La bandera española ha sido la última en ondear en el Parlamento de Kiev, junto a la ucraniana, en la víspera del primer aniversario de la invasión que Vladimir Putin negó hasta el último minuto, y que ya se ha cobrado cerca de 200.000 vidas según las estimaciones no oficiales.
El viaje oficial de Pedro Sánchez a Kiev se ha convertido así en un símbolo del compromiso de occidente con la resistencia y las libertades del pueblo ucraniano, en una semana en la que también han acudido a entrevistarse personalmente con Volodímir Zelenski el presidente de EEUU, Joe Biden, y la primera ministra italiana Giorgia Meloni.
Durante su intervención ante el Parlamento, Pedro Sánchez ha presentado la lucha del pueblo ucraniano como "un canto a la libertad", frente a la mera ambición de "poder" de Putin.
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"Vosotros estáis viviendo ahora vuestra hora más oscura, pero recordad que la hora más oscura es siempre antes del amanecer y no estáis solos en la oscuridad, estamos con vosotros", ha señalado Pedro Sánchez en su discurso, que ha recibido una cerrada ovación de los diputados ucranianos.
La visita de Biden, Meloni y Sánchez a Kiev es también la respuesta al discurso sobre el estado de la nación que Putin pronunció el martes en Moscú, en el que redobló su desafío a Occidente: proclamó que "Rusia es invencible en el campo de batalla" y anunció que su país abandona el tratado de desarme y de no proliferación nuclear que START III, firmado con Barack Obama en 2010.
El mandatario ruso vuelve a esgrimir así la amenaza nuclear contra los países que suministran armamento y financiación al Ejército ucraniano.
La Moncloa había preparado con completo secretismo esta visita de Pedro Sánchez a Ucrania, en un año en el que el presidente toma distancia de la política interior para potenciar su agenda internacional, que culminará durante el segundo semestre —previo a las elecciones— con la presidencia de turno de la UE.
Antes de intervenir ante el Parlamento de Kiev, durante su comparecencia a junto a Volodímir Zelenski, Pedro Sánchez ha anunciado que el Gobierno español intentará elevar a 10 el número de tanques Leopard que España pretende enviar a Ucrania.
La ministra de Defensa, Margarita Robles, había anunciado inicialmente la cifra de seis carros de combate, durante la sesión de control al Gobierno en el Congreso de los Diputados. En la comparecencia con Zelenski, Pedro Sánchez ha justificado el apoyo de España a Ucrania realizando una analogía con la Guerra Civil española, que incomoda especialmente a sus socios de Podemos.
"En nuestra historia", ha dicho, "cuán importante hubiera sido haber contado con la solidaridad internacional, que no la tuvimos, fuimos un país olvidado por la comunidad internacional".
"Nosotros no olvidamos esa situación que vivimos en el siglo pasado", ha añadido, "por eso somos un país comprometido con la defensa de unos derechos y libertades que también son las nuestras".
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Aunque España no estuvo exactamente sola durante la Guerra Civil. La "solidaridad internacional" se plasmó en la presencia de cerca de 60.000 voluntarios de las Brigadas Internacionales que combatieron en el bando republicano.
Y la injerencia de los principales regímenes totalitarios hizo que se recrudeciera el conflicto. El régimen nazi alemán y la Italia de Mussolini suministraron cientos de toneladas de munición y armas al bando de Franco, mientras que la Unión Soviética hizo lo propio con el Gobierno de la República.
Las palabras de Pedro Sánchez buscaban, en cualquier caso, poner en evidencia los argumentos de los ministros y dirigentes de Podemos, que durante los últimos meses han cuestionado abiertamente el envío de armas a Ucrania. La ministra y secretaria general de Podemos Ione Belarra elevó el tono el pasado fin de semana, al sugerir que el Gobierno acabará enviando tropas españolas a combatir en aquel conflicto.
El PP ha anunciado este jueves que pondrá a prueba la cohesión del Ejecutivo, con una moción en el Congreso que obligará a los partidos a posicionarse sobre el envío de armas a Ucrania.
No obstante, la dirección del partido morado ha impuesto esta semana un pacto de silencio a sus ministros y dirigentes, con el fin de evitar que cuestionen públicamente el viaje de Pedro Sánchez a Kiev.