La Guardia Civil ha detenido a un hombre de 51 años en Bermeo (Vizcaya) por fabricar piezas para ensamblar armas mediante dos modernas impresoras 3D ubicadas en un taller clandestino adosado a su vivienda.
Según ha informado la Benemérita en un comunicado, han sido intervenidas varias armas de fuego; entre ellas, "armas de guerra municionadas y listas para su uso", así como material para la fabricación de explosivos y municiones.
Asimismo, se ha requisado tres fusiles de asalto, pistolas, una escopeta, cinco artefactos explosivos, tres kilos de pólvora, cerca de 400 cartuchos metálicos y las dos impresoras 3D, que el detenido habría usado para fabricar componentes de las armas que luego ensamblaba.
Los agentes de la Guardia Civil también detectaron que algunas de las armas tenían sus números de serie borrados o carecían de ellos, un indicio de que se trata de artículos ilegales
La operación, denominada Printer, se inició en diciembre de 2021, cuando los investigadores tuvieron conocimiento, a través del Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO), de una transacción "sospechosa" de precursores de explosivos, efectuada a través de una plataforma de comercio online.
Según avanzaron las pesquisas, descubrieron que el ya detenido poseía dos impresoras 3D para fabricar armamento. Tras la detención, se procedió al registro de su vivienda y su garage, donde se hallaron sistemas de detonación eléctrica a distancia y sustancias químicas utilizadas para la fabricación casera de artefactos y mezclas explosivas.
Agentes de los Tedax, la división especializada en la desactivación de explosivos de la Guardia Civil, tuvieron que acceder al domicilio, dado el "riesgo para el propio detenido y su familia, como para los moradores del resto de viviendas de su bloque".
Tres fusiles de asalto
De entre las armas intervenidas, la Guardia Civil destaca, por su "peligrosidad", tres fusiles de asalto, catalogados como armas de guerra, "tanto por su calibre como por su capacidad de efectuar fuego automático (ametrallador)". Es por ello que su tenencia está totalmente prohibida a los particulares, tal y como recuerda el comunicado de la Benemérita.
"Se da la circunstancia de que se trataba de armas originalmente inutilizadas (desactivadas) que el detenido había manipulado en su taller clandestino para reactivarlas, dejándolas de nuevo en condiciones de efectuar fuego real", añade.
Con las dos impresoras "de última generación" que le fueron requisadas, el detenido, según los investigadores, ya había fabricado varios armazones de pistola, empuñaduras y otras piezas, que, junto con el resto de partes metálicas de armas intervenidas, estarían destinadas al ensamblaje de armas completas.
El arrestado, además, carecía de licencia de armas, por lo que tampoco podía adquirir munición en establecimientos autorizados. Por ello, en el sótano de un local cercano a su vivienda, se dedicaba a la recarga de cartuchos y a la fabricación de diversos calibres; algunos de ellos, catalogados como de guerra. Debido a la cantidad de ellos que han sido incautados, los agentes de la Guardia Civil no descartan que vendiese ilegalmente parte de ellos.
La operación ha sido desarrollada por la Jefatura de Información (UCE-3) de la Guardia Civil, con apoyo del Grupo de Información de la Comandancia de Vizcaya, el Grupo de Desactivación de Explosivos (GEDEX) de Vizcaya y Gipuzkoa, el Grupo de Acción Rápida (GAR) y el Servicio Cinológico (compuesto por perros detectores de armas y explosivos).