Así es el balneario de Medina del Campo donde el Gobierno alojará a más de 200 inmigrantes

La localidad vallisoletana de Medina del Campo está estos días en el foco mediático. Este miércoles llegaron 183 inmigrantes a las instalaciones del balneario Las Salinas, perteneciente a esta urbe de unos 30.000 habitantes. La mayoría procedía de los países subsaharianos y había volado desde Canarias. El edificio se sitúa en la Carretera Velascálvaro de la localidad y es de propiedad privada, que se encontraba cerrado por reformas desde hace un año.

El traslado se ha producido después de que las islas Canarias vivan una crisis migratoria abismal. El Gobierno en funciones de Pedro Sánchez y alguna ONG están llegando a acuerdos con algunos establecimientos hoteleros en el territorio nacional, con el fin de dar alojamiento a las personas que quieren comenzar una nueva vida en Europa.

"España es un país solidario. Es un país que trabaja para garantizar la dignidad de todas las personas y que trabaja por los derechos humanos. En los últimos días ha habido un movimiento de población que requiere ser atendida. Dentro de la lealtad y de la cooperación internacional del Gobierno de España con las Comunidades Autónomas, en estos momentos se desarrollan los trabajos previos para garantizar ese movimiento y atención", dijo Virginia Barcones, delegada del Gobierno en Castilla y León, con respecto a este asunto.

Imagen del balneario. TWITTER

Dicha acogida, además, ha traído polémica por la calidad de sus espacios. Situado a una hora y media de Madrid y a 40 minutos de Valladolid, es "uno de los Balnearios más emblemáticos del país con las terceras mejores aguas madres de Europa", según promocionan en su página web.

"Un lugar idílico para hacer turismo enológico y de relax donde podrán visitar lugares tan emblemáticos como Tordesillas, Olmedo y Rueda. El hotel y balneario Palacio de las Salinas, es un singular edificio que cuenta con todas las comodidades. Abierto todo el año, el hotel dispone de 64 habitaciones que han sido decoradas orientadas a crear un ambiente cálido, confortable y luminoso", anunciaban en sus redes antes de que cerraran temporalmente por obras.

El balneario, donde se prevé que lleguen unos 50 inmigrantes más, consta de 5.000 metros cuadrados de instalaciones y 80.000 de jardines. Según cuentan, había referencias al lugar desde el s. XVII: "En el páramo de las Salinas (actual situación del Palacio) sucedía que en épocas de lluvia se embalsaba el agua una vez que el terreno se saturaba y con el transcurrir de los días, a medida que se evaporaba por acción del sol y el aire, aparecía un sedimento blanquecino, que no era otra cosa que depósitos de sal, de ahí el nombre", comentan.

Fue un lugar donde la gente acudía a aplicarse sales por el cuerpo y "a bañarse en las charcas naturales durante la primavera y el verano". Se hablaba de que allí se curaban las enfermedades de la piel y otras dolencias de los huesos y las articulaciones. En 1891 se inauguró el Balneario, siendo un pequeño hotelito con una casa de baños acondicionada con pilas de mármol para bañar a los enfermos.

Panorámica del balneario Las Salinas. TWITTER

Su primer propietario se llamaba Don Manuel Ortiz de Pinedo. Ya entonces se desplazaba un médico a atender a los visitantes. Y este dueño consiguió la Declaración Oficial de Aguas de Utilidad Pública por Real Orden del 3 de marzo de 1893. Iniciado el siglo XX, se construyó una sociedad mercantil que en 1912 puso en marcha el gran hotel, cuyo diseño arquitectónico fue realizado por el mismo equipo que el Palacio de la Magdalena en Santander.

Ahora, el balneario luce una entrada con estilo de principios del siglo XX. Los pasillos y los ventanales se asemejan a los balnearios clásicos de la 'belle époque'. Destaca en sus jardines la creación de la "capilla del milenio". El interior de este templo es obra del artista Cristóbal Gabarrón, que trabajó durante dos años en el lugar hasta completar la obra, que incluye las pinturas murales, la escultura del Cristo crucificado y otros detalles.