La Policía Nacional acaba de detener a Yusef Mohamed Lehrech, un peligroso y joven sicario conocido como El Pastilla en una estación de tren de Leipzig (Alemania), un mes después de su huida de la cárcel de Alcalá Meco (Madrid) en vísperas de Nochebuena, tras una insólita fuga por la puerta principal que fue posible debido a una serie de graves errores en cadena en esa prisión.
Los investigadores de la Sección de Localización de Fugitivos de la Policía Nacional, según ha podido confirmar EL ESPAÑOL, tenían abierta una investigación. Tras intensas semanas, habían encauzado una de sus líneas de investigación, la que le situaba en territorio germano.
Durante todo el último mes, los agentes a cargo de las pesquisas han seguido varias líneas. Las indagaciones partieron de la premisa de que el joven abandonó la cárcel por su propio pie, y cuando ya era libre, echó a correr campo a través. El Pastilla logró eludir durante días el cerco policial y el control en las estaciones que se implementó desde poco después de su fuga.
Aun así, aunque se cree que pasó largas noches a la intemperie, los investigadores tenían la sospecha de que había logrado salir al extranjero. Pese a la gran cantidad de enemigos que se había ganado este joven, entre ellos de su antigua banda de narcotraficantes, era muy probable que hubiera logrado salir del país, según apuntan fuentes del Ministerio del Interior a EL ESPAÑOL.
Yusef nació en Ceuta en 2003. A sus 21 años, apenas llevaba dos semanas en la prisión de Alcalá Meco (Madrid) cuando vio la oportunidad de escaparse. Le habían trasladado desde Algeciras por "incompatibilidad" de convivencia en Botafuegos con presos de bandas narcotraficantes rivales.
La fuga
En la víspera de Nochebuena, cuatro familiares fueron a verle a prisión. Primero acudieron al locutorio, y luego, más íntimo, uno de ellos tendría con él un vis a vis. Fue ahí cuando se le presentó la oportunidad de protagonizar una de las escapadas penitenciarias más insólitas que se recuerdan.
Cuando finalizó la comunicación con los suyos, tal y como reveló ESPAÑOL, el ceutí se infiltró junto al resto de visitantes de la prisión. Tenía como objetivo escaparse. Un total de 11 familiares de distintos presos fueron llevados de vuelta hasta el control de acceso desde el interior del módulo.
En una primera puerta comenzaron a nombrarlos uno a uno para entregarles los DNI que habían depositado a su llegada. Mientras el funcionario daba las tarjetas a sus respectivos dueños, Yusef aprovechó para colarse por detrás del trabajador por una puerta de 80 centímetros. Los familiares guardaron la compostura, ni se inmutaron al ver la escena y continuaron su camino como si nada hubiera ocurrido.
Siete metros más adelante, el sicario ceutí tenía una nueva barrera que sortear: una segunda puerta que no puede estar abierta a la par que la anterior. Sin embargo, Yusef tenía esa tarde la suerte de cara y se encontró la barrera sin cerrar. Estaba cerca de conseguirlo, pero aún tenía que pasar otro control.
Alcalá Meco es una prisión de las antiguas. La puerta de entrada se sitúa a unos 300 metros de la principal. Todo ese recorrido lo hace Yusef, que llega hasta el puesto de la Guardia Civil en el acceso al recinto. En ese momento se dirige hacia la barrera para salir de la cárcel.
[Un sicario se fugó de la cárcel de Alcalá Meco mezclado entre las visitas la víspera de Nochebuena]
Los agentes le pararon, indicándole "la salida reglamentaria", por el departamento de comunicaciones, que está justo al lado, pensando que era un familiar más.
Este error de graves proporciones ha propiciado que Interior e Instituciones Penitenciarias abriesen una investigación y suspendiera de empleo y sueldo con una falta grave a los tres funcionarios que cometieron el error y facilitaron la fuga.