Denuncian al coronel que no sancionó al guardia civil que usó su placa para no pagar en un burdel
Una asociación de agentes presenta dos denuncias tras las revelaciones de EL ESPAÑOL contra los responsables del cuartel y la delegación del Gobierno.
19 julio, 2023 14:48Una asociación de agentes de la Guardia Civil acaba de presentar dos denuncias ante los juzgados de Santander contra los mandos de la Comandancia de Cantabria y contra la delegada del Gobierno en esa comunidad autónoma por dejar sin sanción al agente que usó su placa para no pagar en un burdel de Santander después de subir con una de las mujeres del local a las habitaciones del mismo.
Según desveló EL ESPAÑOL, los hechos ocurrieron en el New Borgia, un club de alterne situado a las afueras de Santander. Una investigación interna posterior a los hechos revelaría que ese establecimiento era frecuentado en diversas ocasiones por agentes de la Guardia Civil.
Uno de los pasajes revela cómo un agente acudió a ese establecimiento el pasado otoño. Entró a una de las habitaciones con una mujer. Poco después habló con uno de los responsables del local y, tras identificarse como guardia civil, reclamó que se le devolvieran los 50 euros "porque no estaba conforme con los servicios prestados".
Según la documentación interna de la Guardia Civil, el coronel de la comandancia zanjó el asunto sin sancionar a este agente.
Ahora, la Unión de Oficiales de la Guardia Civil (UOGC) acaba de presentar una denuncia que ha podido consultar este periódico ante los juzgados de Santander. Esta se dirige contra el coronel jefe de la Comandancia de Cantabria como presunto responsable de la omisión, si bien se pide que se extienda la responsabilidad a la delegada del gobierno en Cantabria y al teniente general mando de operaciones de la Guardia Civil.
[Dejan sin sanción a un guardia civil que usó su placa para no pagar en un burdel de Santander]
Esta asociación considera que sería preciso indagar en su supuesta responsabilidad en caso de que tuviesen conocimiento y no hubieran actuado, todo ello sin perjuicio de las responsabilidades que pudieran derivarse de la investigación judicial.
El delito que presuntamente le atribuyen en la denuncia ante los juzgados es el de omisión del deber de perseguir delitos, al no haber actuado contra el agente de la Benemérita que empleó su identificación para obligar a los dueños del establecimiento a que le devolvieran su dinero.
En otra denuncia dirigida al mismo juzgado, la Unión de Oficiales de la Guardia Civil señalan que este agente podría haber cometido un supuesto delito de extorsión, ya que en el club de alterne, tras subir a la habitación con una mujer, se hizo valer de su condición de Guardia Civil (mostrando su tarjeta profesional) y exigió que le devolviesen su dinero.
Investigación
La investigación por estos hechos se abrió el 18 de diciembre de 2022. Fueron varias las noches en que acudieron grupos de guardias al local de alterne. La primera de esas ocasiones fue en octubre del mismo año. Según las declaraciones recabadas, esa noche, ya a su llegada, en la puerta, se inició una discusión entre uno de los agentes y el portero. Para que el intercambio no fuera a más, uno de los guardias presentes se adelantó y pagó las entradas.
Según figura en la documentación de la investigación interna, una de las mujeres que estaban aquella noche en el club, declaró haber visto cómo entraban "5 o 6 personas que se dirigieron a la barra".
La mujer se acercó a uno de ellos "para entablar conversación" y el hombre, tras sacar su cartera y su tarjeta de identificación, le respondió: "No quiero saber nada con putas, soy guardia civil...".
Ese fue el primero de los episodios. Otra de las personas a las que se interrogó para averiguar qué hacía un grupo de guardias civiles en el club de alterne fue el dueño del local. En su declaración, relata unos hechos acaecidos en diciembre. Días antes de lo ocurrido, recibió la llamada de un agente para comunicarle que irían varios compañeros para celebrar la despedida de un componente de la comandancia.
Según recoge la investigación, cuando llegó esa noche "al menos uno" de los agentes "hizo uso de una de las habitaciones en compañía de una de las chicas que se encontraban en el local": el que devolvió el dinero enseñando su placa y que no llegó a ser sancionado.
Fuentes de la Guardia Civil señalan que de estos incidentes se suele informar a la Delegación del Gobierno, y al Mando de Operaciones en Madrid, dado que la comandancia de Cantabria depende directamente de este órgano, que es el que puede abrir expedientes disciplinarios por falta grave.
Sorprendentemente se abrió expediente a dos de los agentes, pero no aquellos que a juicio de las fuentes consultadas habrían cometido las faltas más graves en el Borgia, como el que se subió con la mujer a la habitación.