Yolanda Díaz inicia la gira de Sumar en la Galicia calcinada: “Hace falta un nuevo contrato social”

Sumar arranca fuera de Madrid. La vicepresidenta Yolanda Díaz ha presentado este jueves en O Courel (Lugo) el que será su proyecto político, distinto a Unidas Podemos, con el que afrontar la maratón electoral de 2023. La plataforma Sumar, que verá la luz durante las generales, echa a andar en un escenario convulso, lleno de obstáculos -también internos- y marcado por la incertidumbre económica del próximo ciclo, que obliga a poner cualquier predicción entre paréntesis.

La ministra de Trabajo volvió hace una semana de sus vacaciones de verano, pero no ha tardado en agitar el nuevo año político. En apenas unos días ha relanzado su perfil independiente, elevado la tensión con la patronal y continuado la gira de Sumar donde la dejó: saliendo de Madrid. En este caso su visita a O Courel, una de las zonas de Galicia más afectadas por los incendios, ha estado marcada por más de dos horas de escucha con los ciudadanos de la zona, decepcionados con el abandono del mundo rural y ávidos de políticas que revitalicen su tierra.

Apenas dos minutos habló Díaz antes de sentarse, sacar la libreta y apuntar las peticiones e ideas de casi una treintena de ciudadanos, replicando un modelo de asamblea muy similar a las producidas durante el 15-M y a la que protagonizó el pasado mes de julio en Lavapiés. Varias docenas rodeándola, callada, agitada y ensimismada en su blog de notas.

Un grupo de personas, durante la presentación de Sumar en Folgoso do Courel (Lugo). Cedida

El lugar escogido ha sido la Fundación Uxío Novoneyra, erigida en honor al poeta gallego al que tantos lazos unen a la ministra, cuyo padre y tío eran amigos personales del escritor. Bajo el lema 'Rural Vivo', Díaz se ha reunido con profesionales, expertos, vecinos y sindicalistas que han tomado la palabra sobre áreas como la sanidad, la educación, la cultura, el rural vaciado o el clima.

En el corazón de O Courel, rodeada de naturaleza pero también de tierra quemada -declarada zona catastrófica la semana pasada-, Díaz se ha rodeado de la hija de Blanca Novoneyra, hija del poeta, y de Óliver Laxe, director de la película O que arde: "Esta es la España vaciada en Galicia, donde necesitamos un nuevo contrato social con el rural y la tierra, uno que no se haga desde las capitales. Debemos atajar las causas profundas que producen la despoblación: el modelo productivo, la ganadería, la agricultura, la cultura, y los servicios públicos".

Una carrera de obstáculos

Aunque la hoja de ruta de Sumar todavía no se ha hecho pública, Díaz ya se está moviendo. De aquí a final de año, la vicepresidenta se acercará a la sociedad civil en estos procesos de escucha, sintetizará sus propuestas y así formará la base del nuevo proyecto. Tendrá una agenda movida y desarrollará actividades por toda España hasta diciembre. Dejará, por tanto, para 2023 las conversaciones con los partidos, que será la parte más espinosa del proceso.

No será fácil hacer un frente común, mucho menos bajo un solo nombre. El papel de sus socios políticos es, hoy por hoy, la gran incógnita que rodea el nacimiento de Sumar. Mientras que Izquierda Unida, el PCE o Catalunya en Comú ya han dicho que respaldarán a la ministra, Podemos se niega y Más País calla. Las heridas generadas en la izquierda tras las elecciones andaluzas todavía no han cicatrizado del todo, lo cual amenaza la estabilidad de la "plataforma ciudadana" de Díaz.

Hasta que llegue el momento, las elecciones autonómicas y municipales serán las que pongan a prueba la estabilidad y viabilidad de los posibles socios, algunos de ellos integrados actualmente en el grupo de Unidas Podemos. Sea como sea, no entra en los planes de la ministra enfangarse en sopas de siglas. Al menos, no hasta que termine su gira de escuchas.