Los investigadores de la Policía Nacional que han logrado dar con Yusuf Mohamed Lehrech, alias El Pastilla, sospechan que su estaba bien planeada y que un coche lo recogió tras escapar de Alcalá-Meco (Madrid) para trasladarle a Alemania, donde la familia de un amigo cercano le acogió durante días.
Nada más salir de la prisión y echar a correr campo a través el pasado 23 de diciembre, El Pastilla se convirtió en una sombra. La Sección de Localización de Fugitivos de la UDYCO revisó desde el principio todas las grabaciones disponibles de los lugares próximos a la prisión. El Ministerio del Interior hizo un gran despliegue para controlar todas las comunicaciones y puntos de transporte.
Pese a ello, el sicario ceutí, de 21 años, desapareció. Su rostro no aparecía en las grabaciones de ninguna estación de tren ni de autobús. Tampoco en los aeropuertos.
Días después, a principios de enero, los agentes lograron localizarle en la ciudad de Colonia. En algo más de una semana había puesto tierra de por medio y había logrado cruzar 2.000 kilómetros hasta su escondite. Esto lleva a sospechar a los agentes que alguien le recogió en coche tras su salida de la penitenciaría madrileña y le transportó al otro lado de la frontera francesa.
Por ese motivo, creen los investigadores, la huida habría sido planificada con cierta antelación.
Por el momento esto sería tan solo una hipótesis. Pero lo cierto es que el 23 de diciembre Yusuf Mohamed Lehrech abandonó la cárcel por la puerta principal, mezclado entre familiares, sin que nadie pudiera impedirlo. Su rastro se perdió durante días.
"Un superviviente"
A día de hoy el Ministerio del Interior no ha podido reconstruir todos sus pasos hasta salir de España. No se ha podido delimitar claramente su itinerario. Como aseguran a EL ESPAÑOL fuentes de la investigación, se le perdió la pista hasta que le volvieron a localizar en la localidad francesa de Montpellier.
La huida de El Pastilla, señalan los investigadores, es una de las más insólitas que se recuerdan. Es la de "un superviviente" que puede pasar varios días caminando, sin comer, preparado para dormir a la intemperie. Por eso, entre otras cosas, ante el cierre y control del transporte público, también se sospecha que pudo contar con la colaboración de un cómplice que le recogió poco después de su salida.
En los días posteriores a la huida, la víspera de Nochebuena, los investigadores rastrearon los movimientos y la actitud de la familia, que había ido a verle a la cárcel el día que se escapó. La vigilancia empezó inmediatamente después de conocerse la noticia de impacto nacional de la fuga del joven sicario.
Los agentes monitorizaron 24 horas al día, siete días a la semana, todo lo que hacían sus familiares próximos. Pero para sorpresa de la Policía, actuaron "con sorprendente y absoluta normalidad".
Ayuda en Colonia
Tras encontrar su rastro de nuevo, ya en Alemania, la Policía Nacional logró localizar el lugar en el que vivía y quién le estaba dando cobertura para esconderse. Según los investigadores, una familia marroquí sin vinculaciones con el crimen organizado era la que le daba cobertura en el país germano. Estaban vinculados a El Pastilla a través de uno de sus amigos.
Durante algunos días tras su salida de España, vivió con esa familia manteniendo ciertas precauciones. Sin embargo, salía regularmente de la casa para acudir a rezar a una mezquita cercana, y en uno de esos trayectos una de las cámaras de la ciudad captó su imagen.
[La Policía detiene a 'El Pastilla' en una estación de tren en Alemania un mes después de su fuga]
La escapada vino propiciada por una serie de errores en cadena de los funcionarios de la prisión. Interior no sospecha ni cree cómplices de la fuga a los trabajadores que se equivocaron aquel día. No obstante, los investigadores sospechan que el sicario tenía planeado escapar ese día, aprovechando la confusión de las visitas. Salió por la puerta principal sin ningún impedimento. Una vez en el exterior, echó a correr. Luego le esperaba un coche. Todo le salió a pedir de boca.
Los agentes de la Policía Nacional agradecen también la gran colaboración ciudadana de las últimas semanas. Muchos ciudadanos se involucraron, ofreciendo líneas de investigación sobre personas que habían visto en Málaga, Cádiz, Cataluña o Guadalajara, creyendo que era El Pastilla.
Cuando le arrestaron en Alemania no iba armado. Tampoco llevaba documentación. Casi desde el principio, los investigadores estaban convencidos, como pasa en otras muchas ocasiones con fugitivos de alto nivel como este, que no se quedaría en el país en el que ha cometido su grave delito. Para ellos, era muy probable que ya no estuviera en España. Una vez más acertaron.