Las elecciones catalanas ya son historia. Ahora, la región vive un momento de cierta incertidumbre ya que se debate entre la negociación de posibles pactos o la repetición de elecciones. Por el momento, hay dos grandes candidatos a la presidencia de la Generalitat. O Salvador Illa o Carles Puigdemont.
El líder de Junts ha anunciado este lunes, contra todo pronóstico, que se presentará como posible líder del gobierno catalán pidiendo a Illa que se eche a un lado e intentando convencer a ERC de que la solución para la convulsa situación que hay en Cataluña es un pacto entre fuerzas independentistas.
Una circunstancia que recuerda mucho a lo que ya sucedió en las últimas elecciones generales, cuando no terminó gobernando la lista más votada, la del PP de Alberto Núñez-Feijóo. Además de esta circunstancia, los comicios catalanes han dejado algunas conclusiones como el fracaso de ERC y, sobre todo, la debacle de Ciudadanos, que ha perdido toda su representación en el Parlament.
¿Es el fin de Ciudadanos?
En las últimas elecciones autonómicas de Cataluña, Ciudadanos obtuvo 158.606 votos. Es decir, un 5,57%. Un apoyo que le sirvió para tener seis diputados, pero que les dejó al borde de no sacar el mínimo para tener representación. Este resultado ya era alarmantemente bajo, pero nada comparado al registrado ahora en mayo de 2024.
En los presentes comicios, la debacle ha sido total. El partido de Carlos Carrizosa ha terminado con 22.481 votos, es decir, solo el 0,72%. Evidentemente, con estos números Ciudadanos no ha podido obtener representación por lo que pasará al ostracismo más absoluto, quedando fuera del panorama catalán, ese que le vio nacer.
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Ahora, tras haber perdido toda imagen en su mayor feudo, aquel que llegaron a ocupar como "azote del independentismo", muchas personas se preguntan cuál es su futuro. Y especialmente sus votantes y simpatizantes, esos que confiaron su destino al partido que nació para encarnar los valores del centrismo y que ha ido permutando entre la izquierda moderada y la derecha tenue.
Tras estos paupérrimos resultados, muchos han creído que este era el fin de Ciudadanos y que el partido estaba herido de muerte. Sin embargo, su líder catalán, Carlos Carrizosa, ha aclarado que esto solo ha sido un golpe duro más como todos los que han recibido en los últimos años.
Por lo tanto, no es el fin de Ciudadanos, al menos por ahora, ya que plantean presentarse a las próximas elecciones, sobre todo si hubiera una repetición al no haber éxito en los pactos de gobierno. "Puede haber una repetición electoral y Ciudadanos estará ahí".
El cambio de ciclo
A pesar de que Ciudadanos no ha firmado todavía su sentencia, desde el partido naranja no esconden que este ha sido uno de los varapalos más duros que han recibido. De hecho, ven este resultado como el momento obligado de abrir un nuevo ciclo dentro del partido. "Es una vuelta a empezar".
El punto de partida de la nueva hoja de ruta de Ciudadanos llegará con las elecciones europeas, previstas para el próximo 9 de junio. A partir de ese momento, Ciudadanos arrancará su nuevo camino, ese que pretende conseguir un hito histórico: "Nadie en España ha salido de un parlamento y ha vuelto a entrar, pero nosotros lo vamos a hacer".
La nueva era de Ciudadanos comenzará, eso sí, justa de autocrítica, ya que a pesar de la debacle, aseguran estar "orgullosos" de su papel: "Vamos con la cabeza muy alta a todas partes. Estamos limpios y muy contentos. Hemos emancipado a la Cataluña real que no había aflorado hasta que salió Ciudadanos, hemos sido el fusible del procés y hemos evitado que saltaran los plomos de la sociedad catalana".
La caída de Ciudadanos
Con estas elecciones, Ciudadanos ha firmado el que probablemente sea el peor momento desde su fundación. El partido que nació para dar voz al centro constitucionalista de Cataluña y que llegó a eclipsar a PSC y PP principalmente, ahora se ve abocado a la tiniebla de la no representación en el Parlamento catalán.
Tras 18 años liderando la oposición al procés, no surgieron realmente como partido político hasta 2006, se marchan después de haber perdido toda su representación. Una caída que se ha manifestado realmente en los últimos 7 años.
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En 2017 tenía el 25,3% de los votos y soñaban con gobernar. Eran la fuerza más votada con 1.109.732 papeletas a su favor. Y ahora, en 2024, registran su dato más bajo desde su primera aparición, en la cual obtuvieron 89.000 votos (3%), los cuales le permitieron tener hasta tres diputados.
El futuro institucional del partido tendrá que debatirse en las próximas horas y, sobre todo, en las próximas semanas, antes de que lleguen las elecciones europeas. Sin embargo, parece difícil que puedan recuperarse en tan poco tiempo de un varapalo tan contundente como esperado y que les ha llevado a quedar incluso por debajo de Aliança Catalana y PACMA.