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Fernando Villén se sienta por segunda vez en el banquillo de los acusados estos días. Este lunes declaró como imputado por, presuntamente, contratar 'a dedo' a un alcalde del PSOE, Antonio Torres, del que la Fiscalía Anticorrupción señala que nunca fue a trabajar, pero sí que cobró medio millón de euros en ocho años. 

El socialista sabe perfectamente lo que es declarar ante el juez. De hecho, está condenado a seis años de cárcel por pagar más de 30.000 euros en prostíbulos de Sevilla con dinero de los andaluces. 

La figura de Villén es una de las que se han quedado grabadas en el imaginario colectivo de un tiempo convulso en Andalucía. De hecho, el PP inició la campaña que le llevó a arrebatar la Junta al hasta entonces hegemónico PSOE en la puerta del prostíbulo donde este ex alto cargo del Gobierno andaluz pagó con dinero público. 

Villén, gaditano del 59, tiene justo 65 años. En el año en que debiera estar celebrando su jubilación está sentado en el banquillo de los acusados por un segundo caso de presunta corrupción: se le juzga por la contratación de Antonio Torres, exalcalde socialista de Lebrija, en la Faffe que él dirigía. 

Afiliado al PSOE desde hace 25 años se dio de alta en 1999, pilotó su carrera desde su Cádiz natal hasta Sevilla, donde llegó en 2003 para hacerse cargo de la dirección técnica de la Faffe. 

Formación para parados

La Fundación para el Fomento de la Formación y el Empleo fue un organismo que creó la Junta del PSOE para gestionar cuestiones de docencia para personas que estaban en paro o tenían que reinventarse en sectores como el agro o el naval. 

La idea, sin embargo, acabó mal. En nómina de dicha fundación pública, ya extinta, llegaron a estar hasta 200 personas vinculadas al PSOE de una u otra forma y a los sindicatos. La sospecha del enchufismo sobrevoló durante años la organización. 

Pero el caso más sangrante y que ha llegado hasta la Justicia es el de Torres. Él mismo reconoció este lunes que llamó a Villén porque vio "en el BOJA que se creaba la Faffe". Y se ofreció para trabajar. Con dos reuniones ya tenía una oferta y un sueldo que, en los ocho años que estuvo en nómina, le dieron casi medio millón de euros. 

Villén, como Torres, se enfrenta ahora al juicio que ha de dirimir si la contratación fue legal y si el segundo realizó las tareas que se dice que hizo, pese a que Anticorrupción y el juez instructor coincidieron en señalar que nadie le conocía al exalcalde del PSOE en las oficinas de la Faffe

Prostíbulos

Pero el gran escándalo de Villén no es este, sino el que tiene que ver con los prostíbulos Don Angelos, Top Show Girls, La Casita o Sala Delux. Allí gastó 32.556 euros entre 2004 y 2010. Faffe echaría el cierre en 2011, solo un año después del último cargo a la tarjeta de trabajo del gaditano. 

Villén fue condenado por un delito de malversación por el caso del prostíbulo. Ahora se enfrenta a cuatro años más de cárcel por sendos delitos de malversación y prevaricación. En total, una década de condena si el juez confirma la petición de la Fiscalía. 

Con el caso del prostíbulo, el mismo Villén reconoció los hechos y explicó que había devuelto el dinero a las arcas públicas. Falso, según el fiscal Fernando Soto, delegado en Sevilla de la Fiscalía Especial contra la Corrupción y la Criminalidad Organizada. No hay prueba, señaló, de dicha devolución de fondos. 

Hay algo más que nunca se aclaró sobre el caso de los pagos con dinero público en el prostíbulo, porque el socialista jamás ha explicado con quién estaba cuando frecuentó ese local e hizo los pagos con su tarjeta de trabajo. 

Recursos humanos

El relato sórdido de este capítulo de la historia de Andalucía es, quizás, el más escandaloso hasta ahora de la biografía de Villén. Pero de su gestión también hay sobradas dudas sobre la cuestión de los recursos humanos de la Faffe. 

En la plantilla de la Faffe había, como se ha señalado, hasta 200 personas relacionadas con el PSOE o con los sindicatos. Se sospechó de que la fundación funcionaba como una 'agencia de colocación' para personas afines al Gobierno andaluz. 

Fuese o no 'enchufes', el personal que trabajaba en la Faffe que dirigía Villén pasó a ser personal del Servicio Andaluz de Empleo. Medio millar de ellos son ya indefinidos. Un puesto estable en la administración que en muchos casos será legal y legítimo. En otros, por filiación familiar o ideológica, no tanto. 

Desde la entonces oposición —hoy Gobierno—, el PP, siempre se apuntó a que Villén no era un caso aislado. La tesis de los populares es que el socialista era parte de trama generalizada como lo pudo ser el caso de los ERE. 

Caso ERE

Tras el escándalo de los Expedientes de Regulación de Empleo (ERE), Andalucía tiene ahora, en la persona de Fernando Villén, a un nuevo ex alto cargo del PSOE sentado en el banquillo. 

La declaración ante el juez de Villén de este lunes sonaba, a ratos, muy parecida a la que se escuchó en el caso ERE. "Yo buscaba un camino más rápido" para la contratación de Torres, indicó el ex alto cargo. La letra cuadra, la música va sonando también.