El exmilitar israelí Alberto Galán Fereres, investigado por, supuestamente, liderar la red que extorsionó a varios jerarcas del chavismo en España, presumió ante la juez de ser un estrecho colaborador del Ministerio de Interior, la cúpula de la Policía Nacional, Presidencia del Gobierno y la Casa Real.
Alberto Galán declaró el pasado día 6 como imputado ante la titular del Juzgado de Instrucción número 29 de Madrid, que investiga la trama que, presuntamente, ofrecía en España a ex altos cargos del Gobierno de Venezuela protección, instrumentos financieros para blanquear la fortuna que ocultaban en paraísos fiscales y su influencia ante las autoridades españolas, a cambio de elevadas sumas de dinero.
Durante su declaración, Alberto Galán reconoció haber mantenido varias reuniones con algunos de los supuestos clientes de esta red: el exjefe de los servicios secretos de Venezuela Carlos Aguilera, el exviceministro de Energía Nervis Villalobos, el exviceministro de Electricidad Javier Alvarado y la enfermera de Hugo Chávez, Claudia Patricia Díaz Guillén (que fue presidenta del Tesoro Nacional de Venezuela).
Sin embargo, negó haber mantenido cualquier tipo de relación mercantil con ellos o haberles presionado para que abonaran sumas millonarias.
Aunque nacido en Madrid, Alberto Galán se presentaba ante sus interlocutores como exteniente coronel de las Fuerzas Especiales del Ejército israelí y decía tener excelentes contactos con el Mossad, el servicio secreto de aquel país.
Según explicó ante la juez, sus empresas realizan estudios de seguridad para infraestructuras críticas como centrales nucleares y aeropuertos. También elabora análisis de inteligencia sobre países conflictivos (como Azerbaiyán o Turquía, según mencionó) en los que las multinacionales españolas tienen interés en abrir una filial: "El objetivo es que puedan tomar la decisión con más información que la que obtienen leyendo los periódicos", explicó.
A preguntas de la Fiscalía, Alberto Galán indicó que mantiene excelentes relaciones con la cúpula de la Policía Nacional, pues ha dado clase a agentes y comisarios sobre terrorismo islamista y de América Latina, a través del Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO) del Ministerio de Interior. "Ahora sólo doy clases a altos mandos de la Policía", aclaró.
También ha trabajado en el "diseño y fabricación de drones" con la compañía Snaproll Media, para "la Secretaría de Estado de Seguridad, la Casa Real, Moncloa y el Cuerpo Superior de Policía", subrayó.
Por último, explicó a la juez que también ha colaborado con la empresa Trade Pets en la puesta en marcha de un proyecto de perros policías para el Ministerio de Interior.
Alberto Galán alardeó de este modo de las magníficas relaciones que mantiene con las autoridades españolas, y muy especialmente con los cuerpos policiales, cuando se sentó ante la juez para declarar sobre la presunta red de extorsión a exministros chavistas en España.
Galán explicó que, dada su actividad profesional, el objetivo de sus reuniones con exaltos cargos del régimen chavista en España era obtener la información que pudieran suministrarle sobre la situación política de Venezuela.
También reconoció que conoce al lobista venezolano radicado en EEUU Martín Rodil, al que algunos de los políticos chavistas han señalado como el líder internacional de la supuesta trama de extorsión. Aunque, aclaró, casi siempre que ha coincidido con él ha sido en la sede de alguna agencia federal de EEUU, como el FBI, la Agencia antidroga (DEA) o el Departamento de Justicia.
"A Martín Rodil le conozco desde 2007 o 2008", declaró, porque en aquel momento trabajaba en "un macroproyecto de investigación sobre las actividades del Gobierno de Venezuela como narconación y sus conexiones en África y Oriente Medio".
El exmilitar israelí confirmó que conoció al exjefe de los servicios secretos de Venezuela Carlos Aguilera en el hotel Eden Rock de República Dominicana. Allí, cuatro agentes de la DEA estaban interrogando a Aguilera sobre el presunto envío de armas desde Venezuela al grupo terrorista Hezbolá, explicó.
La agencia antidroga DEA también estaba interesada en interrogar a Aguilera, añadió Galán Fereres, porque "siempre se ha dicho que es un testaferro" de Diosdado Cabello, el actual número dos del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro.
Un "testigo protegido"
Carlos Aguilera declararía luego ante la Policía española que se sintió extorsionado por la red que supuestamente lideraban Alberto Galán, que se hacía llamar Avi, y Martín Rodil. En su declaración ante la Policía, que provocó la apertura de esta causa, conocida como caso Caranjuez, Aguilera sostuvo que Martín Rodil se dedicaba a "crear problemas" para luego ofrecerle una solución a ellos, a cambio de sumas millonarias.
Aguilera aseguró a la Policía española que un estrecho colaborador de Rodil le reclamó el pago de dos millones de euros por estos servicios de "protección". Y añadió que Avi le presentó a dos agentes del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) para que pudiera facilitarles información sobre la situación interna de Venezuela.
En su declaración ante la juez, Alberto Galán atribuyó estas acusaciones a que el exjefe de los servicios secretos de Venezuela "actualmente tiene una causa activa reciente en EEUU, abierta por el FBI". "Por eso, entiendo que debe estar un poco nervioso de subirse a un avión. En esa causa, Martín Rodil es parte integrante del equipo de investigación sobre él, entendería que tenga algún problema con él", expuso.
El exmilitar israelí sí reconoció, a preguntas del fiscal, haber recibido un pago de Martín Rodil desde el extranjero, para contratar los servicios del abogado José Aliste (también investigado en la causa), con el fin de conocer los problemas jurídicos que el exministro venezolano Nervis Villalobos podía encontrarse si se instalaba en España.
La 'enfermera' de Chávez
En aquel momento, relató, Villalobos se encontraba en EEUU y estaba "en la órbita de la DEA como testigo protegido, por la información que podía tener sobre Rafael Ramírez", quien fue ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela y presidente de la petrolera estatal PDVSA, convertida en el centro de un gigantesco pozo de corrupción. Tras romper con el régimen chavista, Ramírez huyó de Venezuela y hoy reside en Italia.
Nervis Villalobos vive actualmente en España y está investigado en la Audiencia Nacional por el cobro de comisiones millonarias de la empresa Duro Felguera, que recibió de Hugo Chávez un contrato de 1.000 millones para construir varias centrales eléctricas en Caracas. Además, tiene una causa abierta en la Fiscalía de Houston (Texas) por corrupción.
Durante el interrogatorio, Galán Fereres también reconoció haberse mantenido en contacto con la enfermera de Hugo Chávez, Claudia Patricia Díaz Guillén, y su marido, Adrián Velásquez Figueroa, que fue guardaespaldas del expresidente de Venezuela. La Audiencia Nacional acordó en noviembre de 2021 extraditar a ambos a EEUU.
Al respecto, Galán recordó que Claudia Díaz fue presidenta del Tesoro Nacional de Venezuela, lo que la convertía en una persona de interés "para cualquier Gobierno, también el español y, por supuesto, el estadounidense", explicó ante la juez.