El calvario político que a duras penas logra capear el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, por sus contradictorias y peregrinas explicaciones sobre la tragedia de Melilla no parece que vaya a terminar. Según ha podido conocer EL ESPAÑOL, en las próximas semanas Amnistía Internacional tiene pensado hacer pública una nueva investigación sobre los hechos del 24 de junio.
Ha sido desarrollada a lo largo de los últimos meses y aportará datos para ayudar a esclarecer los sucesos que dejaron al menos 23 muertos en la valla fronteriza.
Esta nueva investigación verá la luz a mediados de diciembre, según ha podido conocer EL ESPAÑOL, e incidirá en la versión opuesta a la que defiende el titular de Interior.
Se añadirá a las pruebas ya recabadas por diversos medios de comunicación y por los diputados en su visita al lugar de los hechos. Allí constataron hace unos días con sus propios ojos que buena parte de lo ocurrido sucedió en el lado español de la frontera, hacia donde cayó la avalancha humana.
El ministro ha encajado en las últimas semanas como ha podido el vapuleo de todos sus adversarios políticos. Ningún partido, ni los de derechas ni tampoco las formaciones aliadas del Gobierno, cree ya su versión de lo ocurrido en la frontera entre Melilla y la ciudad marroquí de Nador.
Durante el debate de este miércoles en el Congreso de los Diputados, prácticamente todos los diputados que confrontaron con él le han definido como un "mentiroso", por seguir sosteniendo contra las evidencias que no se registró ninguna muerte en suelo español.
"Ocho violaciones"
El pasado verano, con motivo del Debate sobre el Estado de la Nación, Amnistía Internacional pidió al Gobierno y al Congreso que se comprometieran a investigar el desgraciado episodio y a "tomar medidas para evitar situaciones" similares.
"Esa fecha ha pasado a la historia como la mayor tragedia humanitaria de la democracia en la frontera sur, por lo que el Gobierno y el Congreso deben aprobar medidas para evitar que hechos así vuelvan a suceder", agregaban desde la organización en el comunicado difundido en aquel entonces.
Lo primero que dijo el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, tras conocerse lo ocurrido fue un halago ante la actuación de las fuerzas de ambos países, de España y de Marruecos. "Bien resuelto", aseguró. Una frase que le persigue desde entonces conforme aparecen nuevos testimonios sobre lo ocurrido.
A juicio de Amnistía Internacional, "las declaraciones de apoyo a la actuación de Marruecos del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, nada más conocerse la noticia y sin tener toda la información, son imprudentes y no están a la altura de lo que se espera de un Ejecutivo que afirma estar comprometido con el respeto a los derechos humanos".
La organización aseguró haber hallado indicios de hasta ocho violaciones de derechos humanos protagonizadas por fuerzas de seguridad españolas o por las fuerzas marroquíes. "Entre ellas —señalaban— las expulsiones sumarias y colectivas en frontera, conocidas como devoluciones en caliente y contrarias al Derecho internacional, que ampara la actual ley de seguridad ciudadana".
Negativa de Marlaska
Desde entonces, Grande-Marlaska nunca había estado cercado por tantos frentes. En los últimos cuatro años había protagonizado innumerables polémicas, pero quizás ninguna como esta. Él insiste, pese a las pruebas recabadas por todos los grupos y por los medios de comunicación, en que no hubo un solo muerto, "ninguna pérdida de vida humana" en territorio español.
No parece que vaya a dimitir, ni a asumir responsabilidades por haber ido modulando en los últimos meses su versión. El ministro a calificado de "conjeturas" e "insidias" las críticas recibidas: "Ningún país admite un ataque violento a su frontera", ha sentenciado este miércoles en el Congreso.
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