Nanysex, en una imagen policial de archivo de hace casi 20 años.

Nanysex, en una imagen policial de archivo de hace casi 20 años. Policía Nacional

España INSTITUCIONES PENITENCIARIAS

El violador de bebés Nanysex consumía porno en el centro de inserción donde estaba encerrado

Los funcionarios denunciaron que el pederasta regresaba "descontrolado, desestabilizado y alterado" cada vez que disfrutaba de un permiso.

17 julio, 2024 02:31

El violador de niños Álvaro Iglesias Gómez, alias Nanysex, seguía consumiendo pornografía en el interior del Centro de Inserción Social de Alcalá (Madrid), en el que cumplía la parte final de su condena en un régimen penitenciario laxo.

Las fuentes penitenciarias que así lo confirman a EL ESPAÑOL aseguran, además, que esta información era conocida por parte del equipo técnico del centro.

Tal y como reveló este periódico la semana pasada, la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias perdió recientemente de vista dos días a este violador, protagonista de uno de los mayores casos de pederastia de la historia de España.

Fue el pasado 4 de julio. Nanysex disfrutaba de una salida, y ese día tenía que regresar al centro en el que seguía cumpliendo su pena. Estuvo 48 horas en paradero desconocido.

Según fuentes penitenciarias, estuvo dos días ilocalizable. Cuando volvió ingresó en la cárcel de Estremera, lo que supone una regresión de su régimen penitenciario.

Hasta entonces, disfrutaba de un régimen abierto (tercer grado penitenciario). Se trata de un beneficio que le correspondía en aplicación del artículo 100.2 del reglamento penitenciario, que recoge la posibilidad de flexibilizar el régimen de vida carcelaria para pasar a una situación de semilibertad. 

Según personas que han tratado con Nanysex en la cárcel, existían referencias de cambios en su comportamiento una vez regresaba de los permisos que ha estado disfrutando en los últimos años. Los funcionarios le observaban "descontrolado, desestabilizado, alterado y agitado" a su vuelta.

Varios funcionarios habían percibido una "involución" en su conducta. Pese a ello, continuaba beneficiándose de un régimen penitenciario más laxo que el de otros reclusos.

Tras su misteriosa desaparición de dos días, lo devolvieron a un módulo de presos comunes en la cárcel de Estremera, donde había cumplido años atrás la mayor parte de su condena. Le pusieron un ordenanza de guardia para hacerle acompañamiento.

El pretexto que puso Nanysex fue que no volvió al centro de inserción el día convenido porque "le atracaron, le robaron el móvil y le violaron". Se desconoce si llegó a interponer denuncia por esos hechos.

En el mandamiento de prisión no venía especificada ninguna causa para su reingreso, según ha podido conocer este periódico. Simplemente su vuelta a la cárcel.

Se desconoce si el violador cometió algún delito durante las horas en que estuvo ilocalizable, salvo el propio de quebrantamiento de condena por el que le han devuelto a la cárcel. Las fuentes penitenciarias consultadas se preguntan por qué si fue víctima de un atraco no buscó la forma de informar cuanto antes a las autoridades.

El 'caso Nanysex'

La red de pederastia que dirigía Álvaro Iglesias Gómez recibió el nombre de Nanysex, su alias digital. La formaban él y otros dos jóvenes, apenas veinteañeros a principios de los 2000. Ofrecían sus servicios como canguros, luego abusaban sexualmente o violaban niños, algunos bebés, lo grababan en vídeo y luego vendían esas grabaciones por internet. 

Eduardo Sánchez, alias Todd, era uno de sus dos cómplices pederastas. Se hacían llamar boy lovers. Cuando encontraban a una nueva víctima, él se desplazaba desde su lugar de residencia hasta el lugar en el que violar a un nuevo menor.

En Collado Villalba (Madrid), ambos violaron a un niño de dos años. Y así un largo historial de atrocidades sexuales hasta que la Brigada de Investigación Tecnológica de la Policía Nacional les detuvo y desarticuló la red en la Operación Kova.

La detención de los tres integrantes de la red se produjo en el año 2005. Nanysex declaró que había abusado de más de 100 menores desde que comenzó a cometer delitos sexuales. Apenas había cumplido los 23. Tiempo después sería condenado a 58 años de prisión.

Hace cinco años, la Audiencia Nacional ya le denegó un permiso de salida a Eduardo Sánchez, el cómplice de Nanysex, que le había concedido su centro penitenciario, según adelantó VozPópuli. La razón esgrimida fue el "alto riesgo de reincidencia".

Sánchez llegó a viajar a Estados Unidos invitado por un hombre que vivía en el Estado de Pensilvania y que le invitó a abusar de su hijo de tres años para luego grabarlo. El grado de depravación de la red llegó a ser tal que sus integrantes planificaron la apertura de una guardería infantil para facilitar el acceso a los niños con los que consumar sus macabras perversiones.