Marlaska destituye al director de la prisión que advirtió de las amenazas yihadistas a funcionarios
Tres meses después del aviso, infravalorado entonces por Interior, un interno le cortó el cuello a un trabajador en la cárcel de Murcia.
19 julio, 2022 16:59La Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, dependiente del Ministerio del Interior, acaba de cesar al director de la prisión en la que a finales del pasado mes de abril se lanzó un aviso sobre las amenazas del terrorismo yihadista hacia los funcionarios de prisiones, a los que ponían en el foco como objetivo de sus ataques.
Aquella nota fue infravalorada desde Interior una vez este diario lo avanzó y otros medios se hicieron eco después. Tres meses más tarde del mismo, un radical islamista ha estado a punto de acabar con la vida de un trabajador de la cárcel de Murcia tras cortarle el cuello con una lata de sardinas.
Según ha podido averiguar EL ESPAÑOL a través de fuentes penitenciarias conocedoras de los hechos, a Enrique Soto, responsable de la cárcel de Pamplona, le comunicaron su cese el pasado viernes, el cual se hará efectivo a finales de este mes de julio.
Desde el departamento comandado por Ángel Luis Ortiz, el máximo representante del mundo penitenciario y mano derecha del ministro Fernando Grande-Marlaska, no alegaron ningún motivo para justificar su relevo.
Fuentes próximas al dirigente del presidio explican que le sorprendió "mucho" la decisión de Interior.
A finales del pasado mes de abril, el Grupo Central de Información y Control Operativo (GCICO) de la cárcel de Pamplona lanzaba una señal de alarma tras detectar una amenaza del terrorismo islamista dirigida, específicamente, hacia los trabajadores de los recintos penitenciarios.
Nota interna
Según aquella nota interna, avanzada por EL ESPAÑOL y firmada por el subdirector del centro, el peligro se localizó en una revista dirigida a los lobos solitarios y al mundo del yihadismo. "Matad a todos los guardias, seguidles hasta casa y apuñaladles", rezaba, entre otras soflamas.
La advertencia exigía a los trabajadores de cada prisión que extremasen "las medidas de seguridad, tanto dentro como fuera del establecimiento". Además, se les pedía que actuasen "con precaución, conscientes del riesgo existente".
La intención de la publicación yihadista no era otra que la de amedrentar o intimidar a los funcionarios de las prisiones. Así, grupos yihadistas instaban a sus simpatizantes para que atacasen a esos integrantes del Ministerio del Interior. Tal y como denuncian los funcionarios de distintos colectivos sindicales, las altas instancias del departamento, dirigido por Fernando Grande-Marlaska, infravaloraron aquel aviso.
Tan solo tres meses después de aquel aviso que circuló en el seno del Ministerio del Interior, un radical islamista degollaba con una lata de sardinas a un trabajador en la cárcel de Campos del Río (Murcia).
El funcionario se salvó de una muerte segura por tan solo unos centímetros, los que separaron el corte de la vena yugular. Fueron otros internos quienes sujetaron al atacante antes de que llegaran otros compañeros, agredidos posteriormente también por el mismo preso. Le taparon la herida y le atendieron con rapidez.
"Tú eres el primero", le dijo el agresor, según aseguran fuentes penitenciarias a EL ESPAÑOL, antes de cortarle el cuello.
Posteriormente, en respuesta a una pregunta parlamentaria, Interior aseguraba haber tomado todas "las medidas necesarias" en materia de protección contra la amenaza yihadista. Hace tan solo unos días, el trabajador degollado por el radical islamista en la prisión murciana se encontraba solo en su turno vigilando a 125 internos.
El recluso había llegado pocos meses atrás procedente de la penitenciaría de Puerto III (El Puerto de Santa María, Cádiz), donde había protagonizado graves incidentes, pese a lo cual no se le había aplicado el régimen de primer grado. El caso, según alertan y denuncian los funcionarios, sería el primer ataque yihadista en la historia de las prisiones españolas.
Despedida
Enrique Soto era director de la cárcel de Pamplona desde el año 2012. Su gestión, entre otros aspectos positivos, conllevó que la cárcel de Pamplona fuese la única que no tuvo ningún brote de Covid-19 en dos años de pandemia, hasta enero de este mismo 2022. Antes de su marcha, se ha despedido de sus subordinados con una nota en la que agradece la labor de estos años.
"Ha sido un privilegio, una satisfacción y un orgullo dirigir y disponer en todas las áreas de una gran plantilla compuesta por grandes e implicados profesionales en su inmensa mayoría", reza su carta. ".
"Considero que entre todos hemos construido un gran centro -prosigue-. Un centro al que, a pesar de lo que algunos pocos digan, muchísimos compañeros quieren venir, y ninguno irse, salvo por razones personales, y lo mismo sucede con la población interna: todos quieren ser trasladados a Pamplona pero prácticamente ninguno serlo a otros centros".
Soto finaliza argumentando que durante sus años como director todas sus actuaciones estuvieron dirigidas "a conseguir la mejora del funcionamiento de nuestro centro, y cuando así ha surgido a la defensa de mi gente de mi plantilla de vosotros, mis compañeros. Ha sido una satisfacción y un privilegio ser director de este centro y de unos grandísimos profesionales."