Marlaska ahonda en la crisis de la Guardia Civil: 5 directores en 6 años, igual que en los 12 anteriores

El segundo nombramiento de Mercedes González al frente de la Guardia Civil abre en el Instituto Armado una situación inédita en su historia. Desde su llegada al Ministerio del Interior, Fernando Grande-Marlaska ha nombrado cinco directores en seis años, la misma cifra de responsables que hubo en los 12 años anteriores. 

Esto es algo que nunca se ha visto en la Benemérita, por lo menos en Democracia. Tampoco se ha visto nunca que una directora salga de su cargo dos meses después de llegar para concurrir en una lista electoral y al año siguiente sea repescada por el titular de la cartera.

A ojos de los mandos consultados por EL ESPAÑOL, la Guardia Civil continúa inmersa en una profunda crisis de la que no terminan de salir, y por eso algunos hablan ya de "la peor época desde los tiempos de [Luis] Roldán".

Mercedes González protagonizó el mandato más corto en el Cuerpo en Democracia. Lo hizo el pasado 2023. Llegó tras la etapa de María Gámez, quien dimitió después de que su marido, el empresario Juan Carlos Martínez, se viera involucrado en un caso de corrupción vinculado a los ERE de Andalucía. González llegó con promesas de rigor, transparencia y pulcritud.

González garantizó en su toma de posesión que sería inflexible contra la corrupción en el Instituto Armado, después de que varios miembros del alto mando acabasen salpicados por dos importantes casos de corrupción, el caso Cuarteles y el caso Mediador. "Nada ni nadie, ninguna estrategia política y ningún abuso particular puede marchar la inmensa limpieza de la Guardia Civil", dijo.

Dos meses después sus prioridades eran otras. Se marchó sin haber cumplido su misión para concurrir a las elecciones generales por el PSOE en las listas de Madrid.

Cuestionada gestión

Quien llegó tras ella, Leonardo Marcos, tampoco ha resultado ni mucho menos esperanzador. Su etapa se ha caracterizado por constantes fricciones con la cúpula y con las asociaciones profesionales.

Eduardo Parra Europa Press

[Mercedes González deja la dirección de la Guardia Civil después de dos meses para ir en la lista del PSOE]

Uno de los aspectos más denunciados de su gestión fueron tanto su actitud prepotente como la falta de cercanía y diálogo con los propios guardias civiles. "No ha sabido atender nuestras demandas", critican las fuentes consultadas. Además, su gestión del trágico asesinado de dos guardias civiles en Barbate, arrollados por una narcolancha el pasado mes de febrero, dejó al director, a ojos de muchos, "sin autoridad ni confianza para dirigir la institución".

A juicio de entidades como la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) la situación no puede resultar más preocupante. "El exdirector general no ha sido un interlocutor válido ni ha demostrado capacidad de diálogo con los guardias civiles para atender sus demandas profesionales, sociales y económicas".

Sobre el caso de Barbate, creen que no ha asumido su parte de la culpa. "Los responsables de estos asesinatos siguen sin ser juzgados, lo que refleja una falta de responsabilidades en un tema de máxima gravedad".

Nueva etapa

La nueva etapa de Mercedes González plantea más incógnitas que certezas sobre lo que podrá ofrecer al mando de la Guardia Civil. "Ya no nos sorprendemos por nada", señalan fuentes del alto mando del cuerpo.

La AUGC y tras entidades como la Asociación Española de Guardias Civiles (AEGC) opinan que los escasos dos meses que estuvo en el cargo el pasado 2023, hubo sintonía con González. "Nuestra postura es que el tiempo que estuvo hubo diálogo fluido y así se ha mantenido. Esperamos que se continúe en esa línea y se produzcan avances y mejoras para los agentes, que no las pare y las promueva con celeridad".

Hay quien considera que la etapa de Leonardo Marcos ha sido, por muchas razones, la peor que ha habido en el Instituto Armado. El secretario general de JUCIL, Ernesto Vilariño, ha destacado la necesidad urgente de que la nueva directora general se implique en la mejora de las condiciones laborales de los guardias. "Esperamos de
Mercedes González una actitud mucho más dialogante que la que mantuvo Leonardo Marcos, quien se mostró altivo y reacio a la colaboración. Marcos ha sido, sin duda, el peor director general que ha tenido esta institución"

Nadie recuerda una época como ésta en la Benemérita. En el seno de la Guardia Civil cunde la inquietud y el desasosiego. Primero, por los casos de corrupción que han afectado estos años a distintos miembros de la cúpula, algunos de los cuales todavía permanecen en fase de instrucción.

En segundo, por la inseguridad que viven muchos agentes ante casos como la tragedia de Barbate, donde dos agentes fueron asesinados por una narcolancha.

Muchos no dudan en verbalizar que la Guardia Civil vive actualmente su peor situación desde los días de los escándalos de Luis Roldán, a principios de los 90. Dentro de la Guardia Civil hacían "una enmienda a la totalidad" a cinco años de polémicas a todos los niveles.

La defenestración de los coroneles Manuel Sánchez Corbí y Diego Pérez de los Cobos por "falta de confianza" (este último rectificado por el Tribunal Supremo). La negativa a ascenderlos a generales. La dimisión del DAO de la Guardia Civil Laurentino Ceña en 2020 al negarse a cesar a De los Cobos. La gestión de la crisis migratoria de Melilla del pasado mes de junio...

Los escándalos de los mandos implicados en las adjudicaciones irregulares del caso Cuarteles. El general encarcelado en la trama del caso Mediador. Un comandante y un subteniente detenidos e investigados en el caso Koldo. La imputación del marido de María Gámez (la directora previa a Mercedes González) en una pieza derivada de los ERE y la posterior dimisión de ella...

Son solo los asuntos más sonados que han llevado a la Benemérita a la actual situación de inestabilidad, la peor racha de su historia reciente. Para muchas de las fuentes consultadas por EL ESPAÑOL, Mercedes González, en sus dos meses al cargo el año 2023, pasó "sin pena ni gloria y sin mover un dedo". Ahora esperan que pueda enmendar esa breve e infructuosa etapa.