Los datos oficiales del Ministerio del Interior cifran en 162 los casos de agresiones sexuales perpetradas mediante sumisión química, contabilizados a lo largo de los últimos tres años por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
El recuento, al que ha podido acceder EL ESPAÑOL a través del Sistema Estadístico de Criminalidad (SEC) del departamento que dirige Fernando Grande-Marlaska, incluyen agresiones sexuales con penetración y sin penetración, en las cuales la voluntad de la víctima habría sido previamente anulada por medio de alguna sustancia estupefaciente.
A la luz de esos datos, en el año 2019 se contabilizaron 59 delitos de este tipo. En 2020, pese a los meses de confinamiento por el inicio de la pandemia de la Covid-19, todos los cuerpos policiales llegaron a notificar 39 víctimas de sumisión química, agredidas después sexualmente.
En 2021 los casos de esta tipología delictiva en la que el medio empleado para delinquir sería un fármaco o una droga ascendieron a 64, según las estadísticas de Interior.
El número de episodios sexuales delictivos en los que media la sumisión química queda eclipsado ante los datos totales de agresiones sexuales en España. Cifras sobre estos delitos que el departamento de Marlaska recibe, almacena e investiga a lo largo de todo el año.
Solo en 2019, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad el Estado tuvieron conocimiento de 2.059 agresiones sexuales en toda España. También de otros 1.873 hechos conocidos de agresión sexual con penetración.
En 2020, el año en que comenzó la pandemia, se notificaron 1.660 agresiones sexuales, y 1.596 con penetración, según los datos de hechos conocidos por Interior. En 2021 las cifras del Sistema Estadístico de Criminalidad cifraron en 2.143 agresiones sexuales con penetración a lo largo de esos 12 meses.
Además, Interior contabiliza en ese mismo período de tiempo 17.000 delitos de todo tipo contra la libertad e indemnidad sexual, entre los que se incluye desde la pornografía infantil hasta la corrupción de menores, pasando por el exhibicionismo, el acoso sexual o los abusos.
Los pinchazos
A la luz de los datos, los casos de agresiones sexuales mediante sumisión química representan un porcentaje muy pequeño de todos los delitos sexuales. En las últimas semanas, la rumorología sobre estos sucesos ha vuelto a la primera línea de la actualidad, al conocerse denuncias de mujeres que habrían sido víctimas de pinchazos en discotecas de diversas zonas del país.
Algunas de ellas están relatando sus casos en las redes sociales, y también denunciando los episodios ante las autoridades policiales.
Las narraciones concuerdan en algunos aspectos similares: las jóvenes, tras recibir el pinchazo de una jeringuilla en un local de ocio nocturno o en una sala de fiesta, experimentan mareos, desvanecimiento, sensación de pérdida de control e incluso pérdida del conocimiento.
[La Policía detiene a ocho hombres por drogar y abusar sexualmente de dos mujeres en Madrid]
Esta misma semana, la ministra de Igualdad, Irene Montero, se reunía con la Federación Nacional de Empresarios de Ocio y Espectáculos (España de Noche) para firmar un convenio según el cual las discotecas pronto contarán con puntos violeta, con códigos QR con información para prevenir las agresiones sexuales.
Son muchas las preguntas y muchas las incógnitas sobre esta secuencia de episodios, y una de las que permanecen en el aire es la que conjetura si estaríamos ante una nueva técnica de sumisión química. Por el momento, las autoridades y las unidades que investigan los casos y están acostumbrados a lidiar con las llamadas drogas sintéticas hacen un llamamiento a la prudencia.
Según las fuentes consultadas por EL ESPAÑOL en los Mossos d'Esquadra, Cataluña sería la región en la que más casos se han denunciado. Desde el día 11 de julio contabilizan e indagan en 17 episodios de similares características. 12 de ellos en Lloret de Mar y otros 5 en Barcelona. Todos, por tanto, en la misma provincia.
Prudencia y sosiego
En ninguno de ellos se ha acreditado que se perpetrase agresión sexual alguna sobre las mujeres que denunciaron los pinchazos. Tampoco que fuesen víctimas de robo o de otros ilícitos. En ninguno de los casos, prosiguen las mismas fuentes, se ha detectado ninguna sustancia nociva en los cuerpos de las denunciantes.
El fenómeno de la sumisión química mediante el pinchazo con jeringuilla lleva meses produciendo noticias en diversas regiones de Europa. A principios del verano aparecieron noticias sobre esta clase de sucesos en Francia y también en Bélgica.
Esta semana, en una entrevista concedida en Catalunya Ràdio, la portavoz de Mossos d'Esquadra, Montserrat Escudé, pedía calma a los medios y a la ciudadanía ante las recientes novedades. Dijo que los Mossos, serían "rigurosos" en las investigaciones, y que han contactado con la policía francesa para recibir información que ellos manejen sobre este fenómeno.
Escudé reconoció que estas noticias pueden generar "inquietud y preocupación". Pidió, aun y todo, evitar un "clima de terror" que no se corresponde con la realidad. En otra entrevista en el medio Nació Digital, la misma portavoz aseveró que se debe "ser muy rigurosos en el momento de hablar de la sumisión química", porque no todas las denuncias que les llegan cada año quedan luego "acreditadas analíticamente".
Entretanto, en Madrid no consta ningún caso en el que se haya empleado este método, tal y como señalan a este diario desde la Jefatura Superior de Policía Nacional. Al igual que en situaciones precedentes donde se alertó sobre casos de sumisión química a mujeres en la ciudad, los investigadores policiales rogaban a la ciudadanía sosiego y tranquilidad.
O gestiona tu suscripción con Google
¿Qué incluye tu suscripción?
- +Acceso limitado a todo el contenido
- +Navega sin publicidad intrusiva
- +La Primera del Domingo
- +Newsletters informativas
- +Revistas Spain media
- +Zona Ñ
- +La Edición
- +Eventos