El encuentro se forjó durante la última visita de Pedro Sánchez a Brasil, en marzo de este año. Allí el presidente del Gobierno escuchó a su colega, Lula da Silva, que le explicó cómo los bulos propagados en las redes se tradujeron en un asalto a las instituciones del Estado y Sánchez captó el mensaje.
Antes de que llegaran los famosos cinco días de reflexión, pero ya con un plan contra la desinformación en la cabeza, Sánchez y Lula acordaron entonces conformar un foro internacional para abordar el fenómeno de las ‘fake news’.
No se ha podido plasmar hasta este martes, cuando ambos mandatarios presentaron un evento llamado En defensa de la democracia. Luchando contra el extremismo, como uno más de los actos paralelos que tienen lugar durante la Asamblea General de las Naciones Unidas, que se celebra esta semana en Nueva York.
Allí Sánchez ha pedido que ésta sea "la primera de otras reuniones" y así "coordinar un fenómeno global que tiene su traslación nacional en cada país". "A los enemigos de la democracia hay que responderles con la misma tenacidad y coordinación que muestran ellos. Nosotros les superamos con nuestros principios y nuestros valores", ha afirmado Sánchez.
El presidente ha defendido además su llamado Plan de Acción para la Democracia —su proyecto contra lo que él mismo ha bautizado como la "máquina del fango"— como el principal avance que ha realizado España en este sentido, "en línea con la regulación europea".
"El auge de movimientos ultraderechistas obedece a una coordinación internacional entre ellos. Nuestros adversarios cuentan con grandes fuentes de financiación. No reconocen los resultados electorales, niegan la ciencia o el cambio climático y cuestionan la participación de la mujer en la política y los asuntos económicos", ha expresado el presidente español.
Y ante estos desafíos de "desinformación" y "propagación de los discursos de odio" a través de las redes, Sánchez propone su plan de regeneración democrática como un modelo para el resto de países.
La desinformación en Brasil
Antes había tomado la palabra el presidente brasileño, Lula da Silva, coorganizador junto a Sánchez del acto. Aunque realmente ha sido Lula quien ha llevado la iniciativa desde el primer momento.
El líder brasileño ha expresado que "la democracia vive su momento más delicado desde la Segunda Guerra Mundial" y ha dicho que es necesario un "debate en profundidad" para entender "cuáles son las razones" que han conducido a esa situación.
Lula ha recordado que el mismo día que debía tomar posesión de su mandato, en enero de 2023, decenas de exaltados intentaron tomar las instituciones presidenciales en Brasilia, la capital del país.
Las denuncias de que el líder progresista había falseado los resultados de las elecciones se propagaron por las redes sociales y desde entonces las instituciones brasileñas han mantenido una guerra abierta contra los dueños de estas plataformas.
El punto culminante se produjo hace un mes, cuando un juez del Tribunal Supremo ordenó el cierre inmediato de la red social X, antes Twitter, ya que sus propietarios se niegan a bloquear cuentas que emitían bulos y rechazan cumplir con la legislación nacional brasileña.
Límites a libertad de expresión
"La libertad de expresión es un derecho, pero no es absoluto. Las redes se han convertido en un territorio fértil para discursos de odio y xenofobia, y las democracias estaremos amenazadas hasta que no atajemos este problema", ha aseverado Lula.
El presidente brasileño ha añadido que existe "una mezcla explosiva de violencia y desinformación" y ha asegurado que hay que analizar por qué "la democracia se ha convertido en un blanco fácil para la extrema derecha".
En el foro, en el que han participado una veintena de mandatarios, no ha habido excesiva presencia de líderes de renombre. El presidente francés, Emmanuel Macron, había confirmado su presencia, aunque finalmente se ausentó.
Lula también dijo que le hubiera gustado que acudiera Joe Biden, pero tampoco pudo ser. Por parte de la Unión Europea, ha acudido el líder del Consejo Europeo, Charles Michel, como principal representante.