Un agente de la Policía Nacional imputado en los sucesos del 1 de octubre de 2017 acaba de presentar una denuncia en el Juzgado de Instrucción número 7 de Barcelona contra una manifestante separatista que aquella jornada, tras agarrarle de la nunca, le plantó un beso en la boca de forma no consentida.
La denuncia por un delito "contra la libertad sexual", a la que ha tenido acceso EL ESPAÑOL, fue recibida en el juzgado este lunes 11 de septiembre, exactamente seis años después del referéndum ilegal celebrado aquella jornada por el separatismo.
El agente y sus representantes legales llevaban tiempo tratando de localizar una prueba gráfica que demostrase lo ocurrido aquella jornada, hasta que finalmente la han logrado y la han adjuntado a la denuncia.
Un policía imputado en el 1-0 denuncia por agresión sexual a una manifestante que le besó a las puertas de los colegios
En el vídeo se aprecian los hechos narrados por el policía. El agente solicita al juzgado que inicie diligencias de investigación para identificar y localizar a la mujer demandada.
Para ello aporta el vídeo que acredita su relato. Se trata de un directo grabado aquella jornada por la cadena qatarí Al Jazeera. Como primera medida cautelar, reza la denuncia, se solicita la imposición de una orden de alejamiento de un kilómetro de la demandada con respecto al agente en cuestión.
Denuncia presentada ante los juzgados de Barcelona por el agente.
Según figura en el documento presentado ante los juzgados de Barcelona, los hechos tuvieron lugar ante los Servicios Centrales del Departamento de Enseñanza, que funcionaba aquel día como colegio electoral.
Cuando los agentes formaban ante los manifestantes, una mujer desconocida, que estaba plantada ante él, le agarró de la cabeza. Acto seguido, sin mediar palabra, pero mirándole a los ojos, le propinó "un beso en la boca de forma sorpresiva, inopinada, repentina y no consentida".
Imputado
En ese momento, la Policía Nacional acababa de intervenir las urnas electorales de ese centro. La denuncia lo relata así: "Mientras se iniciaba el repliegue de los funcionarios actuantes, entre gritos, insultos, agresiones y vejaciones, una señora de unos 60 años se acerca a mí, me insulta y al observar que una cámara está próxima a ambos, me agarra con ambas manos del cuello y del casco antidisturbios, acercando mi cabeza a la suya, para posteriormente besar mi boca con la suya".
A su juicio, la supuesta agresora buscaría, "además del ánimo libidinoso que le pudo complacer el hecho, una reacción en mi persona que sirviera de desencadenante de una situación de violencia generalizada".
Ante ello, señala la denuncia del policía, su reacción fue de "contención y asco ante la extrema violencia que vivíamos en cada colegio". "Al agarrarme de la parte baja del casco no puedo zafarme ni impedir que doble mi espalda, todo ello al intentar evitar tener una respuesta brusca", añade.
El agente sigue a día de hoy encausado en el procedimiento del 1-O junto a otros 44 compañeros de la Policía Nacional. En su denuncia describe que todo ocurrió "en un ambiente de extrema violencia ambiental".
El episodio recuerda el incidente del beso propinado por el ya expresidente de la Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales, a la futbolista Jenni Hermoso tras la final del Mundial en Australia.
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El Sindicato Unificado de la Policía (SUP), colectivo mayoritario en el Consejo de la Policía Nacional, insta a que los poderes públicos pongan a disposición de este policía todas las herramientas y garantías del Estado de derecho para "proteger a este agente y que todo el peso de la ley recaiga sobre esta persona".
"Seguimos con un procedimiento judicial donde 45 policías fueron imputados, mientras nosotros recibimos pedradas, vejaciones, agresiones físicas, y hasta delitos sexuales como en este caso", señala su portavoz, Jacobo Rodríguez.