Navarra son algunas de ellas.
"Pero no las suficientes", insisten los epidemiológicos de varias regiones, que aseguran que es "imposible" hacer un balance del fin de la sexta ola sin estos datos.
La manera de notificar de Castilla-La Mancha, Andalucía, Cataluña o Murcia (toda persona que fallezca con una PCR positiva o síntomas de la enfermedad es un muerto Covid) hace, según estos mismos expertos, que los análisis sobre la mortalidad del virus no sean "concluyentes".
"Los sistemas de vigilancia de la salud pública están muy limitados, pensados para enfermedades de declaración obligatoria, que, antes de la pandemia, no pasarían de unos 100.000 casos al año, poniendo una cifra muy alta", señalaba en un artículo para EL ESPAÑOL el epidemiólogo Joan Caylá.
El experto recordaba que en España hay casos de registros informáticos muy bien controlados, "como los de Hacienda", pero que esto no sucede así en el registro de las defunciones.
Actualmente, la recogida de datos de fallecimientos depende del INE, "no es una información que se actualice o esté preparada para ofrecerse en tiempo real".
Un artículo publicado recientemente en Gaceta Sanitaria, la revista académica de Sespas, señalaba que "tal vez se haya podido incrementar artificialmente el número de víctimas de la Covid-19, y asimismo perder fallecimientos al principio de la epidemia debidos a las complicaciones de la Covid-19 no sospechadas".
La estadística oficial de defunciones en España aplica las reglas de la OMS, que recomiendan certificar relación con Covid-19 en la defunción si hay prueba de laboratorio que sea positiva o clínica compatible.
Pero se produce una distorsión: "Una persona fallecida por un infarto, e infectada y PCR positiva, sería un caso de Covid-19 para la vigilancia epidemiológica, aunque para la estadística de mortalidad debería ser un fallecimiento por infarto de miocardio", concluyen.