"Me sometieron a descargas eléctricas y me colgaron atado durante horas... La sangre salía disparada por todas partes". El exparacaidista del Ejército español Feliciano Efa Mangué relató con estas palabras las torturas que denunció haber sufrido en la prisión guineana de Oveng Asem, tras ser secuestrado en Sudán junto a otras tres personas.
Un testigo protegido ha entregado al juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz un audio en el que Feliciano Efa relata desde la prisión el secuestro y las cuatro sesiones de tortura a las que habría sido sometido por el régimen de Teodoro Obiang.
Como ha informado EL ESPAÑOL, el juez Pedraz mantiene imputado en la causa, como máximo responsable de esta trama, a uno de los hijos del dictador guineano, Carmelo Ovono Obiang, que es además secretario de Estado de Seguridad Exterior del Gobierno que preside su padre.
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En un informe dirigido al juez, la Comisaría General de Información de la Policía Nacional señala que Carmelo Obiang viajaba en el Falcon presidencial cuando la aeronave fue utilizada para secuestrar en Sudán del Sur a estos cuatro disidentes políticos. Dos de ellos, entre los que se encuentra Feliciano Efa, nacieron en Guinea Ecuatorial pero tienen nacionalidad española.
Otro documento policial, incorporado al sumario de la causa, al que ha tenido acceso EL ESPAÑOL, transcribe lo relatado por el exparacaidista en el audio aportado al juez.
'Tortura del cocodrilo'
En el clip, Feliciano Efa identifica a uno de sus torturadores, Isaac Nguema Ondo, que es director general adjunto de Seguridad del Ministerio de Presidencia.
"Lo que me hizo Isaac aquí...", relata el exparacaidista del Ejército español. "Casi me revientan las venas de los brazos, porque me ató como se suele atar a un cocodrilo, de pies y manos, entre las ataduras atraviesan un palo largo, te levantan y te cuelgan arriba".
"La tortura que me metieron allí...", añade la grabación. "Con la presión sanguínea, se me reventaban las venas de los brazos y las piernas, porque la presión ya era excesiva y la sangre salía disparada por todas partes. Así, durante cuatro largas sesiones", reza la transcripción de sus palabras que realizó la Policía Nacional.
Feliciano Efa identifica, sin ningún género de dudas, al director adjunto de Seguridad como uno de sus torturadores: "El que casi me mata es Isaac Nguema Ondo, director general adjunto de Seguridad presidencial. No voy a olvidar ese nombre. Me colgó aquí arriba casi 50 minutos, me dieron convulsiones, empecé a romper mis dientes. Él me exigía que hable, pero no le dije nada".
Feliciano Efa
Aunque nacido en Guinea, Feliciano Efa se trasladó a vivir a España con 26 años, donde ingresó en la Brigada Paracaidista y, como soldado español, participó en una misión internacional del Ejército en el Líbano. Gracias a ello, obtuvo la nacionalidad española. Luego, regresó a Guinea Ecuatorial, donde fue directivo de la empresa estatal Sonagas y entró en contacto con algunos disidentes de la dictadura.
El exparacaidista huyó de nuevo a España en diciembre de 2016, cuando el régimen de Obiang ordenó una oleada de detenciones contra los dirigentes del partido Ciudadanos por la Innovación. Ya en España, Efa fundó con varios compatriotas el Movimiento de Liberación de Guinea Ecuatorial Tercera República (MLGE3R), para denunciar los excesos de la dictadura.
El MLGE3R presentó una querella por estos hechos, que fue admitida por el Juzgado Central de Instrucción número 5 de la Audiencia Nacional, dando inicio a esta investigación judicial, en la que ya ha sido imputado, entre otros, Carmelo Ovono Obiang, el hijo del dictador.
Secuestro
El 14 de noviembre de 2019, Feliciano Efa viajó a Sudán del Sur junto a otros tres disidentes (Julio Obama, que también tiene nacionalidad española, Martín Obiang y Bienvenido Ndong), para recabar apoyos de otros líderes africanos. Su vuelo realizó dos escalas: en Frankfurt (Alemania) y en Addis Abeba (Etiopía).
Pero la Policía de Sudán estaba alertada de su llegada. Les retuvo en el aeropuerto hasta que llegó el Falcon presidencial, en el que viajaba el hijo del dictador, para trasladarles detenidos hasta Guinea.
Feliciano Efa permanece aún hoy en la prisión guineana de Oveng Asem, desde donde grabó el audio que hizo llegar a través de un tercero al testigo protegido, que la ha entregado al juez Pedraz.
En la misma grabación, Efa habla con enorme crudeza sobre su situación en el presidio: "No quiero entristecerte el corazón, decirte que estoy bien, solamente tengo problemas en la rodilla".
"A ver si nos dan ahora 30 minutos para ver el sol a la semana", añade. "Es por lo que tenemos la piel blanca, de no tomar el sol. Yo no sabía que a los negros se nos cambia el color de la piel si no tomamos el sol, como le pasó a nuestro hermano Domingo cuando estuvo en Rusia", cuenta.
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El mismo testigo protegido, que fue funcionario en el pabellón de la prisión de Oveng Asem donde los cuatro disidentes fueron encerrados, ha entregado al juez el audio en el que otro de los supuestos secuestrados, Martín Obiang, relata los hechos. "Esto es un campo de concentración, no una prisión", explica. "Estamos en un zulo a ocho metros bajo tierra. Desde que llegué aquí, no respiro aire en movimiento ni vemos la luz del sol", narra.
Martín Obiang también habría sufrido torturas en el presidio: "Conmigo se cebaron hasta que entré en convulsiones", relata. "El director de esta prisión (Elías Ndum) fue quien me torturaba. Tengo marcas de torturas por todas las partes del cuerpo. Incluso las venas se me revientan de la prisión de los grilletes", relata.
En la grabación incorporada a la causa, este disidente relata cómo se produjo el secuestro: "Al llegar al aeropuerto de Juba (Sudán del Sur), antes de llegar al control de pasaportes fuimos abordados por agentes de Policía de Sudán. Nos quitaron los pasaportes y nos metieron en un cuarto de la comisaría del aeropuerto".
Más tarde, agrega: "Nos metieron en un contenedor desde las 17:30 horas del 15 de noviembre hasta casi la misma hora del día siguiente. Todo ese tiempo estuvimos encerrados en un contenedor al sol de ese país".
Ya el día 16 por la tarde, los cuatro disidentes detenidos habrían sido conducidos de nuevo al aeropuerto, escoltados por "una caravana de militares fuertemente armados. Curiosamente, varios de esos militares hablaban español". Fueron introducidos entonces en el jet oficial de Teodoro Obiang "con un saco en la cabeza y un asqueroso paño en la boca, esposados de pies y manos". "Dentro del avión nos pusieron una inyección que sólo sabe Dios qué era", relata uno de ellos en el clip.
Martín Obiang también denuncia que, tras llegar a Guinea, "nos hicieron firmar hojas en blanco y sólo sabe Dios lo que pondrá en ellas. Advertirlo al fiscal o a los abogados", pide a su interlocutor. "Y sabed que tiene también infiltrados a gente desde allí", culmina.
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