El pasado 29 de mayo, después de la cita electoral, Pedro Sánchez convocó elecciones. La decisión, provocada por el resultado de los comicios autonómicos y municipales, fue una sorpresa generalizada. Dejó a los recién elegidos para tomar el cargo en segundo plano y apremió la formación de otros partidos, como la plataforma Sumar de Yolanda Díaz o el Caminando Juntos de Macarena Olona.
A pesar de la inminencia de otras elecciones, en estas semanas ya ha habido múltiples trifulcas. Desde aquella mañana en que Pedro Sánchez compareció frente a La Moncloa y fijó una fecha en el calendario se han sucedido acusaciones de todo tipo. Una ha sido, precisamente, el hecho de ir a las urnas en pleno verano. Otra, la urgencia por debatir con el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, con la negativa continua del candidato: sólo aceptó un cara a cara en un canal del grupo Atresmedia.
Y se han sumado los ataques personales, las acciones de una dudosa legalidad o el simple acoso callejero, que incluye insultos en medios de comunicación o acoso a sus trabajadores. Uno de los elementos más llamativos ha sido el uso de carteles para agitar la campaña. Ya lo hizo el grupo Desokupa con uno en Madrid donde instaba al presidente a marcharse y que fue tapado posteriormente.
[La surrealista pegada de carteles de Olona: rodeada de chicas 'sin rostro' en un club de carretera]
Hace unas horas también se llevó su parte uno colgado por el grupo ecologista Greenpeace. En él, se veía a los cuatro candidatos sin ropa y con la pregunta: "¿El cambio climático os la suda?", aludiendo a las políticas medioambientales que se deben tomar para frenar el calentamiento global. En el caso de la empresa de desahucios extrajudiciales, a cuya pancarta se le tildó de "lona del odio", la Junta Electoral de Zona de Madrid desestimó las denuncias y reclamaciones del PSOE y de ERC.
La resolución de la Junta Electoral de Zona argumenta que "las actuaciones denunciadas están amparadas por el derecho fundamental a la libertad de expresión, al no poder considerar que estén directamente encaminadas a captar votos favorables para una candidatura, sino a exteriorizar posiciones críticas o discrepantes con las posiciones defendidas por determinadas formaciones políticas". "Todo ello en el marco del debate público que no puede quedar reservado en exclusiva a los partidos políticos y sus candidaturas", añaden.
Greenpeace no ha tenido esa denuncia formal, pero sí ha recibido quejas por parte de personalidades de la política española. "Nunca he sido socio vuestro pero siempre os tuve respeto. Pero si fuera socio hoy me daría de baja inmediatamente. Esta equidistancia no solo es repugnante, es además un intento de tomar a la gente por imbécil. Por suerte existen colectivos ecologistas que jamás harían esto", apuntó el exvicepresidente de Gobierno Pablo Iglesias. "La pregunta abierta es una oportunidad para desmarcarse", respondió la agrupación ecologista.
Este miércoles se ha agregado otra polémica más en esta batalla electoral. El sociólogo Iago Moreno ha subido a Twitter una foto con unos carteles del centro de Madrid donde se anunciaba la compra de votos. "Compro voto", se lee en los pósteres, en referencia a los famosos 'Compro Oro' que pueblan la ciudad. "Valoramos personalmente su voto. Cometa fraude electoral por 50 miserables euros", expone, dando la dirección en la calle Ferraz del PSOE.
"Se han pegado estos carteles por el centro de Madrid. Es un delito electoral, y sabemos de donde viene. ¿Pero alguien piensa que la Junta Electoral reaccionará? La guerra sucia se expande fuera y dentro de las redes", indicaba el usuario de la red social, refiriéndose a las sospechas que han infundido determinados grupos políticos sobre una posible irregularidad en el voto por correo, que en esta ocasión será notable pues muchos españoles están de vacaciones.
Vienen también a colación por los escándalos que salpicaron las últimas elecciones, donde se denunciaron casos de compra de votos en Mojácar, localidad de Almería, Huelva, Zamora, Alicante o en Melilla. Además, estos hechos han conseguido que Correos haya subrayado las medidas de control contra el fraude que están realizando y la contratación de personal para que se lleve a cabo en plazo.