El ya expresidente de RTVE, José Luis Pérez Tornero, aseguró hace tan solo 15 días que permanecería en su puesto al frente de la corporación pública hasta que finalizase su mandato.
Apenas dos semanas más tarde, Tornero ha dimitido de manera forzosa de su cargo. Su caída, acontecida este lunes, es la última muestra de la convicción del equipo de Moncloa de la hostilidad de los medios de comunicación contra el Gobierno.
El pasado 12 de septiembre, el senador Carles Mulet, de Compromís, adscrito al Grupo Parlamentario de Izquierda Confederal, recibía respuesta de Tornero a una pregunta que le había formulado previamente.
La cuestión guardaba relación con el trabajador de TVE que fue despedido en su día por ser el autor del polémico rótulo "Leonor se va de España, como su abuelo", y a raíz de la sentencia que declara nulo su despido y obliga a RTVE a restituirle en su puesto.
La pregunta de Mulet, consultada por EL ESPAÑOL, rezaba así: "RTVE destituyó en menos de una hora al guionista catalán Bernat Barrachina por el rótulo sobre Leonor en La 1. El consejo de Informativos abrió una investigación contra el rotulista y lo despidió. Hoy, la Justicia le ha dado la razón y han declarado nulo su despido. ¿Hasta cuándo va a aguantar en el cargo el presidente de la Corporación RTVE?".
Tornero respondía con concisión: "Hasta que se cumpla mi mandato". Sin embargo, apenas 15 días más tarde ha entregado su cargo después de que Moncloa forzase su marcha alegando falta de identificación de RTVE con el Gobierno de coalición. Tornero fue llamado a Moncloa para conversar sobre el futuro del medio público, y para encontrarle una salida amistosa.
En el trasfondo de la dimisión forzada de Tornero subyace la intención del Ejecutivo de buscar un cambio radical a la marcha de RTVE. El propio Pedro Sánchez viene criticando abiertamente lo que identifica como "terminales mediáticas" de las grandes compañías y de los poderosos. Y esa obsesión se ha extendido a los medios de comunicación públicos.
Criticas de sus socios
Desde el gabinete que dirige Óscar López, el entorno más próximo al presidente del Gobierno, hacía tiempo que no ocultaban su rechazo a la gestión de Tornero y, especialmente, la queja de que, a su juicio, había "entregado RTVE al PP".
Como prueba que confirma su diagnóstico, desde Moncloa aseguran que, tras la llegada de Tornero al ente público, el PP no había vuelto a hacer bandera política de la crítica a RTVE.
Unidas Podemos, al igual que partidos como Compromís, también habían expresado claramente su postura muy crítica con el ahora dimitido presidente de RTVE. Basta con repasar las declaraciones y los mensajes en las redes de comunicación de dirigentes morados contra informaciones o programas de la radio y la televisión públicas.
En el inicio de su mandato, Tornero fue criticado por la izquierda por haber entregado la cabeza de Jesús Cintora, conductor de un programa informativo de la mañana, y también la de Enric Hernández, responsable de todos los informativos de RTVE.
En Moncloa no estaban dispuestos a mantener una situación que consideran que lastra sus expectativas. Dicho de otra forma, el Gobierno pretende controlar la radio y la televisión públicas en vísperas del año electoral que se avecina, con autonómicas y municipales en primavera y las generales en invierno.