La Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, dependiente del Ministerio del Interior, perdió de vista dos días al violador de niños Álvaro Iglesias Gómez, alias Nanysex, cuando salió del Centro de Inserción Social (CIS) de Alcalá de Henares (Madrid) hace una semana para una "visita terapéutica".
Los hechos, según revelan distintas fuentes penitenciarias a EL ESPAÑOL, se produjeron el pasado 4 de julio. Iglesias Gómez, cuyo seudónimo digital dio nombre a una de las peores redes de pederastia más nauseabundas y mediáticas de la historia de España, disfrutaba ese día de una salida, pero tenía que haber regresado ese mismo día al CIS en el que seguía cumpliendo su pena.
Estos centros están destinados al cumplimiento en régimen abierto (tercer grado penitenciario) de la condena de cada recluso. Es un beneficio que le correspondía a Nanysex debido al artículo 100.2 del reglamento penitenciario, que recoge la posibilidad de flexibilizar su régimen de vida carcelaria para pasar a una situación de semilibertad.
Sin embargo, Nanysex no regresó esa noche al CIS. Tampoco la siguiente. Según fuentes penitenciarias, estuvo esos dos días ilocalizable. No volvió a ingresar en la cárcel de Estremera hasta el sábado 6, lo que según señalan las fuentes consultadas supone una regresión en toda regla de su régimen penitenciario.
Al llegar a la prisión le devolvieron a un módulo de presos comunes le pusieron un ordenanza de guardia para hacerle acompañamiento. La excusa que puso Nanysex fue que no volvió al CIS la noche de antes porque "le atracaron, le robaron el móvil y le violaron". Se desconoce si llegó a interponer denuncia por esos hechos.
En el mandamiento de prisión no venía especificada ninguna causa para su reingreso, según ha podido conocer este periódico. Simplemente su vuelta a la cárcel, y no a una prisión cualquiera. Estremera ha sido durante todos estos años su centro de referencia a la hora de cumplir su pena, y por eso le han enviado ahí.
Este periódico se ha puesto en contacto con Instituciones Penitenciarias, desde donde han declinado ofrecer ninguna explicación oficial sobre este episodio.
Caso 'Nanysex'
Por lo pronto, no se sabe si el violador cometió algún delito durante las horas en que estuvo ilocalizable, salvo el propio de quebrantamiento de condena por el que le han devuelto a la cárcel.
Las fuentes penitenciarias consultadas se preguntan por qué si fue víctima de un atraco no buscó la forma de informar cuanto antes a las autoridades más cercanas de su situación.
Lo cierto es que Instituciones Penitenciarias tuvo dos días en paradero desconocido, sin saber qué estaba haciendo, a uno de los mayores violadores de las últimas décadas en España.
La red de pederastia que dirigía Álvaro Iglesias Gómez recibió el nombre de Nanysex, su alias digital. La formaban él y otros dos jóvenes, apenas veinteañeros a principios de los 2000. Ofrecían sus servicios como canguros, luego abusaban sexualmente o violaban niños, algunos bebés, lo grababan en vídeo y luego vendían esas grabaciones por internet.
Eduardo Sánchez, alias Todd, era uno de sus dos cómplices pederastas. Se hacían llamar boy lovers. Cuando encontraban a una nueva víctima, él se desplazaba desde su lugar de residencia hasta el lugar en el que violar a un nuevo menor. En Collado Villalba (Madrid), ambos violaron a un niño de dos años. Y así un largo historial de atrocidades sexuales hasta que la Brigada de Investigación Tecnológica de la Policía Nacional les detuvo y desarticuló la red en la Operación Kova.
La detención de los tres integrantes de la red se produjo en el año 2005. Nanysex llegó a declarar que había abusado de más de 100 menores en toda su vida. Apenas había cumplido los 23. Tiempo después sería condenado a 58 años de prisión.
Hace cinco años, Audiencia Nacional ya le denegó un permiso a Eduardo, el cómplice de Nanysex, de salida que le había concedido su prisión, según contó VozPópuli, "por su alto riesgo de reincidencia".
Eduardo llegó a viajar a Estados Unidos invitado por un hombre que vivía en el estado de Pensilvania y que le invitó para abusar de su hijo de tres años para luego grabarlo. El de depravación de la red llegó a ser tal que sus integrantes planificaron la apertura de una guardería infantil para facilitar el acceso a los niños con los que consumar sus macabras perversiones.