Argentina, Israel o Venezuela. Cuando el Gobierno ha tenido recientemente una crisis diplomática con alguno de estos países, los ministros y el presidente se han lanzado a reprochar al PP que la política exterior la marca el Ejecutivo. Ahora esa oposición “desleal con el Estado” proviene de los propios socios de legislatura.
En plena polémica abierta con México tras la negativa de su Gobierno a invitar a Felipe VI a la toma de posesión de Claudia Sheinbaum y la posterior reacción desde Madrid de no enviar a ningún miembro del Ejecutivo, Sumar, Bildu y Podemos anuncian que ellos sí mandarán a sus respectivos representantes.
Por parte de Sumar irá Gerardo Pisarello, que además es secretario primero de la Mesa del Congreso; por Bildu, Jon Iñarritu; mientras que Javier Sánchez acudirá en nombre de Podemos. Los tres son diputados, por lo que España no contará con ningún miembro del Gobierno pero sí con representación institucional en una ceremonia prevista para el 1 de octubre.
La situación se asemeja a la toma de posesión de Javier Milei en Argentina, aunque en sentido inverso. Allí sí que acudió el rey Felipe VI, pero no ningún miembro del Ejecutivo. El choque ya había comenzado antes de la victoria en las urnas del candidato ultra.
Pedro Sánchez se había posicionado abiertamente a favor de su rival, Sergio Massa, y la situación terminó degenerando en una crisis diplomática, con la retirada de la embajadora española argentina después de que Milei acusara a Begoña Gómez de “corrupta”.
El líder de Vox, Santiago Abascal, sí que estuvo en Buenos Aires en la proclamación de Milei, lo que le sirvió para ser acusado de hacer un desplante a la política de Estado española.
Ahora, Sumar, Podemos y Bildu hacen lo propio ante Claudia Sheinbaum, una dirigente izquierdista que viene a suceder en el cargo a Andrés Manuel López Obrador, de su mismo partido.
Los equilibrios de Sumar
Sorprende, sobre todo, la decisión de Sumar, que normalmente asume una posición responsable dentro de ese espacio a la izquierda del PSOE. Ya desde la mañana de este miércoles, su portavoz en el Congreso, Íñigo Errejón, había reconocido que le gustaría que hubiera presencia española en la toma de posesión de Sheinbaum, pero “respetaba la posición del Ministerio de Exteriores”.
Por tanto, ninguno de los cinco ministros de Sumar viajarían a México, pero posteriormente Gerardo Pisarello sí que se desmarcó de esta postura. Al margen de los diputados con cartera ministerial, Pisarello es uno de los diputados con más peso dentro del partido.
Explicó su decisión, además, con un vídeo en el que afirma que México "no es un pueblo de súbditos", sino "una república de mujeres y hombres libres" y que, por tanto, habían hecho lo correcto en no invitar al jefe del Estado español.
El argumento de Sheinbaum es que Felipe VI nunca ha pedido “perdón” por el pasado colonial de España, pese a las reiteradas peticiones desde México. De modo que el diputado de Sumar sostiene que el Rey “optó por la arrogancia y el desdén y está pagando un precio por esa enorme torpeza democrática". Pisarello añade que es “lógico que un rey que desdeñó sea desairado”.
Sánchez y su ministro de Exteriores, José Manuel Albares, se encuentran en Nueva York, donde asisten a la Asamblea General de la ONU. Desde allí no se han pronunciado, por el momento, sobre la actitud de sus socios, aunque el presidente sí que calificó la decisión de Sheinbaum de “inaceptable e inexplicable”.
Podemos y Bildu
Extraña menos la decisión de estos otros partidos, más acostumbrados a la guerra de guerrillas. Antes de anunciar ninguna decisión, las palabras de la secretaria general de Podemos, Ione Belarra, habían sido tajantes.
“El Rey avergonzó a España en la toma de posesión de Gustavo Petro y ahora no le invitan a México. Aunque el facherío patrio se enfade el Rey es un problema para las relaciones internacionales basadas en el respeto y los derechos humanos y no en la corrupción”, había escrito en X.
También Pablo Iglesias secundó esta postura y su diputado Javier Sánchez simplemente ejecutará la orden. Los cinco escaños con los que cuenta Podemos se integran en el Grupo Mixto y tampoco garantizan siempre el voto con la mayoría parlamentaria.
Los seis de Bildu sí que mantienen una alianza más firme con el PSOE en Madrid, aunque esto no impide que se desmarquen en asuntos puramente ideológicos o que pueden servir para hostigar a la Corona, como es el caso.
El Gobierno ya se había visto envuelto en una crisis diplomática inesperada cuando se ha encontrado con un nuevo incidente interno. El último varapalo parlamentario no se lo lleva en el Congreso, sino en México, a 9.000 kilómetros de distancia, donde también llega el fuego amigo.