Las campañas electorales pueden dar mucho material para la reflexión o para la risa. Últimamente, procuran más de lo segundo que de lo primero. Y, a tenor de cómo discurrió el cara a cara entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo, parecen más ilustrativas las anécdotas cotidianas que el programa de cada partido.
A lo largo de los años (y aquí llevamos unos cuantos encadenando elecciones), las siglas de cualquier formación se han visto envueltas en imágenes controvertidas o graciosas que regresan al terreno popular de vez en cuando. Durante la noche del debate, este lunes, se rememoraron clásicos de los últimos tiempos como el adoquín que mostró Albert Rivera o lapsus lingüísticos como el "eres un Ruiz" (en lugar de "ruin") de Mariano Rajoy.
Hay actuaciones en estos meses, sin embargo, que se ven más o menos afortunadas. Y hacen menos gracia. Por ejemplo, ha habido denuncias a una pancarta de la plataforma Desokupa, una empresa de desahucios ligada a la ultraderecha, que muestra a los principales miembros del Gobierno y les conmina a irse a Marruecos. O la última pifia de un autobús próximo a este mismo espectro político.
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Con logo de Vox y encargado de la campaña en Cáceres, este vehículo ha sido pasto de mofas y de lamentos esta semana. Hacia las dos de la tarde, según medios locales, el autobús del grupo político liderado por Santiago Abascal ha enfilado una angosta calle de la ciudad de Cáceres, en la comunidad autónoma de Extremadura. Se trataba de Peñas, en la barriada de San Fermín.
Tal y como se ha quedado registrado en diferentes fotos de particulares que asistían a la escena, el enorme automóvil se ha quedado atrapado en esta estrecha calle del centro de la ciudad extremeña, de unos 96.000 habitantes. Al entrar sin calcular sus dimensiones, el autobús se ha atascado y, como consecuencia, ha dejado "balcones destrozados" y "coches raspados", según la valoración de daños que han exhibido vecinos y algunos testigos.
Según ha denunciado la Asociación de Vecinos de la Ciudad Monumental, estos daños son consecuencia del "empeño de entrar a la fuerza bruta donde no pueden hacerlo". Fuentes de Vox, no obstante, han tratado el tema. Tal y como han explicado a varios medios, el autobús hace dos días que circula por Cáceres para la campaña de las elecciones generales y llegó con motivo de la visita que el líder del partido ultra, Santiago Abascal, realizó el pasado domingo a la ciudad y posteriormente a Mérida, donde ofreció un mitin para simpatizantes en el hotel Las Lomas.
Las imágenes se han propagado rápidamente por Facebook y Twitter, y muchos usuarios han comparado esto con su argumentario. "Es un ejemplo de lo que vienen a hacer: molestar", apuntaba uno de los que han colgado las imágenes. Otros han recordado que el autobús de campaña del que fuera candidato del PP a la Presidencia de la Junta de Extremadura, José Antonio Monago, quedó atascado en un arco monumental de Zafra (Badajoz) provocando daños a la estructura de un monumento con más de cinco siglos de historia.
El pacto de la polémica
Vox, además, ha sido uno de los protagonistas en las últimas semanas tras las elecciones del 28 de mayo y las generales. Sus pactos con el PP han marcado la formación de Ayuntamientos y alguna controversia. En esta comunidad, la candidata popular María Guardiola daba su visto bueno a un acuerdo con la ultraderecha tras haberse posicionado en contra de los de Santiago Abascal apenas unos días antes.
Con la advertencia de las voces de Madrid, Guardiola sentenciaría que había puesto su palabra "por detrás del interés de los extremeños", cuando poco más de una semana antes había prometido que no iba a "traicionar" sus principios "por ser presidenta a toda costa". En el programa que han firmado se encuentra la defensa de la caza y de la tauromaquia, una "rebaja integral de impuestos" o intensificar la lucha contra la "ocupación ilegal de inmuebles".