6 años después de los sucesos del 1 de octubre de 2017, un nuevo juicio sobre aquella jornada se celebrará en las próximas fechas. En el banquillo, sin embargo, no se sentarán los que organizaron el referéndum ilegal y consumaron la separación de Cataluña de España. Serán 45 agentes de la Policía Nacional cuyo cometido aquel día fue que se cumpliera con la ley.
Entre los colectivos policiales, ante este hecho, hay "mucha indignación y rabia". Esta semana se conocía que el Juzgado de Instrucción 7 de Barcelona procesaba por las "cargas" del 1-O a 45 de los antidisturbios a los que el Ministerio del Interior encomendó detener a los separatistas que trataban de llevar a cabo el referéndum ilegal.
Una vez concluida la investigación, el magistrado les ha dejado, cinco años después, a un paso del banquillo por los hechos de aquella jornada. Los policías a los que el juez procesa son los agentes rasos y algunos responsables de los equipos que actuaron en colegios catalanes.
El juez instructor, en el auto de procesamiento, analiza individualmente la actuación de cada uno de ellos y concluye que los responsables del operativo "no cumplieron sus obligaciones de supervisión", y que sus subordinados actuaron, en general, de forma "claramente desproporcionada".
Mientras tanto, los responsables independentistas condenados por el Tribunal Supremo han sido indultados por el Ejecutivo. Ahora ven cómo los delitos por los que fueron a la cárcel han desaparecido del Código Penal. La derogación de la sedición y la rebaja de la malversación les ha favorecido. Y así, más de un lustro después los únicos que todavía se tienen que sentar en el banquillo son los agentes de la Policía Nacional.
Enésima polémica
Sentarse en el banquillo por cumplir su deber es la gota que colma el vaso para muchos de ellos. La enésima polémica. En los últimos años, han tenido que soporta toda clase de escándalos. El último es la reforma de la Ley de Seguridad Ciudadana que el PSOE había pactado con Podemos en el Gobierno. Los agentes temen quedar indefensos ante la nueva redacción de esta norma.
El Ejecutivo redactará una normativa más laxa en un momento delicado para las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Hay más agresiones que nunca a los agentes. Desde el comienzo de la pandemia, los ataques contra la autoridad, agentes o funcionarios públicos han aumentado de manera significativa.
Ya desde en el año 2020 se produjeron 7.507 incidentes de estas características, un 27% más que el año anterior. En 2021, hasta agosto ya se habían cosechado 5.886. La de 2020 fue la cifra más elevada en una década.
En 2021, los juzgados emitieron 14.660 condenas por resistencia y atentado a la autoridad. Son datos aportados por el Sindicato Unificado de Policía (SUP) procedentes del Instituto Nacional de Estadística. Más de 40 agentes, por tanto, fueron agredidos al día de media en España durante ese año. Es la cifra más alta en una década, ya que la media suelen ser 12.000 condenas al año.
El pasado mes de mayo, una declaración de Pedro Sánchez soliviantó enormemente a los agentes. Se refirió a ellos en el Congreso como "piolines", un término acuñado por los independentistas catalanes para burlarse de las Fuerzas de Seguridad.
Asumiendo ese léxico, el presidente del Gobierno criticó la estrategia del Gobierno de Mariano Rajoy durante el procés, que contrapuso a la suya. "Ustedes mandaban piolines a Cataluña, y con nosotros la Selección española de fútbol puede jugar allí sin ningún tipo de problema o polémica", aseveró.
"Nos abandonan"
La expresión "piolines" fue acuñada por el separatismo para burlarse de los agentes destinados a Cataluña tras el referéndum ilegal, que tuvieron que alojarse en un crucero cuyo casco estaba ilustrado con personajes de animación de la Warner, entre ellos Piolín.
Los colectivos policiales, cuando el juez ha anunciado que enviará al banquillo a casi medio centenar de agentes, han salido ahora a defender a sus compañeros. No descartan planificar nuevas movilizaciones. En el SUP por ejemplo explican que el Gobierno y el Ministerio del Interior deben ser más coherentes. "No se puede utilizar a los policías cuando interesa y abandonarlos a su suerte igual que hicieron cuando caían piedras sobre sus cabezas y el fuego corría por las calles de Cataluña".
Creen que se ha dado la vuelta a la tortilla. "Los alborotadores son ahora víctimas. Los responsables de garantizar los derechos y libertades de la ciudadanía los acusados. Cuesta creer que esto esté sucediendo y es por ello por lo que reiteramos nuestro compromiso con nuestros compañeros".
Los líderes separatistas ahora viven más tranquilos. "Ver a los independentistas radicales, que son los verdaderos artífices del problema, como espectadores del juicio de unos policías que cumplieron su función siguiendo las órdenes recibidas en el tiempo y forma que marca nuestra legislación, causa mucha indignación y rabia."
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