Daniel Ramírez M.A. Ruiz Coll

El Gobierno acaba de estrenar un plan en virtud de la Ley de Memoria Democrática que por primera vez no tiene que ver con el franquismo ni con la Guerra Civil. Según ha sabido este periódico, el Ministerio de la Presidencia acaba de iniciar el procedimiento para declarar “lugares de memoria” doce inmuebles y monumentos vinculados al liberalismo.

Es la primera vez que este departamento abandona el siglo XX y mira todavía más atrás, al XIX. El liberalismo español, que sí puede generar consenso entre derechas e izquierdas, yacía en el cajón del olvido desde el punto de vista político. Desaparecido Ciudadanos –autodefinido como partido “liberal”–, distintos dirigentes de PP y PSOE habían reivindicado en ocasiones ese legado, pero no desde un punto de vista práctico.

Ahora, existirá en España una suerte de “ruta de la memoria liberal”, tal y como las que ha estrenado el Ejecutivo de Pedro Sánchez vinculadas a la Segunda República y a la oposición antifranquista. Recorrerá Cádiz, Asturias, Sevilla, Málaga, Almería, Granada y Logroño.

Fuentes del Gobierno señalan que estos nuevos lugares de memoria “serán espacios de transmisión del recuerdo y promoción de la convivencia y cultura democrática”. El Ministerio promotor de la idea está encabezado por Félix Bolaños, que en algún momento había exhibido su intención de reivindicar ese “socialismo a fuer de liberal” que encarnó Indalecio Prieto. Sus palabras provocaron las críticas de la oposición, que acusaron al “sanchismo” de haber laminado la corriente liberal del PSOE.

El liberalismo español prosperó por primera vez el 19 de marzo de 1812, cuando se aprobó la Constitución de Cádiz. Sobrevivió –con grandes altibajos– hasta noviembre de 1823, cuando el general Riego fue ejecutado y Fernando VII reinstauró el absolutismo. Tanto el inicio como el final de esta época están incluidos en la ruta. Véase, por ejemplo, la Iglesia Mayor De San Pedro y San Pablo y de los desagravios, donde juraron sus cargos los diputados constituyentes; el oratorio de San Felipe Neri, donde siguieron las reuniones de las Cortes; o la casa natal de Riego en Asturias.

Una de las mayores pruebas de la inoperancia del liberalismo está en la carta manuscrita de despedida del general Torrijos, que está expuesta en el Congreso de los Diputados y que pasa desapercibida para la mayoría de habitantes del Parlamento. Restablecido el absolutismo, Torrijos quiso dar un golpe para devolver la libertad a España, pero fue capturado y fusilado junto a sus compañeros. Es mítico el cuadro que pintó Antonio Gisbert por encargo de Sagasta y que actualmente se encuentra en el Museo del Prado. La cruz y el monumento a Torrijos, ambos en Málaga, también engrosan esta ruta de la memoria liberal.

En Almería, se reconocerá el monumento a los “mártires de la libertad”, dedicado a otro grupo de liberales que, como Torrijos aunque años antes, intentó pronunciarse contra el absolutismo. De Granada se incluirá el monumento a Mariana Pineda; y de Logroño, la Casa Palacio de Espartero, donde vivió el general tras su retirada definitiva de la política. Recaló allí porque su mujer, Jacinta Martínez de Sicilia, era oriunda de la ciudad.

El liberalismo, pese a su escasa aparición en el debate político actual, fue la corriente ideológica que trajo a España la soberanía popular, la protección de las libertades civiles, la restricción de los poderes del rey, la primacía del poder legislativo sobre el ejecutivo y la abolición de la Inquisición.

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    Real Teatro de las Cortes en San Fernando (Cádiz)

    El antiguo Teatro de la Comedia de San Fernando (Cádiz) albergó, entre septiembre de 1810 y febrero de 1811, los debates de las Cortes Constituyentes que alumbrarían la Constitución liberal aprobada el día de San José de 1812.

    En plena Guerra de la Independencia, bajo el asedio de las tropas francesas, los diputados elaboraron la primera Carta Magna que proclamaba la soberanía de la Nación, constituida por "los españoles de ambos hemisferios"; y una limitación de los poderes del monarca con sufragio universal masculino indirecto y libertad de imprenta.

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    Iglesia Mayor de San Pedro y San Pablo y de los Desagraviados (San Fernando, Cádiz)

    La Iglesia Mayor de San Pedro y San Pablo, en San Fernando (Cádiz), acogió el juramento de los diputados electos de las primeras Cortes constituyentes de 1810 ante el cardenal y arzobispo de Toledo Luis de Borbón. Ese momento histórico quedó reflejado en el óleo de José Casado del Alisal que actualmente se exhibe en el Congreso de los Diputados.

    Los diputados electos se trasladaron luego al Teatro de las Cortes de San Fernando, en pleno asedio de las tropas francesas, para iniciar los debates de los que surgiría la Constitución liberal de 1812.

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    Oratorio de San Felipe Neri (Cádiz)

    La Constitución liberal de 1812 fue firmada y proclamada finalmente en el oratorio de San Felipe Neri (Cádiz), un templo de estilo barroco construido entre 1685 y 1719.

    Varias lápidas colocadas en su fachada conmemoran el centenario de las Cortes de Cádiz. El templo alberga, además, una de las obras cumbres de Murillo, que dedicó a la Inmaculada Concepción.

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    Casa natal del General Riego en Tuña (Asturias)

    El pronunciamiento del general Rafael del Riego (1784–1823) en Cabezas de San Juan (Sevilla) puso fin a la etapa absolutista de Fernando VII y dio paso al denominado Trienio Liberal, que se extendería entre 1820 y 1823. El monarca se vio obligado entonces a restablecer la Constitución de Cádiz y abolir la Inquisición.

    Más tarde, Fernando VII, incapaz de ajustarse a aquel incipiente parlamentarismo liberal, abolió la Carta Magna, restableció el absolutismo y dio paso a la llamada década ominosa. Aquel periodo se inauguró con la ejecución de Riego en la Plaza de la Cebada (Madrid).

    En Tuña (Asturias) se conserva la casa natal del general Riego. En la fachada se exhibe un escudo de armas y una placa conmemorativa instalada en su memoria en 1923.

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    Busto y monolito del General Riego en Tuña (Asturias)

    La Junta del Principado de Asturias decidió rendir homenaje al general Riego en 1994 con un busto, obra del escultor José Luis Iglesias Luelmo.

    La imagen muestra al militar liberal con su uniforme de general. A su izquierda, un bloque de piedra evoca también su memoria. Fue inaugurado por el entonces Príncipe de Asturias, Felipe de Borbón, en 2000 con motivo de la designación de Tuña como “Pueblo ejemplar de Asturias”.

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    Monumento a Rafael Riego (Cabezas de San Juan, Sevilla)

    El Ayuntamiento de Las Cabezas de San Juan (Sevilla) hizo realidad el pasado mes de marzo el compromiso adquirido por las Cortes españolas en 1822 de erigir un monumento al general Rafael Riego, precisamente en la población en la que realizó el pronunciamiento militar que traería el Trienio Liberal.

    La escultura, obra del artista local Luis Rodríguez, representa a Rafael del Riego sobre una mano que simboliza su ruptura con las cadenas de la opresión. 

    Está situado en la Plaza de la Constitución de esta localidad, frente al balcón desde el que, el 1 de enero de 1820, el general Riego proclamó la vigencia de la Constitución de 1812 frente a Fernando VII.

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    Antiguo Convento de San Hermenegildo (Sevilla)

    El antiguo Convento de San Hermenegildo, inaugurado en 1619 y situado en la Plaza de la Concordia de Sevilla, albergó las sesiones de las Cortes españolas durante varios meses, en 1823.

    En el siglo XIX sería transformado en cuartel de Artillería y, más tarde, fue derribado parcialmente para construir una amplia plaza en sus jardines. Hoy sólo se conserva la Iglesia. Fue sede del Parlamento de Andalucía entre 1985 y 1992. Está protegido como Bien de Interés Cultural (BIC) en la categoría de monumento.

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    Cruz de Torrijos (Málaga)

    El general José María Torrijos y Uriarte (1791-1831) combatió en la guerra de Independencia española y, tras la restauración del absolutismo por Fernando VII en 1814, participó en el pronunciamiento de Juan Van Halen de 1817 que pretendía restablecer la Constitución de 1812.

    Volvió a combatir contra las tropas francesas cuando los Cien Mil Hijos de San Luis invadieron España para restablecer el poder absoluto de Fernando VII.

    Tras la caída del Trienio Liberal, se exilió al Reino Unido. En diciembre de 1831, encabezó una expedición de 60 hombres que, desde Gibraltar, desembarcaron en la costa de Málaga.

    Por esta proeza sería fusilado nueve días después en la playa de San Andrés de la misma ciudad. La cruz de Torrijos fue erigida junto al Paseo Marítimo de Málaga en memoria de estos liberales que intentaron restablecer la Constitución de 1812.

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    Monumento a Torrijos (Málaga)

    El general Torrijos cuenta con un segundo monumento en la ciudad, un obelisco erigido en la Plaza de la Merced, que también rinde homenaje a los 48 combatientes que fueron fusilados junto a él en 1831.

    El monumento fue inaugurado en diciembre de 1842. Consta de una cripta en la que se encuentran los restos de Torrijos y sus compañeros (que fueron trasladados desde el Cementerio de San Miguel) y de una pirámide decorada con coronas de bronce sobre un pedestal.

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    Monumento a los Mártires de la Libertad (Almería)

    El Monumento a los Mártires de la Libertad se alza en la Plaza de la Constitución de Almería. Se conoce también como monumento a los Coloraos, nombre que recibieron los combatientes liberales que irrumpieron en la ciudad en agosto de 1824, procedentes de Gibraltar y vestidos con el uniforme rojo de la Marina británica, para realizar un pronunciamiento contra el reinado absolutista de Fernando VII e intentar reimplantar la Constitución de 1812.

    El monumento original, erigido en 1898, fue derribado en 1943 por orden del alcalde franquista de la ciudad Vicente Navarro Gay. El actual fue reconstruido e inaugurado en 1988. Consta de una columna de mármol blanco de 17,3 metros de altura, coronado con una esfera de cobre. 

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    Monumento a Mariana Pineda (Granada)

    La ciudad de Granada rinde homenaje, con una escultura erigida en 1873, a Mariana Pineda, la joven que fue ejecutada el 26 de mayo de 1831 con el garrote vil por negarse a delatar a sus compañeros liberales que luchaban contra el gobierno absolutista de Fernando VII.

    Entre otros cargos, fue acusada de ayudar a huir de prisión al general de artillería Fernando Álvarez de Sotomayor Ramírez, que había participado en distintas conspiraciones contra el monarca.

    El monumento a Mariana Pineda fue obra del escultor Miguel Marín y se levantó por iniciativa de la Academia de Bellas Artes de Granada. El poeta Federico García Lorca dedicó a la heroína liberal una obra de teatro titulada Mariana Pineda, romance popular en tres estampas, que se estrenó en 1927.

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    Casa Palacio de Espartero (Logroño)

    Transformado desde 1971 como Museo de La Rioja, este edificio neoclásico es conocido como el Palacio de Espartero porque fue la residencia del general Baldomero Espartero desde que se retiró de la política, en 1856.

    Espartero fue dos veces presidente del Consejo de Ministros y jefe del Estado como regente durante la minoría de edad de Isabel II, tras la marcha de María Cristina al exilio.

    Antes, había destacado en el campo de batalla tanto en las colonias de América como en la primera guerra carlista, donde dirigió el Ejército isabelino.

    También ejerció el cargo de virrey de Navarra (1836). El actual Museo de La Rioja alberga pinturas y esculturas de los siglos XII al XIX, así como las tablas de San Millán, que datan del siglo XIV.