Ya está hecho. Impunidad por investidura, investidura por impunidad. Enhorabuena a los agraciados. Puigdemont, por lo primero, la impunidad. Sánchez, por lo segundo, la investidura. Hablando se entiende la gente. Hablando (en el nombre de España, ¿verdad, presidente?) se entienden los necesitados.
Sólo un par de apuntes sobre el casamiento del PSOE y Junts, que estará usted hasta las orejas ya de escuchar opiniones.
Primero, un reto: son cuatro folios de pacto, mil quinientas palabras. Éste es el reto: a ver si usted es capaz de encontrar una sola medida, una, que esté pensada para mejorar la vida cotidiana de un español de Jaén, de Villablino, de Calatayud. Una. El PSOE dice que éste es un pacto progresista. No se rían.
Segundo, una pregunta: la historia de Cataluña que relata el primer folio de los cuatro, historia perfectamente nacionalista, Cataluña según Puigdemont, ¿es la historia de Cataluña según Salvador Illa? ¿En serio?
La política española se internacionaliza. Y luego nos quejamos de que el comisario Reynders esté todo el día pendiente de nosotros.
Del referéndum de autodeterminación, última línea roja que queda en pie, ya un poco difusa, les digo algo luego.
Antes, mi reconocimiento al esfuerzo titánico que está haciendo el PSOE para convencer a España de que en esta negociación el que más ha cedido es Puigdemont. Según la propaganda oficial, ha renunciado a la vía unilateral --no lo ha hecho---, ha vuelto al redil de la política y el diálogo --¿Junts no estaba ya en el Congreso?-- y se ha sumado a la gobernabilidad de España, qué maravilla.
Hombre, es verdad que ha conseguido la impunidad para él, los tsunamis y los CDR; ha conseguido el relator internacional; ha conseguido el control parlamentario de las causas judiciales y el compromiso de buscar la manera de hacer el referéndum y de crear un cupo fiscal catalán; ah, y que el PSOE haga suyo el relato fake sobre lo que fue el procés. Pero vamos, sí, que ha salido escaldado. Se te ve fastidiao, Puigdemont. ¡Anda, que te lo mereces! El pobre no se ha dado cuenta de que la amnistía era la forma de que asumiera su derrota. ¡Le hemos impuesto la amnistía, que trague! Dices: pero si la amnistía la pedía él. Pues más tonto aún. En el pecado, la penitencia.
El PSOE dice que éste es un pacto progresista. No se rían
Sólo una cosa: desde hace seis años el independentismo catalán viene entonando este cántico: amnistía y autodeterminación. Amnistía y autodeterminación. Amnistía y autodeterminación. Bueno, ya tienen la amnistía. Dices: no han ganado del todo, sólo han logrado la mitad. Desde hace dos años el PSOE venía entonando este cántico: amnistía, no. Ni amnistía ni autodeterminación. Ni amnistía ni autodeterminación. Hoy ha entregado la amnistía. Ya ha entregado la mitad.
Un recordatorio:
La última campaña electoral no versó sobre Cataluña. Presumía de ello el presidente en las entrevistas: ¡ya no se habla de Cataluña, he encauzado el problema! Desde el 23 de julio sólo se habla de Cataluña. Como conflicto. Resolverlo se ha convertido es lo más relevante, lo más prioritario, lo más histórico. Otra vez. Ésta es la historia de nuestras vidas.
Que los argumentos son de goma es marca de casa Sánchez. Y la amnistía también lo será. Elástica. Hasta ayer sabíamos que se había diseñado a la medida de unas cuantas personas. Sabíamos que se había redactado al gusto de los beneficiarios más conocidos. Vamos, admitió Cerdán que la imputación de Puigdemont el martes hizo que Junts lo revisara todo, más prueba de que se está legislando para personas con nombres y apellidos no cabe.
El PSOE Hoy ha entregado la amnistía; ya ha entregado la mitad
Pero desde ayer sabemos que el PSOE acepta vincular las comisiones de investigación parlamentarias sobre el caso Pegasus y la llamada operación Cataluña con la aplicación de la amnistía. Es decir, que si el Parlamento decide que alguien ha sufrido persecución ideológica utilizando instrumentos jurídicos -por ejemplo, una denuncia, o una imputación- se le considerará víctima de lawfare y merecedor de ser amnistiado. El Congreso –la mayoría puigresista- constituido en fiscal y juez de causas judiciales. El comisario Reynders debe de estar infartando.
Fuentes del PSOE enviaron ayer a los medios unas justificaciones según las cuales no es correcto interpretar que los jueces van a ser fiscalizados. Que no, que no, que se trata de que las comisiones de investigación hacen conclusiones y recomiendan reformas legales. Como sucede en cualquier comision de investigación, dicen. Oiga, y si es como sucede siempre, ¿qué necesidad hay de escribirlo en un pacto? Mal empezamos cuando firmas un papel que tienes que salir a matizar el mismo día porque se te han horrorizado todas las asociaciones judiciales. Todas. Da igual su orientación ideológica.
Tres jueces aplauden
Bueno, que las asociaciones se hayan espantado no significa que todos los jueces lo estén. Hay tres jueces en España que, salvo sorpresa, aplauden todo lo que se pacte. Tres. Por sus nombres: Fernando Grande Marlaska, Margarita Robles, Pilar Llop. Uno fue vocal del CGPJ a propuesta del PP, otra era magistrada del Tribunal Supremo, la tercera ha pertenecido a Jueces para la Democracia. Porque Jueces y Juezas para la Democracia también está espantada con lo del lawfare. ¡Los jueces de izquierdas! A ver cuánto tarda la propaganda oficial en señalar a esta asociación como enemiga del progreso, la convivencia y la concordia.
Todo ha resultado ser lo que parecía que iba a ser. Primero de cambió el Código Penal para vaciar causas judiciales y ahora se hace la amnistía para terminar de abortarlas. Ir borrando líneas rojas también es marca de la casa.
Pequeño resumen del serial "por ahí, no" que ha protagonizado estos últimos meses (o años) el segundo partido del país en número de votos. El PSOE.
La cosa empezó en 2019. El Supremo emitió sentencia condenatoria y el independentismo bramó: ¡Hay que alzarse contra ella, incúmplase! Y el Gobierno dijo: no, por ahí no. La sentencia se ha de cumplir íntegramente. Separación de poderes. Línea roja.
Luego, negociando la investidura de 2020, aceptó llamarle conflicto a la cuestión catalana, creó una mesa de negociación extraparlamentaria con el gobierno catalán e hizo suyo el verbo desjudicializar. El independentismo dijo: ¡fuera todos los condenados de prisión! El PSOE dijo: no, por ahí no. Que no son presos políticos. Un año después, los indultó. Ya no hay lazos amarillos, Cataluña, pacificada.
Desjudicialización
Entonces el independentismo dijo: más desjudicialización. ¡Fuera delitos! El PSOE dijo no, por ahí no. El Código Penal es una cosa muy seria, no se hace a la carta. Y borró del Código Penal el delito de sedición porque era el que más pesaba a los procesados de Esquerra. Dijo el independentismo: eh, y la malversación. Ah no, respondió el PSOE, por ahí sí que no. Línea roja: la corrupción. Y procedió a abaratar las penas a los corruptos.
El independentismo retomó su cántico: amnistía y autodeterminación. Y el PSOE dijo: no, por ahí no. Línea roja, ¡dos! Ni amnistía ni autodeterminación. Y se sentó a negociar la amnistía con Junqueras y Puigdemont. A lo largo de la negociación ya les hemos ido contando. Que dicen los independentistas que hay que amnistiar a los del tsunami. ¡No, los del tsunami, no! Línea roja. ¡Y a los CDR! No, los CDR, no, delitos violentos, por dios, por ahí no. Y acabó metiéndolos a todos bajo el paraguas protector.
Se han hecho una amnistía a la medida de la necesidad de uno y a la medida de su necesidad propia
Puigdemont dijo: ah, y a estos colegas míos, aunque estén procesados por delitos que nada tienen que ver con el procés. Y el PSOE dijo: hombre, no, por ahí no. Es que es lawfare, persecución ideológica. Ya, pero no, eso sí que… Y le firmó a Puigdemont un papel que dice que si el Congreso lo decide, podrán caber todos.
El independentismo dijo: ah, el relator internacional. Que no nos fiamos de ti, Sánchez, hace falta un vigilante de la playa, pero extranjero. No, por ahí sí que no, cómo va a ser extranjero. Pues habrá un vigilante con ayudantes, mecanismo lo han llamado. Pero extranjero. Porque dice Puigdemont que para ser neutral no puede ser ni catalán ni español. Esto no es broma, es parte del pacto.
Hemos ido pasando del no, por ahí no, no por ahí no, al no, qué va, ya te digo yo que sí. Amnistía, tsunami, lawfare, control de jueces, verificador internacional, compromiso para estudiar el cupo catalán. Pero dice la propaganda oficial que a este pobre Puigdemont le han ganado por goleada.
Naturalmente, no es verdad que sólo salga ganando el independentismo cuyo relato tramposo del procés ha sido abrazado por el partido que apoyó el 155 (permitirá el ministro de la Memoria Democrática que borremos esta parte de su cargo porque de memoria andan fatal); no es verdad que sólo salgan ganando los cientos de personas que quedarán impunes, tsunamis democrátics, CDRs incluidos.
El PSOE logra la investidura
Naturalmente que el PSOE también ha logrado algo de sus nuevos socios (permitirá el presidente que sonriamos al recordar lo mal que le sentaba la palabra socios cuando andaba por España pidiendo el voto). El PSOE lo que logra es lo único que estaba buscando. Que no era resolver un conflicto histórico ni hacer posible que los catalanes vuelvan a reunirse en Nochebuena (con Puigdemont, se entiende). Era la investidura. Así que enhorabuena a los agraciados.
A los dos principales agraciados, el señor Puigdemont, al que pronto nos reprochará el PSOE que llamemos prófugo en lugar de president, y a Pedro Sánchez. Se han hecho una amnistía a la medida de la necesidad de uno y a la medida de su necesidad propia. Entre los dos han cocinado una ley nunca antes vista en Democracia cuyos dos mayores beneficiarios son ellos mismos. Pónganse en pie la prensa afín y aplauda esta exhibición de izquierdismo y de progresía.
Hemos ido pasando del no, por ahí no, no por ahí no, al no, qué va, ya te digo yo que sí
Ah, lo del referéndum. Nos tenía dicho el PSOE: estos de Junts renunciarán a repetir la embestida de 2017, en su lenguaje de seda, la vía unilateral. Es que o ellos ponen algo de su parte, asumen que aquello fue un atropello y se compro-meten con el marco jurídico o no puede ser. Parecería que esta transacción sólo cedemos nosotros. Bien, Puigdemont se compromete a buscar con el PSOE la forma de hacer posible la autodeterminación sin embestir, sólo que añade que en caso de que el PSOE no la encuentre, peor para el PSOE. Porque al final, recuérdese, la única solución que el independentismo contempla para la cuestión catalana es que los catalanes, y sólo ellos, decidan donde termina España. Y el resto de España conceda.
El referéndum es la última plaza por rendir. Único asunto en el que el PSOE sigue diciendo por ahí, no. Porque es inconstitucional.
Imagino que el PSOE, tantísimo trabajo dándole vueltas a los textos, ¿verdad?, es consciente de lo que firma. Hace ya muchas semanas les recordé este episodio parlamentario de 2014: en los albores del procés. El Parlamento catalán envió una delegación a las Cortes Generales (Jordi Turull, Marta Rovira y Joan Herrera) para solicitar que le fuera cedida la competencia para convocar un referéndum de independencia. La petición fue rechazada con los votos del PP y el PSOE. Bien, este PSOE que entonces votó en contra ha firmado hoy un papel en el que dice que ‘lamentablemente’, leo, ‘lamentablemente, esta propuesta no fue considerada en su momento’. No es verdad (esto tampoco es verdad), sí fue considerada, por el Congreso, lo que pasa es que fue rechazada.
El referéndum es la última plaza por rendir. Único asunto en el que el PSOE sigue diciendo por ahí, no
El PSOE de entonces votó en contra. Pero a este PSOE de ahora le parece lamentable que se desechara. O dicho de otro modo, y retomando lo que ya les conté hace meses: si mañana el Parlamento catalán repitiera el intento y enviara una delegación al Congreso a pedir que se le permita convocar un referéndum, ¿al PSOE le parecería entonces razonable dejar que lo haga? Si es coherente con lo que ha firmado, así debería ocurrir. Colofón: lo que el PSOE le ha firmado a Puigdemont no es el referéndum, es su spoiler.