Apenas ha pasado algo más de dos meses desde que el 4 de abril Mercedes González tomase posesión como directora general de la Guardia Civil. Prometió, al llegar al cargo, mano dura con la corrupción que se había descubierto en los últimos meses en el Instituto Armado.

Pero González no tendrá ocasión de consumar esa limpieza, ya que en los próximos días abandonará su puesto para ir de candidata del PSOE en las listas a las elecciones generales por Madrid.

La decisión de González de presentarse a los comicios hace que, de forma automática, tenga que abandonar su puesto al frente de la Guardia Civil. Su situación supone una clara incompatibilidad, recogida en la Ley Electoral. González no tendrá problema en dejar en segundo plano a la Benemérita, y, por ello, renunciará a su cargo en los próximos días.

González se convierte de esta manera en la directora del Instituto Armado más breve desde, al menos, el inicio de la democracia. Nadie ha durado tan poco tiempo en este puesto.

Su decisión de acudir a la llamada de Pedro Sánchez sumerge, una vez más, a la Guardia Civil en una situación de inestabilidad. Después de meses de escándalos relacionados con adjudicaciones irregulares, casos de corrupción con altos mandos implicados, ahora se convierte en un Cuerpo descabezado. Verá cómo pasan, en apenas seis meses, tres personas diferentes a cargo de su dirección.

María Gámez dimitió después de que su marido, el empresario Juan Carlos Martínez, se viera involucrado en un caso de corrupción vinculado a los ERE de Andalucía. González llegó con promesas de rigor, transparencia y pulcritud. Ahora, se marcha sin haber cumplido su misión.

En los próximos días, el Ministerio del Interior tendrá que elegir a una nueva persona al mando. Otro dirigente cuyos días estarían contados, si se cumplen las encuestas y el PP termina desbancando al PSOE de Moncloa tras las elecciones del 23 de julio.

Críticas

Esta decisión ha generado críticas entre las principales asociaciones de guardias civiles. Desde JUCIL, asociación mayoritaria en el Consejo de la Guardia Civil, no se sorprenden de la decisión de González. "En la tónica de este Gobierno. Con esta noticia, dejan claro que priman sus intereses políticos. Nada han hecho por la seguridad ciudadana y la Guardia Civil. Estamos deficitarios en medios y material, algo que no es de recibo", señala Agustín Leal, portavoz de JUCIL.

Para esta agrupación, se trata de una situación "muy frustrante". Si tienen que definir el trato que el Instituto Armado ha recibido de parte del Ejecutivo socialista, lo tienen claro: "Una constante irresponsabilidad. Los españoles han de decidir el 23-J la seguridad que quieren".

Desde la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC), creen que los guardias civiles "necesitan una persona que asuma la dirección con decisión y que afronte los cambios que necesitan los hombres y mujeres que integran la institución, esperando que quien tome el próximo relevo traiga estabilidad en este cargo", explica Pedro Carmona, portavoz de AUGC. Algo que, en los últimos tiempos, brilla por su ausencia.

Desde Asociación Unificada, ven positivo, eso sí, que la directora deje el cargo para ser candidata y hacer política. "Continuar en el puesto sería un problema para mantener su neutralidad política", subrayan.