El autor de las seis cartas bomba dirigidas, entre otros, al presidente del Gobierno, a las embajadas de Ucrania y Estados Unidos en Madrid o a la ministra de Defensa, Margarita Robles, las envió desde la provincia de Valladolid.
Según revelan fuentes de la Audiencia Nacional, por el momento esa es la principal pista con la que cuentan los agentes de la Comisaría General de Información (CGI) de la Policía Nacional, quienes trabajan sin descanso para detectar al responsable de estos paquetes, con pólvora y metralla en su interior; uno de los cuales hirió en la mano a un trabajador de la Embajada de Ucrania en España.
Por el momento, según las mismas fuentes de la Audiencia Nacional, órgano donde se instruye la causa, la autoría de todos los sobres bomba parece "corresponder a un mismo origen". Todos ellos se enviaron desde territorio español, concretamente desde esa provincia próxima a la capital del país.
El juez José Luis Calama es el encargado instruir la causa, que acumula las seis amenazas. Todos los envíos se dirigieron a Madrid, excepto el que fue remitido a la fábrica de Instalaza en Zaragoza, la empresa que fabrica los lanzacohetes que las Fuerzas Armadas españolas enviaron a las tropas de Zelenski.
Por el momento, no hay ninguna persona identificada como posible responsable de los hechos. "La investigación policial en estos momentos dista de estar encauzada en torno a una hipótesis concreta", indican las fuentes de la Audiencia Nacional.
Más paquetes
La gravedad que Interior da a la situación quedó reflejada este viernes tras la aparición del segundo sobre en dos días en la embajada de Ucrania. Esta vez, se trataba de un paquete con manchas de sangre en el exterior.
En apenas 20 minutos, el despliegue en el entorno de la embajada era espectacular: guías caninos, ambulancias, Tédax, antidisturbios, vehículos Zeta de la Comisaría de Seguridad Ciudadana... Toda precaución era poca. Al menos, hasta analizar el contenido de la carta. Se acordonó la zona y se desalojó, tan sólo en parte, el edificio.
Esta vez, el paquete guardaba en su interior el ojo aplastado de un animal, pero ninguna sustancia incendiaria o explosiva. Horas antes, durante la mañana del mismo viernes, los medios de comunicación daban cuenta de la aparición de sobres idénticos en otras embajadas de Ucrania repartidas por Europa.
El ministro Fernando Grande-Marlaska ha enviado una misiva a sus socios europeos y a la Comisión Europea en la que advierte de que las seis cartas explosivas "podrían estar relacionadas con la invasión de Ucrania por Rusia".
Según ha revelado EL ESPAÑOL, los agentes de la Comisaría General de Información siguen esa línea de investigación. Por eso rastrean, entre otros, en los círculos de radicales prorrusos en España, a la búsqueda del autor de los envíos.
Las seis cartas presentan características similares: tienen la misma caligrafía, son del mismo color, fueron enviadas desde el mismo lugar y en ellas se halló pólvora y metralla. No había ninguna nota en su interior.
Según las fuentes de la investigación consultadas por EL ESPAÑOL, y tal y como confirman desde la Audiencia Nacional, los datos iniciales llevan a pensar en que el plan pudo ser ejecutado e ideado por un solo individuo. Nada haría sospechar por el momento que existiera una estructura operativa y logística más compleja detrás de estos envíos.