Mirar más allá de "ciclos electorales" y apostando por la colaboración "público-privada". Esas son las claves de la ley de Formación Profesional que, este lunes, ha puesto en valor la ministra de Educación y Formación Profesional, Pilar Alegría, durante la presentación de un estudio sobre los cambios de los perfiles profesionales y necesidades de formación en España elaborado por CaixaBank.
Alegría se ha enorgullecido de que el estudio ponga "tareas" a su Ministerio. "Las Administraciones Públicas a veces cometemos el error de hacer planificaciones a corto plazo y es importante que se planteen visiones a largo plazo, fuera de ciclos electorales", ha contextualizado.
El estudio presentado por CaixaBank, con una visión a 10 años vista, refleja que los grandes cambios en los perfiles profesionales van a ser los que se va a implantar con una nueva cultura del trabajo con escenarios más abiertos y "un aumento de la importancia de las competencias soft".
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Alegría ha insistido en lo necesario que es que se consolide la colaboración público-privada. "Cuando presenté la ley de FP en el Consejo de Ministros, dije que era un proyecto de país que llega en un momento de necesidad y de oportunidad", ha añadido.
La ministra de Educación considera que la ley es una forma de fortalecer y modernizar este modelo educativo respondiendo a una demanda de las empresas y los estudiantes. Alegría ha querido recordar el legado de su antecesora, Isabel Celaá, nombrando las "29 nuevas titulaciones" y la ampliación de la oferta de plazas de FP que se hicieron desde su mandato
Para la ministra, la FP es sinónimo de "palanca de transformación de las empresas" por ello, uno de los retos fundamentales es doblar esas plazas formativas. En estos últimos cuatro años se han aumentado un 21%. A pesar de ello, en los últimos 20 años, las plazas de FP sólo se han duplicado.
El cambio del sistema
El presidente de CaixaBank, José Ignacio Goirigolzarri, ha insistido en el poder de la Formación Profesional para solventar el "mercado laboral ineficiente" que tiene España. Un mercado que, desde el sector, insisten en que hay que ponerlo a nivel europeo con la FP.
Tanto la empresa privada como los investigadores han coincidido en que "una de las mejores cosas que se han hecho dentro del diálogo social" es el acuerdo sobre Formación Profesional. "Ha pasado desapercibido", ha lamentado Antonio Garamendi, presidente de la CEOE.
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Para Garamendi, la FP es la herramienta oportuna para solventar la baja cualificación excesivamente alta (hay 11 millones de trabajadores que no tienen reconocida su experiencia laboral).
El presidente de la CEOE ha sido claro y ha reconocido que ellos no quieren "dar clases", pero sí estar en la gobernanza de la educación profesional. Algo a lo que se han comprometido en varias ocasiones desde la Administración Pública.
En un ambiente de halagos hacia el proyecto, Garamendi sí ha puesto una pega al sistema: la división. "En la educación tenemos un problema porque el Estado no es el único que tiene que legislar. Es fundamental incorporar a las CCAA para que todos podamos ir a una", ha explicado.
En lo que respecta a la unificación de criterios dentro del país, Garamendi ha recordado que las empresas destinan 1.800 millones de euros a la formación continua "y hemos decidido que no queremos estar en esa formación porque no funciona. El SEPE es una realidad que hay que cambiar".
Mismas FP más híbridas
CaixaBank Dualiza ha presentado este lunes la investigación ‘Cambios en los perfiles profesionales y necesidades de formación profesional en España. Perspectiva 2030’ en el que se ve claramente reflejada la necesidad de la polivalencia en las profesiones del futuro. Ya no valdrá con ser mecánico, habrá que ser híbrido y también saber de chapa, pintura y electromecánica. O lo que es lo mismo, todo el proceso alrededor del coche.
Además, y en contra de lo que se ha esperado siempre, el análisis sustenta que las profesiones del futuro no serán nuevas (que no se conocen hoy en día) sino profesiones actuales "evolucionadas".
Concretamente, el modelo productivo cambiará la relación de las personas con el trabajo a través del impacto de la digitalización, y por la llegada de perfiles híbridos, con un conocimiento genérico más amplio, más especialización y mayor responsabilidad a la hora de tomar decisiones.
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Con todo ello, el informe elaborado en colaboración con la Fundación CEOE asegura que en el 2030 se van a demandar FP, sobre todo del sector industrial, de personas con formaciones muy elevadas y cada vez más polivalentes. Lo que quiere decir que partiendo de una base formativa amplia tendrán que desarrollar especializaciones.
Un cambio que, según el citado estudio, repercutirá en relaciones menos jerárquicas, mayor trabajo en equipo y por proyectos, o más orientación hacia resultados y clientes.
Menos universidad y más FP
España está apostando por la formación profesional después de comprobarse que el número de trabajadores constitucional universitaria que ejercen en cualificaciones por debajo de su nivel es "excesivo" y no está justificado.
Esto se traduce en que muchas empresas optan por titulados superiores para cubrir mandos intermedios que podrían ser ocupados por una persona con una FP.
Por poner un ejemplo. Según desvela el estudio de CaixaBank Dualiza, para producir los productos y servicios que genera la economía española, por cada directivo se emplean a 4,7 técnicos y profesionales científicos y a 2,8 técnicos de apoyo. En Alemania, por cada directivo se requiere a 3,7 técnicos o profesionales científicos y 4,7 técnicos de apoyo, lo que evidencia un problema de sobretitulación.