El Servicio de Asuntos Internos de la Guardia Civil ha hallado en una de las casas del general Francisco Espinosa Navas, el único encarcelado en el caso Mediador, varias libretas con hojas de cálculo en las que el mando de la Benemérita registraba la contabilidad en "A" y en "B" de la trama.
Estos hechos se referencian en un auto de la titular del Juzgado de Instrucción nº4 de Tenerife, la que conduce la investigación de la causa. En el auto, al que ha podido acceder EL ESPAÑOL, la magistrada detalla los motivos por los que Espinosa Navas tenía que entrar en prisión provisional.
Tras la diligencia afloró la existencia de cuatro documentos que "reflejan a modo de tabla ciertas cantidades de lo que parece ser un control doméstico de ingresos y gastos".
Así, a los investigadores les llamó "poderosamente la atención" el hecho de que en una de las columnas de la contabilidad en dicha tabla apareciera el nombre "CASH", pero más todavía las cantidades referenciadas en ella.
Según la jueza todo apunta a que Espinosa Navas registraba su contabilidad "A" y "B". Todo ello vendría a confirmar las sospechas de la instructora acerca de los beneficios que obtenía el mando de la Guardia Civil por su participación e influencia directa en esta presunta trama corrupta.
A su modo de ver, estas nuevas pruebas también incrementarían "la carga incriminatoria en base a la supuesta mediación de Espinosa Navas con los empresarios insulares, a quienes solicitaba un presunto trato de favor para los empresarios peninsulares interesados en llevar a efecto sus intereses comerciales".
Como contraprestación, señala, "el general obtenía distintas dádivas, entre ellas dinero en efectivo". Durante la entrada en una de las casa del mando del Instituto Armado aparecieron 61.110 euros en efectivo escondidos en distintos lugares de la vivienda. 30.250 permanecían ocultos en una caja de zapatos en el armario de la habitación de matrimonio. Iban en fajos de 5.000.
En el mismo armario, dentro de un cajón se hallaron otros 2.400 repartidos en sobres. Por último, en los cajones del armario de la habitación contigua aparecieron otros 28460 envueltos en dos rollos de ropa.
Reconoce los hechos
En su declaración ante la magistrada, reza el auto, el general reconoció las reuniones, las comidas, los viajes a las islas Canarias pagados por los empresarios, las visitas a su despacho en la sede de la Guardia Civil.
También reconoció que todas estas estratagemas "pudieran servir de imagen a las reuniones a mantener, de las que además de facturas hay fotografías en los atestados".
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"Sus contactos, dice, han sido entre sus amigos personales de Las Palmas" para ponerles en contacto "con empresarios en búsqueda de un futuro empleo para después de su jubilación". Ha admitido además haber pedido tarjetas prepago como refleja el sumario al que ha tenido acceso este diario.
Espinosa Navas negó eso sí haber recibido dinero, pero el efectivo hallado respondería a esos pagos en "B", "de dudosa procedencia".
El caso
En el caso Mediador, una jueza de Tenerife investiga una presunta red corrupta activa en los años 2020 y 2021 en la que están implicados un diputado, un director general de una administración autonómica, un general de la Guardia Civil y ocho empresarios canarios y peninsulares. Hay 12 detenidos en total.
El ya exdiputado Juan Bernardo Fuentes Curbelo, alias Tito Berni y otros miembros de la trama se valían supuestamente de un intermediario para obtener comisiones en forma de dinero en efectivo, jugosas transferencias, fiestas, banquetes, prostitutas o noches en clubs de alterne.
Los integrantes de esta organización prometían abrir puertas a los empresarios para adjudicarles contratos públicos, subvenciones, tratos de favor con la administración, e incluso para ayudarles a eludir multas u otras responsabilidades en las que hubieran podido incurrir sus compañías.
Para aparentar seriedad e importancia se valían de la figura del diputado socialista Fuentes Curbelo y del general de la Guardia Civil Espinosa Navas, hasta ahora el único encarcelado en la causa. La trama llevaba de visita a los empresarios a Madrid, en una ruta en la que comenzaban metiéndoles en el Congreso, en la sede de la Dirección General de la Guardia Civil para luego continuar en algún exclusivo restaurante.
Las noches finalizaban o bien en los hoteles en los que se solían alojar los miembros de la organización o en clubs de alterne en los que, según figura en el sumario, no faltaban las drogas, las copas y las prostitutas. Al final del día cada empresario se había gastado miles de euros en toda la fiesta.