Agencias

Dos días después de anunciar el traslado de su matriz a Países Bajos, Ferrovial sigue recibiendo críticas del Gobierno, que no se cree los motivos empresariales esgrimidos por la compañía y ve detrás el interés personal por pagar menos impuestos de su presidente, Rafael del Pino, la tercera mayor fortuna de España.



Desde Dinamarca, el presidente del Ejecutivo, Pedro Sánchez, ha acusado esta tarde a Del Pino de no ser uno de los grandes empresarios españoles comprometidos con su país y le ha advertido de que el Gobierno "va a ver exactamente que el anuncio que ha hecho esta compañía corresponde con la legalidad".



"Los empresarios tienen una enorme responsabilidad social en la sociedad en la que nacen y desarrollan toda su acción y creo que además en España hay ejemplos extraordinariamente positivos de grandes empresarios comprometidos con su país. Desde luego, tras este anuncio, creo que no es el caso del señor Del Pino", ha lamentado Sánchez, tras recordar que mecanismos como los ERTE y los ICO han permitido al empresariado "incluso incrementar su actividad económica en estos complejos años".

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Durante todo el día, ministros socialistas y de Unidas Podemos han cargado contra la "codicia" y el "antipatriotismo" de Del Pino, mientras que el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, ha pedido "respeto".



Además, la salida de Ferrovial de España ha servido a la presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, para defender la importancia de "luchar por una unión del mercado de capital".



En una entrevista en Antena 3, Lagarde ha incidido en que las grandes compañías quieren expandirse y tener acceso a la financiación en los mercados, pero con la fragmentación actual tienen que hacer "muchas cosas para salir a bolsa en otros países", con las trabas que suponen los diferentes idiomas, bancos, regulación e impuestos de cada país europeo.

La tercera fortuna del país

Entretanto, fuentes de la Moncloa han señalado, durante el viaje a Irlanda del presidente, Pedro Sánchez, que los motivos de seguridad jurídica, ahorro de costes financieros y expansión internacional que ha dado la compañía son "ridículos".



Apuntan que detrás de esta decisión está la búsqueda de la familia Del Pino de pagar menos impuestos, no solo como empresa, sino también personalmente, porque esa menor presión fiscal es en lo único que admiten que Países Bajos se sitúa por delante de España.



Con un patrimonio que supera los 3.800 millones de euros, Rafael del Pino Calvo-Sotelo es la tercera fortuna del país y desde hace más de 20 años presidente de Ferrovial, la empresa española de origen familiar que fundó su padre en 1952.



El Gobierno, que no cree que vaya a haber ningún efecto contagio, está además molesto con la forma en que ha actuado, ya que no hubo una comunicación previa antes de hacer pública su decisión.



"Qué mala consejera es la codicia a veces", ha dicho el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, convencido de que esos comportamientos "cortoplacistas" resultan contraproducentes a medio plazo.