Sánchez se ofrece en China como socio "responsable, constructivo y fiable" para buscar la paz en Ucrania
Sánchez alaba en China la cooperación internacional consciente de que Xi Jinping puede jugar un papel decisivo para poner fin a la guerra de Ucrania.
30 marzo, 2023 02:40Pedro Sánchez ha arrancado este jueves su viaje oficial a China, consciente de que el presidente Xi Jinping puede jugar un papel decisivo para poner fin a la guerra de Ucrania, que ya se ha cobrado cerca de 200.000 vidas según las estimaciones no oficiales.
Consciente de ello, y durante su discurso en el Foro Económico de Boao para Asia (BFA) que acoge la isla china de Hainan, conocido como el Davos asiático, la primera parada de Sänchez antes de reunirse con su homólogo chino en Pekín, el presidente español ha ofrecido a España como un "socio fiable" en el que "se pueda confiar" y un "jugador constructivo y responsable" en el contexto internacional, que es "lo que España quiere ser".
Asimismo, ha alertado de los "retos globales de una escala sin precedentes" a los que se enfrenta la humanidad y ha asegurado que "nadie quiere la fragmentación económica ni la guerra", mencionando, entre otros desafíos, "el cambio climático, la pandemia y la brutal e ilegal agresión de Rusia contra Ucrania".
Es la tercera visita diplomática internacional del presidente en la última semana, después del Consejo de Europa en Bruselas y la Cumbre Iberoamericana en República Dominicana, unas reuniones que ha afirmado tienen todas un hilo en común: "En menos de una semana me habré reunido con más de 40 líderes mundiales de tres continentes distintos. Y seré claro, en todas las conversaciones he escuchado el mismo anhelo de paz, estabilidad y prosperidad. Nadie quiere una fragmentación de la economía o la guerra".
España, socio "fiable"
En ese encuentro con empresarios, Sánchez ha ofrecido a España como un socio "fiable" para ser destino tanto de inversiones como para colaborar en la resolución de conflictos y la búsqueda de la paz en Ucrania.
Para el presidente del Gobierno, en el contexto de la guerra y de sus consecuencias se necesitan actores "responsables y constructivos". "Y eso es lo que España quiere ser, un país fiable y abierto y un activo miembro de todas las grandes organizaciones multilaterales", ha añadido.
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A caballo entre el aspecto político y económico, ha recordado que España asumirá la presidencia de la Unión Europea en el segundo semestre de este año y ha destacado que Europa y China deben competir en algunas áreas y cooperar en otras.
Pero, en ese sentido, ha asegurado que la UE seguirá defendiendo sus valores y principios con una perspectiva independiente y no renunciará a ellos.
Sánchez, que defendió el comercio libre, equilibrado y justo, rechazó las tendenciasproteccionistas y aludió a la cooperación empresarial al recordar que hay recientes inversiones de grandes grupos constructores chinos en empresas de ingeniería españolas que están creando oportunidades para el desarrollo de proyectos conjuntos en América Latina y animó a seguir profundizando en ello "respetando la soberanía de cada país y respetando las normas.
"En lo económico y más allá"
Las relaciones entre Asia y Europa, ha asegurado, "no tienen por qué que ser confrontacionales", y ambos continentes deben centrarse en ser aliados, "en lo económico y más allá".
El presidente ha remarcado tres áreas de colaboración bilateral: reforzar el multilateralismo, la lucha contra el cambio climático y la reformulación de una estructura financiera común.
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También ha asegurado que, aunque "algunos dicen que estamos en un proceso de desglobalización", opina que lo que está cambiando es "la forma en la que percibimos esa globalización". Lo importante, ha sentenciado, es "abrir Oriente para que Occidente no tenga que replegarse sobre sí mismo".
China y España
Sánchez ha tenido también palabras para alabar la relación entre las empresas chinas y españolas cuando se cumplen 50 años de las relaciones diplomáticas entre Madrid y Pekín, que desde entonces "han cambiado mucho".
Ahí ha señalado que las relaciones diplomáticas entre ambos países han cambiado mucho desde que se establecieron hace cincuenta años, haciendo hincapié en que el comercio bilateral se duplicó entre 2017 y 2022 hasta llegar a los 57.700 millones de euros.
Ha destacado asimismo que China es el primer proveedor de España y el mayor mercado de Asia para las empresas españolas y que aumenta significativamente el número de ciudadanos y empresas chinos que visitan o trabajan en España.
Agenda de Sánchez
El viernes, Pedro Sánchez viajará a Pekín y será recibido por el primer ministro chino, Li Qiang, en el Gran Palacio del Pueblo, donde mantendrán una reunión bilateral. Más tarde se reunirá con el presidente, Xi Jinping, y finalizará su visita con una conversación con el líder de la Asamblea Popular Nacional de China, Zhao Leji.
A lo largo de su viaje, Sánchez se reunirá también con representantes del Fondo Monetario Internacional, de AstraZeneca y de Mitsubishi, además de con operadores turísticos chinos y empresarios afincados en China.
Desde el Gobierno, se pone de relieve la importancia que tiene esta visita por el momento en que se produce, ya que será la primera de un líder europeo con Xi tras plantear Pekín su propuesta de doce puntos para la paz en Ucrania y, sobre todo, tras el encuentro de la semana pasada en Moscú con el presidente ruso, Vladimir Putin.
Paz en Ucrania
Pese a la contribución realizada junto al resto de socios de la UE y de la OTAN para rearmar a las tropas de Zelenski, el Gobierno español no es especialmente optimista sobre la posibilidad de que Ucrania alcance una victoria inmediata que permita poner fin al conflicto.
Así lo admitió este miércoles el almirante general Teodoro Esteban López Calderón, jefe de Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), durante su participación en la tercera edición del foro Wake Up, Spain!, que organizan EL ESPAÑOL e Invertia.
De acuerdo con los informes de inteligencia que recibe el Ministerio de Defensa, el JEMAD advirtió que no es fácil vislumbrar un fin inmediato de la guerra de Ucrania, ya que existe un "importante equilibrio" entre las fuerzas de ambos contendientes.
"No se ve que ninguno de los dos contendientes tenga la capacidad de hacer una ofensiva disruptiva, que fuerce el otro a ver la necesidad de sentarse en una mesa de diálogo", reflexionó el almirante López Calderón, "hay un equilibrio importante, con un desgaste descomunal de las dos partes, quizá más en el caso de Rusia, que tiene una resistencia muy grande y medios para continuar la guerra mucho tiempo".
El conflicto ha entrado así en una etapa de desgaste, que amenaza con cronificar la guerra mientras Vladímir Putin intensifica sus amenazas de desencadenar un conflicto nuclear a gran escala si las democracias occidentales mantienen su apoyo al Gobierno de Volodímir Zelenski.
El viaje de Pedro Sánchez a China se produce apenas una semana después de que Xi Jinping presentara su plan de paz para Ucrania, tras entrevistarse con Putin en Moscú.
En su visita oficial, Sánchez no tiene margen para adquirir ningún compromiso al respecto, pues la Unión Europea muestra un enorme recelo hacia este "plan de paz". No en vano, China es el principal aliado de Putin en el panorama internacional.
La propuesta de Xi Jinping implica un inmediato "cese de hostilidades" para retomar las conversaciones de paz, resolver la crisis humanitaria y garantizar la protección de civiles y prisioneros de guerra.
Pero también supone, entre otros puntos, levantar las sanciones con las que las democracias occidentales intentan presionar al régimen de Putin. Y, en la práctica, la propuesta de cese inmediato se traduciría en una política de hechos consumados que dejaría en manos de Putin espacios estratégicos de Ucrania, como la península de Crimea, a la espera de que se resuelvan las "conversaciones de paz".
El Gobierno español ha querido ser extremadamente cauto al respecto y ha recalcado que corresponde a "los ucranianos" determinar "cómo y en qué circunstancias" se pueden entablar negociaciones de paz.
En este contexto, Sánchez aterriza en China a medias porque Xi se lo debía, a medias porque le toca. La visita de Estado que hizo el líder comunista a España, en noviembre de 2018 —organizada cuando aún Mariano Rajoy ocupaba la Moncloa—, "salió muy bien", señalan fuentes de Moncloa, y se acordó el viaje de vuelta. Pero el viaje tiene además una especial trascendencia porque Pedro Sánchez asumirá en julio el semestre de la presidencia de turno europea.
De este modo, con la excusa de los 50 años de las relaciones diplomáticas entre España y China, ambos gobiernos tienen una coartada bilateral para tratar lo que a ambos inquieta: la pescadilla que se muerde la cola entre la guerra de Ucrania y la crisis global que genera el choque Washington-Pekín. Una cosa exacerba a la otra, ambas son obstáculo para la resolución respectiva, pero la segunda no se aborda sin tocar la primera.
En el equipo del presidente se ha tratado de ponerle mucho peso propagandístico al "peso internacional" de Sánchez y al "papel que le otorga China". Pero cuando se trata de bajar al detalle, Moncloa rehúye aclarar si Sánchez lleva una posición concertada con el resto de Estados miembros de la UE o hasta qué punto ha informado a la Casa Blanca del viaje.
El otro aspecto en el que sí inciden las fuentes cercanas al jefe del Ejecutivo es en la oportunidad de "reequilibrar" las relaciones comerciales con China, en la actualidad muy deficitarias para España: en el último año, nuestro país compró por valor de casi 50.000 millones de euros a China, pero le vendió productos por no más de 8.000 millones.
El PERTE Chip
Y ante Xi quiere jugarse la baza del hecho de ser un país mediano, con ninguna aspiración de gran poder global, pero uno de los grandes de la UE. Tanto en la cuestión bilateral —eminentemente económica— como en la multilateral —absolutamente política—.
Sánchez no viaja de emisario de Ucrania, pero sí cumplirá la promesa que le hizo a Volodímir Zelenski hace apenas un mes: promocionará su decálogo para la paz también en Pekín, reclamando a Xi que llame al presidente ucraniano: si ha dado un paso adelante, debe escuchar a las dos partes, no sólo abrazarse a Vladímir Putin.
"Es una buena noticia que China quiera jugar el papel que le toca, el de actor global y, sobre todo, el de su capacidad de influencia en Rusia", apuntan en Moncloa. Y ahí se vuelven a mezclar asuntos: Europa quiere desarrollar su "autonomía estratégica", que no es sólo militar, sino también económica.
Eso significa "no generar nuevas dependencias". Aunque nuestro aliado defensivo está claro, Estados Unidos, hay un espacio para China, que no sólo es "rival sistémico", sino competidor y socio... que es con quien se negocia. Así, los intereses económicos cruzados —Sánchez ofrecerá a XI una participación china en el PERTE Chip y pedirá, a cambio acceso a sus tierras raras— pueden ayudar a entenderse a Sánchez y a Xi.