Más de 12.000 litros de combustible incautados, 13 narcolanchas intervenidas y 63 detenidos es el balance provisional de la operación que lleva a cabo en Andalucía la Guardia Civil contra el narcotráfico en el sur de España.
Se trata de un amplio operativo, bautizado con el nombre de Arrow, que comenzó el 1 de abril y que ahora los agentes del instituto armado quieren culminar, según han indicado a Efe fuentes próximas a la operación.
Además del combustible y las narcolanchas, los agentes se han incautado de algo más de 600 kilos de cocaína y casi dos toneladas de hachís en poco más de dos semanas.
El objetivo de la operación Arrow es perseguir a las redes criminales que operan en el litoral andaluz, pero también en el cauce del río Guadalquivir, así como golpear a la logística de los narcos, sobre todo las narcolanchas que surten de combustible en alta mar a las embarcaciones que transportan la droga.
La operación continúa abierta con la participación de numerosos agentes de las diversas comandancias del instituto armado en la comunidad autónoma.
Desmantelan la mayor red de narcolanchas
De forma paralela a la operación Arrow, y como informó EL ESPAÑOL, la semana pasada Vigilancia Aduanera, Policía Nacional, Guardia Civil y la Policía Judicial de Portugal desmantelaron la mayor red de narcolanchas en el estrecho de Gibraltar, que contaba con entre ocho y 10 embarcaciones de forma permanente para introducir hachís y cocaína en la Península y Europa.
En una operación en la que participaron 250 agentes, se detuvieron a 16 personas y se intervinieron 4.000 kilos de hachís y 627 de cocaína. También se incautaron tres armas cortas, 1,4 millones de euros en efectivo, 19 coches de alta gama y varios sistemas de comunicación de alta precisión con lo que controlaban todos los medios aéreos y marítimos de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
La red tenía su centro de operaciones en una lujosa urbanización de Lisboa, desde donde un histórico narcotraficante huido de la justicia dirigía y coordinaba todas las operaciones navales.
La organización disponía de una media de entre ocho y 10 narcolanchas, que estaban en todo momento en el agua, comúnmente llamado petaqueo, con sus respectivas tripulaciones preparadas para transportar hachís o cocaína de otras organizaciones nacionales o internacionales que demandaran sus servicios.
Contaba con una nutrida red de pequeñas embarcaciones, incluso pesqueros, que se encargaban de llevar víveres, gasolina y todo lo necesario para que las tripulaciones se mantuvieran de forma permanente en el mar, esperando el momento oportuno para actuar.