Sólo uno de los 6 presos de Asturias que pidió cambiar de sexo para ir al módulo de mujeres sigue adelante

A través de su abogado, este interno ha solicitado al Registro Civil de Llanera que proceda a rectificar la mención registral de su sexo, de acuerdo con el procedimiento previsto en la Ley 4/2023, conocida como Ley Trans. 

El recluso en cuestión solicitó el cambio de módulo por medio de una instancia dirigida a la dirección de la cárcel. Aunque en un primer momento trascendió que empezaban a acumularse más casos en esa prisión, lo cierto es que ni a Instituciones Penitenciarias ni a los funcionarios les consta de forma oficial la existencia de más casos.

Según ha podido conocer EL ESPAÑOL de diversas fuentes penitenciarias, ninguno de los otros cinco presos que anunciaron su intención de dar este paso ha iniciado formalmente el trámite. Cuatro únicamente expresaron a la dirección del centro penitenciario esta voluntad, pero ninguno de manera formal.

Las mismas fuentes explican que tras el modo de actuar de estos internos subyacía cierto afán de "pitorreo" y de cachondearse tanto de la nueva ley como de los otros compañeros. 

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A todos les cogió por sorpresa, en gran parte porque los que anunciaban este paso nunca habían manifestado su intención de cambiarse de sexo. Varios cuentan con malos expedientes penitenciarios, plagados de sanciones. Expresaron su petición el mismo día que se difundió la noticia sobre el recluso que sí ha planteado la petición de manera formal. 

La ley

Pese a la anédcota, en atención a la ley, quien lo considere ya puede solicitar el cambio de sexo en el Registro Civil, tras la entrada en vigor de la Ley Trans. No son necesarios la hormonación ni tampoco evaluaciones psicológicas y médicas para solicitar el cambio registral.

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Las cárceles dependientes de la Administración central —todas excepto las del País Vasco y Cataluña, donde las competencias están transferidas— acogen a 79 personas transgénero. Del total, 22 son mujeres trans que están internas en cárceles femeninas o en módulos de mujeres, dentro de prisiones mixtas. Otros seis son hombres trans que viven en instalaciones masculinas.

Así lo indican datos de Instituciones Penitenciarias, que no detallan el género ni la ubicación de los 51 internos trans restantes. El colectivo representa el 0,17% de las más de 46.000 personas que forman parte del conjunto de la población reclusa.

La Ley Trans de Irene Montero no establece ningún protocolo específico para el tratamiento de las personas trans en prisiones, donde desde 2006 ya se permite a personas que no se identifican con su sexo oficial solicitar el cambio de módulo.