Alberto Garzón ha renunciado a un trabajo antes de empezar. El exministro de Consumo, muy crítico con las puertas giratorias, iba a iniciar una nueva andadura profesional tras su salida del Gobierno. Todo estaba listo para que se incorporara a la consultora política Acento, pero finalmente no será así. Garzón ya no trabajará ni con el socialista Pepe Blanco, su fundador, ni tampoco con su presidente, el exministro del PP Alfonso Alonso. El peso de las críticas, las más crudas desde Izquierda Unida y el ámbito de Podemos, así como el efecto boomerang de la hemeroteca, han contribuido a esta renuncia.



En el capítulo de hoy, conversamos con el excoordinador general de Izquierda Unida, Gaspar Llamazares. Desde su perspectiva, ya fuera de la primera línea, destaca la dificultad que enfrentan los políticos al intentar reintegrarse en la vida civil.



Llamazares sostiene que "la izquierda se ha visto contaminada por una ideología puritana populista que va más allá de su orientación tradicional". Frente a los juicios personales provenientes de Podemos, el exdiputado responde al "purismo" del exvicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias, actualmente director de Canal Red. "La reubicación de Garzón puede ser tan polémica como la reubicación en un medio de comunicación que ha tenido relaciones con la política y sus decisiones", y añade "No hay que ponerse tan estupendos".

Además, Luis Casal, redactor de política en EL ESPAÑOL, detalla lo ocurrido entre el sí inicial y la posterior renuncia de Garzón. Asimismo, nos brinda información sobre Acento, la consultora de Asuntos Públicos fundada por Pepe Blanco, ex ministro de Fomento.