La cuarta dosis de la vacuna de la Covid-19 va a esperar hasta que estén listas las dosis de 'segunda generación'. Ese es el posicionamiento de la mayoría de los integrantes de la Ponencia de Vacunas y de cada vez más comunidades autónomas, quienes tienen todo planeado para esperar a que el antígeno de Hipra esté listo.
El plan está claro: apostarlo todo a la vacuna de la farmacéutica catalana (la única española en la carrera por encontrar un antígeno contra la Covid) y esperar a que comience la siguiente temporada de gripe, con el objetivo de inmunizar a la población diana de forma simultánea.
Donde no hay unanimidad es en el grupo diana al que vacunar (toda la población o sólo grupos vulnerables). Tanto es así que la ministra de Sanidad, Carolina Darias, ha anunciado este mismo jueves que se iba a vacunar a "toda la población" de una cuarta dosis en otoño y, horas más tarde, el propio Ministerio ha tenido que rectificar y decir que "no hay fecha determinada".
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El paso atrás del Ministerio responde a varios hechos, según fuentes cercanas a las comunidades autónomas, que pasan por la apuesta ciega por la vacuna Hipra, las dosis que se están caducando, el miedo a una nueva ola epidemiológica por las nuevas variantes y la campaña de la gripe en otoño. Cinco inconvenientes que pueden complicar el plan del Ministerio.
1-. CCAA y ciencia en contra
Minutos más tarde del anuncio de la ministra, el propio Gobierno ha tenido que rectificar en las declaraciones de Darias. Dar una fecha y un grupo diana no ha sentado bien ni a las comunidades autónomas ni a la sociedad científica. Normalmente, estas decisiones tienen que consensuarse con el Comité de Salud Pública y el Consejo Interterritorial.
Varias comunidades ya se habían mostrado contrarias a vacunar a toda la población y tomar esta decisión a varios meses vista. "No sabemos cómo vamos a llegar a agosto", alertan. La sociedad científica tampoco está de su lado. No hay gran evidencia de lo beneficiosas que son las vacunas que ya conocemos frente a reinfecciones.
Pero no todo es una cuestión de los anticuerpos. La inmunidad humoral y celular es especialmente relevante para hablar de protección al virus a largo plazo. Es por eso por lo que desde la Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés) insisten en que el suero se adapte a la variante ómicron.
2-. Variante Ómicron
El Gobierno insiste en que esta cuarta dosis se hará con las vacunas bivalentes, en línea con la EMA. Su objetivo es crear esa mejor inmunidad humoral, pero la vacuna de Hipra no está enfocada en la cepa ómicron, sino en Beta.
¿Esto que quiere decir? Que la vacuna catalana tiene como componente activo la proteína recombinante con estructura de heterodímero que emula la proteína Spike (S) de las variantes Alfa y Beta del virus SARS-CoV-2. Sin incluir a la de ómicron.
De hecho, las vacunas de segunda generación que más avanzadas están en este aspecto: Sanofi, Novavax e Hipra combinan todas la proteína de Wuhan con la Beta.
Si la carrera por la vacuna demuestra que las combinadas con proteína de ómicron son más efectivas que las que se elaboraron con Beta, el Ejecutivo tendría un problema con Hipra.
En estos momentos hay dos farmacéuticas que trabajan en estas vacunas bivalentes con la proteína de la variante ómicron: Pfizer y Moderna. Precisamente las dos grandes farmacéuticas por las que ha apostado Europa en su compra centralizada (en la que España está inmersa).
Además, desde el sector farmacéutico plantean otra duda: si a España le sobran tantas vacunas de estas dos farmacéuticas… ¿Se podrían cambiar unas por otras? "Habría que mirar muy a fondo los contratos, que son algo opacos", responden.
Volviendo a la evidencia. La vacuna de segunda generación de Pfizery BioNTech se anunció el 25 de enero y la de Moderna el 19 de abril. Ambas esperan estar listas para otoño de 2022 e incluyen mutaciones encontradas en diversas variantes como, por ejemplo, ómicron.
Si los futuribles de ambas empresas se cumplen y se aprueban para otoño, España tendría el dilema de elegir entre la dosis de Hipra (trabajada con la proteína de Wuhan y Beta) y las de Moderna y Pfizer (con la de Wuhan y ómicron).
3-. Otra gran ola epidemiológica
La eliminación de las mascarillas y la presencia de variantes mucho más contagiosas hace que los datos de positivos Covid-19 sigan aumentando diariamente.
Algunos epidemiólogos hablan ya de una "séptima u octava ola". Aun así, las autonomías piden calma y creen que los fallecidos no están sufriendo un incremento notable. "Los ingresos en UCI presentan una tendencia muy variable. Tan pronto suben como bajan", insisten desde las CCAA.
Muchos expertos en vacunas defensores de esperar para la cuarta dosis temen que, ante un repunte de casos, las comunidades se lancen a inmunizar con una nueva dosis. "Es mejor que te acusen de haber hecho algo, que de no hacer nada", lamentan.
4-. Covid-gripe
Otro problema más que se encuentra el equipo de Carolina Darias en laberinto de la segunda dosis de refuerzo (o cuarto pinchazo) es la posibilidad de una vacuna que combine gripe y covid. En estos momentos la idea es que en octubre sé de una cita para pinchar las dos vacunas, pero cada una en un brazo, como se hizo durante 2021 para los más vulnerables.
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Pinchar dos vacunas es una situación que pretende solventarse por varias farmacéuticas que trabajan en antígenos que combinen ambas vacunas. En la carrera por este suero están, que sea público, Moderna y Novavax. Ambas se ponen un objetivo más largo: otoño de 2023.
Moderna pretende, incluso, dar un paso más, y trabaja en una vacuna combinada contra la Covid, la gripe y el virus respiratorio sincitial (VRS). Es la primera vacuna de la historia que intenta hacer frente al complejo virus del VRS, desde los años 80 que se empezó a investigar, ningún antígeno ha tenido resultados de éxito.
5-. Otras vacunas caducando
"España tiene claro que va a apostar por Hipra y por su vacuna que combina la proteína del virus de Wuhan y de la variante Beta, por eso quieren esperar a pinchar la cuarta dosis a cuándo estén listos estos viales", aseguran fuentes expertas del sector vacunas.
Pero todo esto genera la guinda del pastel a problemas de España: qué hacer con las vacunas que se están caducando en los almacenes del Ministerio de Sanidad y por qué no usarlas.
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Hay estudios que prueban que pinchar la cuarta dosis con las vacunas que ya conocemos (las de ARN de Pfizer y Moderna) no genera ningún efecto adverso y hay 12 millones de viales almacenados en el Ministerio de Sanidad. Por tanto, sería una buena fórmula para darle salida.
La ciencia sigue asegurando que la protección que aportan la segunda dosis de refuerzo (cuarta vacuna) de la vacuna desarrollada por Pfizer/BiNTech desciende a los tres meses. Un resultado que no es muy ideal, pero que, sin efectos adversos, puede ser "aceptable" para los defensores de volver a inmunizar con la misma vacuna.
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