La Audiencia Nacional apunta a Marruecos por el espionaje con Pegasus al presidente Pedro Sánchez

Según revelan a EL ESPAÑOL fuentes jurídicas conocedoras de la investigación, recientemente reabierta por el Juzgado Central de Instrucción número 4, los datos que Calama ha recibido desde Francia aportan los más sólidos indicios, hasta el momento, de que evidencian la autoría de Rabat tras la operación de espionaje.

En el país vecino se instruye una causa en los juzgados de París en la que se indaga sobre el presunto espionaje de Marruecos a varios activistas prosaharauis. Según ha podido confirmar este periódico con algunas de esas supuestas víctimas francesas, la información que figura en su sumario señalaría a Marruecos. La documentación de sus casos, remitida ya al juez Calama, sugiere esa misma posibilidad.

Concretamente, el correo electrónico utilizado para infectar el móvil de Sánchez, Robles y Marlaska es el mismo cuyo rastro apareció en el espionaje a Claude Mangin, una activista francesa prosaharaui. También, a un diplomático del Frente Polisario, un periodista marroquí que tuvo que huir a Francia y un alcalde del país galo. 

La cuenta es linakeller2203@gmail.com. No es la primera vez que Calama hace referencia a ella. El caso fue archivado el 10 de julio de 2022. En el auto en el que el juez plasma dicha decisión, menciona esa dirección de correo electrónico en varias ocasiones.

[Nueve informes del CNI alertaron a Pedro Sánchez sobre el peligro de Pegasus en los últimos 3 años]

De hecho, durante la instrucción, Calama había ordenado al Centro Criptológico Nacional, dependiente del CNI, que determinase "quién es el usuario de la cuenta linakeller2203@gmail.com". No obstante, al recibir los sumarios instruidos por la Justicia francesa, el instructor reabrió el caso Pegasus.

Las fuentes jurídicas consultadas por EL ESPAÑOL señalan que es cierto que la conexión marroquí es ya la principal hipótesis que maneja ahora el titular del Juzgado Centra de Instrucción número 4, una vez reabierta la causa, lo que se produjo el pasado 23 de abril. Eso sí, esas fuentes lamentan la "dificultad de demostrar la trazabilidad" que conduzca a la Inteligencia del reino de Mohamed VI. Pero sí constatan esa coincidencia, de la que es conocedor el juez Calama.

Rastreo

Por el momento, la información procedente de la causa que se instruye en Francia ha sido facilitada al Centro Nacional de Inteligencia para que siga el rastro digital del hackeo al presidente del Gobierno, a la ministra de Defensa y a los titulares de Interior y Agricultura.

Pese a todo ello, el pasado 9 de abril, el director del Gabinete de Pedro Sánchez, Óscar López, tachó de "bulo, maledicencia y teoría conspiranoica" la tesis de que Marruecos estuviera detrás de este hackeo con el programa Pegasus.

Así se pronunció López en la Comisión Mixta de Seguridad Nacional en el Congreso de los Diputados. Respondió de esta forma a los representantes de EH Bildu y del Partido Popular. De hecho, el portavoz de los radicales vascos, Jon Iñarritu, señaló que, "obviamente, se sabe qué Estado" fue el responsable, en una alusión velada al reino alauita.

El ataque con ese virus se produjo en mayo de 2021, en plena crisis diplomática con el país vecino debido a la acogida de Brahim Ghali, líder del Frente Polisario, uno de los principales adversarios políticos de la monarquía alauí.

Aquellos días, según la investigación de la causa instruida en la Audiencia Nacional, el móvil de Pedro Sánchez fue infectado dos veces. Según Amnistía Internacional, justo en esas fechas la monarquía de Mohamed VI hizo uso del software espía.

Investigación independiente

Asimismo, los espías accedieron al móvil de Margarita Robles y robaron 9 megas de información. El Gobierno certificó un tercer hackeo: al ministro Fernando Grande-Marlaska, mediante dos ataques.

Hubo un último intento fallido de infectar el móvil de Luis Planas, ministro de Agricultura. Ambos ministros son y eran piezas clave en materia migratoria y económica en las relaciones con la monarquía vecina.

Los ataques se produjeron cuando Marruecos propició a modo de represalia que casi 10.000 personas cruzaran la frontera con Ceuta en apenas 24 horas, dando lugar a una enorme crisis diplomática y a la mayor avalancha migratoria que se recuerda en la ciudad autónoma.

En aquel entonces, una investigación elaborada por Amnistía Internacional ya aseguraba que Rabat empleó el programa espía para vigilar a políticos y periodistas en mayo y junio de 2021. Precisamente en las fechas en que se produjeron los ataques informáticos y coincidiendo con el peor momento de las relaciones españolas con el país vecino.