Una juez investiga el 'enchufe político' del hermano de Sánchez y el PSOE dice que es "fango"

El compositor le presentó L’elisir d’amore, un éxito tan rotundo que hoy día sigue en los repertorios de los mejores teatros del mundo. En 2019 llegó también a Badajoz, en la primera producción operística estrenada por la Diputación de la ciudad extremeña. Su director musical era un tal David Azagra. 

Suena bien, aunque su nombre real es David Sánchez Pérez-Castejón, cuyos apellidos resultan más familiares. Es el hermano del presidente, un hombre que siempre quiso pasar inadvertido. A él no le costó dos semanas, como a Donizetti, llevar la ópera a un teatro, sino dos años.

En 2017 fue nombrado coordinador de conservatorios de música del Área de Cultura de la Diputación de Badajoz y aunque la directora de la institución resaltó la "preparación demostrada, su currículum y la defensa del proyecto" del candidato, ya entonces PP y Podemos criticaron el nombramiento por ser quien era. Dijeron que era un cargo elegido "a dedo".

En realidad David era entonces el hermano del secretario general de un PSOE en horas bajas. Y no se convirtió en familiar directo de un presidente del Gobierno hasta un año más tarde, cuando Pedro Sánchez se hizo sorprendentemente con el cargo tras una moción de censura.

Los rumores no han parado de acechar al músico desde entonces y ahora la juez del Juzgado de Instrucción número 3 de Badajoz, Beatriz de Biedma, ha admitido a trámite una querella presentada por el sindicato Manos Limpias, que lo acusa de "percibir un sueldo público sin ir a trabajar". Se le investiga por supuestos delitos de prevaricación, malversación, tráfico de influencias, contra la Hacienda Pública y contra la Administración Pública, según revelan fuentes jurídicas a EL ESPAÑOL.

Ya no es sólo la esposa del presidente, Begoña Gómez, la investigada por la Justicia tras una denuncia de Manos Limpias, sino también su hermano pequeño, el chico al que Pedro Sánchez tanto decía admirar. 

Pedro Sánchez, su madre y su hermano, David. Redes sociales

"He tenido la ocasión de conocer Rusia de cerca gracias a mi hermano. Es músico profesional y habla ruso con fluidez, porque de muy joven tomó una decisión valiente que siempre he admirado. Él estudió Económicas, pero al acabar la carrera, estando ambos sentados a la mesa con mis padres, un buen día nos dijo que quería dedicarse a la música y que iba a marcharse a San Petersburgo a estudiar", dice Pedro Sánchez y escribe Irene Lozano en Tierra firme, las segundas memorias del socialista en seis años en la Moncloa. 

Ambos hermanos vivían con sus padres, en el seno de una familia de clase media acomodada de un barrio del norte de Madrid. Pedro estudió Económicas en una universidad privada de la capital y David, el pequeño, se fue a Estados Unidos y regresó para licenciarse también de Económicas en Icade. Fue entonces cuando dijo que se quería ir a Rusia. Y allí se graduó en Composición y Dirección de Orquesta en el Conservatorio estatal de San Petersburgo Rimsky Korsakov.

Hizo carrera en un país de grandes compositores. Pero cuando regresara a España sería inevitablemente el hermano de un político cuya ambición le llevaría además a la Moncloa. Así que David Sánchez ya no era David Sánchez, sino David Azagra, una identidad con la que estar a salvo. Consiguió el puesto en la Diputación de Badajoz y se fue a vivir a Elvas, a 20 kilómetros del otro lado de la frontera con Portugal, donde sería un individuo aún más anónimo. 

Pero la fama muchas veces no es de quien la busca, sino en este caso de quien está cerca de ella. La denuncia de Manos Limpias alega que con su traslado Azagra consiguió "cambiar su residencia fiscal, que hasta ese momento tenía en España" y así "ahorrarse el pago de IRPF y Patrimonio". Insiste en que se ausenta de su puesto de forma reiterada y que desde aquella vez que dirigió en 2019 la orquesta sinfónica con L'elisir d'amore resulta "verdaderamente sorprendente" que "no la haya dirigido en otras ocasiones".

Extracto de la querella de Manos Limpias contra David Sánchez. EL ESPAÑOL

Manos Limpias y el fango

La denuncia se apoya, como ocurría con Begoña Gómez, en diferentes artículos de prensa. Algunos de ellos vinculan incluso al hermano del presidente con el empresario Víctor de Aldama, el comisionista del caso Koldo. Ahora la juez de Badajoz ha admitido a trámite la querella, que también está dirigida contra el presidente de la Diputación de Badajoz, Miguel Ángel Gallardo. El secretario general de Manos Limpias, Miguel Bernad, podrá ejercer la acusación popular siempre y cuando pague una fianza de 10.000 euros, como le exige la magistrada. 

El hermano del presidente ha tratado de pasar desapercibido desde que comenzó el ruido mediático, hace ya algunas semanas. Pero ahora, tras la decisión del Juzgado, es el PSOE el que ha salido a reaccionar. "Estamos ante una nueva denuncia falsa de la asociación ultraderechista habitual basada en bulos y noticias falsas de tabloides digitales", sostienen en un comunicado los socialistas, que recurren de nuevo al argumento de la "máquina del fango".

David Azagra, en 2008 en Las Palmas Efe

"En esta ocasión, la desconfianza con la asociación de ultraderecha Manos Limpias va en aumento, por eso la Justicia le ha exigido desde el principio, antes de considerarla acusación popular, que complete todos los trámites procesales exigidos y deposite una fianza de 10.000 euros", reiteran en el escrito. Según el PSOE, "el propio Juzgado reconoce que no existen indicios de delito alguno" y "una vez que las administraciones aporten toda la documentación requerida, se podrá comprobar el comportamiento intachable de David Sánchez y de la Administración en la que desarrolla su trabajo profesional".

El hermano del presidente fue contratado en 2017 por un sueldo de 41.231 euros brutos anuales, que en la actualidad ha ascendido hasta 55.499. También mantiene un piso en San Petersburgo, el actual en Portugal y otro en el que vivió en Madrid, según Manos Limpias. 

La sombra sobre el entorno del presidente se sigue alargando hacia su familia, lo que representa más sospechas para unos y más fango —o lo que es lo mismo, lucha contra el fango— para otros.