El giro radical adoptado por el Gobierno de Pedro Sánchez respecto al Sáhara Occidental en la pasada primavera ya genera consecuencias en la colaboración antaño existente con Argelia en la repatriación de inmigrantes llegados a costas españolas. El boicot de ese país al comercio con España, sumado a la ruptura de las relaciones diplomáticas y a la problemática del gas, se amplía ahora a la gestión migratoria.
Según informes que manejan tanto el Ministerio del Interior como los servicios de inteligencia, la potencia del Norte de África ha rechazado en las últimas semanas y meses en su frontera un importante número de inmigrantes nacionales que eran devueltos en los ferris y los vuelos fletados por el gobierno español.
Según las fuentes consultadas por EL ESPAÑOL tanto en las altas esferas policiales como en la inteligencia al servicio del Estado, el antaño aliado de España está interponiendo constantes y férreos obstáculos cuando Interior envía un avión o un barco con inmigrantes argelinos de regreso a su país.
"Alegan falta de documentación, que esa persona no está plenamente acreditada que sea de nacionalidad argelina... En otros casos directamente sacan problemas burocráticos para impedir documentarlos", explican diversas fuentes del ministerio conocedoras de las dificultades que se están produciendo para repatriar a inmigrantes argelinos.
De ese modo, el transporte fletado por el departamento que dirige Fernando Grande-Marlaska tiene que volver a España del mismo modo que sobrevoló o navegó por el Estrecho: con la cabina de pasajeros repleta.
"Si allí te lo deniegan, te lo tienes que comer. Y es lo que está pasando, que se logra expulsar menos porque ya no fluye la química. Tenemos problemas para repatriarlos", continúan las mismas fuentes.
Tanto es así que el número y la frecuencia de los transportes que se efectúan de manera periódica han disminuido notablemente. Las mismas fuentes de Interior explican, a su vez, que hasta antes del viraje con respecto al Sáhara Occidental eran frecuentes los vuelos regulares a Argel para devolver inmigrantes irregulares que habían alcanzado la Península. Este tránsito se ha visto paralizado desde finales de la pasada primavera.
Cese de colaboración
Esta sería otra de las consecuencias del viraje del Gobierno de Pedro Sánchez en su posición sobre el Sáhara Occidental. Los dirigentes de Argelia se han tomado como una afrenta la decisión de apoyar la propuesta de Marruecos sobre esa antigua provincia española.
[Argelia suspende con España todo intercambio de información "no vital" en materia antiterrorista ]
El mismo día en que Argelia suspendía los acuerdos con España, daba la orden de bloquear el comercio entre ambos países. Unas relaciones comerciales que generaron 3.348 millones de euros en 2021. La importación de gas procedente de ese país del norte de África ha caído un 42% interanual en el período enero-julio. Al mismo tiempo, el Gobierno de Sánchez incrementaba la compra de esta materia prima a Rusia en un 15,6%.
Tal y como avanzó en exclusiva EL ESPAÑOL, tras la suspensión unilateral del Tratado de Amistad y la retirada de su embajador, Argelia cortó también el grifó de la colaboración en materia de lucha contra el terrorismo yihadista.
En los últimos meses, Argelia ha reducido drásticamente su cooperación con España, hasta cortar todo tipo de intercambio de información con los servicios secretos y las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado que no resulte "esencial o vital" en esta materia.
De ese modo, ambos países siguen cooperando en materia antiterrorista, pero con mucha "menor intensidad que antes". El flujo de datos relevantes procedentes de los especialistas en la materia en ese país se encuentra en su nivel mínimo. El intercambio de información ha quedado acotado, según las fuentes consultadas, a las alertas de los expertos en la lucha antiterrorista sobre perfiles peligrosos que logran entrar en territorio nacional tras viajar desde el litoral argelino.
Tal y como adelantó este periódico, informes de los servicios secretos españoles llevan alertando a Moncloa desde finales del mes de marzo de la alta probabilidad de que Argelia hiciese la vista gorda con el problema de la inmigración. Esto estaría propiciando ya un aumento en la llegada de pateras procedentes de sus playas a nuestras costas.
705 este fin de semana
Este pasado fin de semana ha dejado al menos 760 llegadas de migrantes a las costas españolas por la vía marítima de forma irregular. De todos ellos, el 92% (705) han arribado en diferentes embarcaciones hasta alcanzar Baleares y las provincias del Levante peninsular, unos desplazamientos que se pueden imputar en su mayoría a la conocida como ruta argelina.
Por el contrario, según explican fuentes del Ministerio del Interior a Europa Press, el segundo fin de semana de septiembre contabilizó sólo 55 llegadas de migrantes a Canarias por la ruta marroquí, la más utilizada últimamente para tratar de acceder a España de forma irregular.
Fuentes del mismo departamento destacan que los centros de atención temporal para extranjeros (CATE) funcionan "según lo previsto". Piden cautela sobre los datos de este último fin de semana, puesto que el aumento de la ruta argelina puede ser coyuntural, atendiendo a variables como la situación meteorológica y su afectación a las condiciones del mar.
Las cifras están aún alejadas de las últimas crisis migratorias vividas con Rabat, con dos momentos cruciales: el verano-otoño de 2020, en plena pandemia de Covid, cuando se atendió a 2.700 migrantes en el muelle de Arguineguín (Gran Canaria) y, en mayo de 2021, con la entrada a Ceuta de unas 10.000 personas en un solo día ante la pasividad de la policía marroquí, después de que el Gobierno acogiera en secreto en España a Brahim Ghali, líder del Frente Polisario.
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