Una operación comandada por la Comisaría General de Información (CGI) de la Policía Nacional ha terminado con la desarticulación de una célula yihadista de Daesh, el autodenominado Estado Islámico, que se había asentado en la provincia de Almería. 

Según fuentes del Ministerio del Interior conocedoras de la lucha antiterrorista y de esta operación, habían jurado lealtad al Estado Islámico. Estaban dispuestos a atentar. Contaban también con un contacto en la región del Sahel, en el África subsahariana, una región que se ha convertido en el nuevo epicentro global por el que pugnan diversas organizaciones yihadistas. 

La información, como en otras investigaciones recientes de la misma índole, ha sido filtrada en primer lugar desde Marruecos, cuyos agentes han participado también en la operación.

[El imán de Melilla, sobre la yihad: "Son los dibujos animados que hay que poner a nuestros hijos"]

El grupo estaría compuesto por tres personas. Dos fueron detenidos en Almería. El tercero fue detenido por las fuerzas de Dirección General de Vigilancia del Territorio Nacional marroquíes al sur del país, en la localidad de Chtouka Ait Baha, situada al sur de Agadir.

Lealtad

La Oficina Central de Investigación Judicial (BCIJ) marroquí asegura que los tres activistas ya habían jurado lealtad al Estado Islámico y que estaban dispuestos a atentar. Aprovecharon contactos en la región del Sahel, a donde trataron de viajar para unirse a las filas de Daesh en la región.

Los arrestados se dedicaban a difundir y promocionar ideas propias del radicalismo islámico. Con esa propaganda yihadista procuraban captar adeptos para la causa de Daesh.

Se trata de la primera operación antiterrorista en lo que va de 2023. El pasado 2022 el Ministerio del Interior lo cerró el dato de 46 presuntos yihadistas detenidos. En total, se llevaron a cabo 27 operaciones de estas características. La mayor parte fueron arrestados en Cataluña, en Ceuta y en Melilla.

En estos momentos los esfuerzos en esta materia de las unidades de información de la Policía Nacional, la Guardia Civil y el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) se centran en el regreso de los terroristas combatientes extranjeros (foreign terrorist fighters).

Es decir, la prioridad es detectar ciudadanos desplazados hace años a zonas de conflicto para integrarse en las filas de organizaciones terroristas como Daesh o al Qaeda que ahora están regresando a sus países de origen, en los cuales buscan la posibilidad de atentar.