La Sanidad valenciana ha interrumpido el servicio de rehabilitación del lenguaje, de la voz y el habla mediante logopedia en régimen ambulatorio. Desde el pasado 1 de febrero, alrededor de un millar de pacientes de Valencia y Castellón se han quedado sin esta prestación.
La mayoría de afectados son personas sordas, que padecen ELA, daños cerebrales o patologías que afectan al habla o aprendizaje del lenguaje. Se han interrumpido multitud de tratamientos y cada paciente “se busca ahora la vida como puede a través de la sanidad privada o directamente renuncia a ser tratado”, confirman a EL ESPAÑOL fuentes sanitarias.
Ortofon es la empresa que gestiona este servicio en la Comunidad Valenciana, de manera ininterrumpida, desde el año 2004. Su ámbito de actuación iba desde Vinaròs, al norte de Castellón, hasta Ontinyent, en el interior de la provincia de Valencia.
De un día para otro, ha cerrado la persiana de todos sus centros ante el desconcierto de las personas en tratamiento. ¿El motivo? Las deudas generadas por los retrasos de la Administración a la hora de firmar los contratos y poner en marcha nuevas licitaciones, han explicado fuentes de la empresa.
La decisión ha causado un profundo malestar e incertidumbre entre los pacientes y las direcciones de los hospitales valencianos, pues los centros que no disponen de estos especialistas están recurriendo por su cuenta a proveedores para que se retomen los tratamientos cuanto antes.
Ortofon está en concurso de acreedores y la Conselleria de Sanidad no sabe a día de hoy cuándo se podrá retomar el servicio. En declaraciones a este periódico, fuentes de Sanidad precisaron que la empresa "decidió no renovar el contrato". Como respuesta inmediata, se pidió a los departamentos de salud que suplieran este servicio con otras empresas. Sanidad afirma que los tratamientos se están retomando, pero varias familias han denunciado que siguen a la espera.
Conciertos
Este servicio público de la Sanidad valenciana se prestaba vía concierto. El primero se firmó en 2004 y tenía una vigencia de siete años. El segundo empezó el año 2012 y se prolongó hasta el 2017. Y aquí es cuando empiezan a surgir los problemas.
El tercer concierto se tendría que haber firmado en 2018, pero no se formalizó hasta febrero de 2020. Durante dos años, los pacientes valencianos recibieron la atención sin concierto y sin el contrato firmado.
Según consta en la plataforma de contratos públicos, la Generalitat Valenciana firmó el contrato de servicios con Ortofon el 1 de febrero de 2020, dos años después de que finalizara el concierto. La aprobación del gasto tuvo lugar el 23 de octubre, pero no se adjudicó formalmente hasta 5 de diciembre de 2019.
En esos dos años, la Sanidad valenciana pidió al centro que no se interrumpieran los tratamientos a la espera de formalizar el contrato. El importe, por 16 lotes, ascendía a 3,2 millones de euros, excluido el IVA.
Dos semanas después de la firma, la pandemia llegó a España y se acordó el primer estado de alarma. Ante el colpaso por los pacientes Covid, los hospitales se centraron en la emergencia sanitaria y dejaron de derivar pacientes. Hasta que los contagios bajaron y llegaron las primeras vacunas, se seguía prestando el servicio de rehabilitación del lenguaje, de la voz y el habla mediante logopedia aunque no hubiesen pacientes.
Esta circunstancia generó multitud de deudas a la concensionaria y finalmente los centros han tenido que cerrar e ir al concurso de acreedores. Más de 20 logopedas se han quedado en la calle y la empresa está en la ruina.
La terapia de la ELA
Junto a la Terapia Ocupacional y Fisioterapia, la logopedia es fundamental para mantener, por ejemplo, la máxima calidad posible de vida de enefermos de ELA hasta que irremediablemente fallecen.
Según apuntan desde las organizaciones de apcientes, las enfermedades neuromusculares, dentro de las cuales se encuentra la ELA, configuran el grupo más numeroso de las denominadas enfermedades raras. Las alteraciones crónicas que producen no tienen curación y son irreversibles, pero algunos de los síntomas que presentan los pacientes pueden ser tratados con ellas y así mantener su autonomía el máximo tiempo posible.
Respirar, comer, hablar son funciones claves de la vida diaria pero el carácter progresivo de las enfermedades neuromusculares hace que éstas se vean afectadas. La principal característica de este tipo de patologías es la pérdida paulatina de la fuerza muscular como consecuencia de la degeneración de los músculos y nervios.
Los pacientes que acudían a las sesiones de logopedia hasta el 1 de febrero son ayudadas a potenciar las funciones preservadas y se contribuye a ralentizar el deterioro de las conservadas en el ámbito de la voz y el habla, la deglución y masticación, el patrón respiratorio y la coordinación fono-respiratoria.