Al otro lado del teléfono, con la voz entrecortada responde Maribel Albalat, alcaldesa de Paiporta. "Los equipos de emergencia siguen trabajando a destajo. Nosotros estamos en el centro de coordinación que hemos habilitado para intentar ser útiles en lo que podamos. Ahora mismo no tengo la cabeza en otra cosa que no sea ayudar, ya habrá tiempo de soltar las lágrimas, ya".
En toda catástrofe siempre hay un epicentro, una zona cero. Y ese símbolo ahora mismo es Paiporta, un municipio de 25.000 habitantes al sur de Valencia, donde han muerto al menos 45 personas del más de centenar de fallecidos que se prevén por la DANA.
A última hora de este miércoles, 92 personas habían perdido la vida en la Comunidad Valenciana, una en la provincia de Albacete, otra en la de Cuenca y otra persona más en Málaga. Los desaparecidos, sin embargo, se cuentan por decenas, por lo que los servicios de rescate asumen que el balance seguirá aumentando.
De esas 45 víctimas mortales de Paiporta, seis se registraron en una residencia de ancianos. El martes por la noche el agua entró en tromba en el edificio y se llevó todo a su paso.
"No podíamos haber imaginado nunca algo así. Las calles están arrasadas, hay casas inundadas, que han desaparecido, y la imagen que veo en la cara de mis vecinos es de desolación", asegura la alcaldesa.
La cobertura se entrecorta tanto como su voz, pues tanto éste como otros pueblos han tenido que vivir sin luz durante buena parte del día después de la catástrofe. En total, unas 115.000 personas han sufrido apagones, por lo que la alcaldesa pide a "quienes sigan en casa que se queden allí, que aguanten y compartan los víveres con sus vecinos".
Los adjetivos en episodios como estos tienden a ser hiperbólicos. Pero las imágenes de gente encaramada a donde podía, los rescates en helicóptero de los servicios de emergencias, los coches amontonados como en un cementerio de chatarra o las imágenes áreas de la Policía justifican más que nunca que se hable de un escenario apocalíptico.
Es la peor DANA de la historia en España. Al menos desde que hay registros, al menos que se puedan cuantificar -en episodios pasados fue imposible tener un balance de víctimas exacto- y al menos en términos humanos, que es lo que ahora mismo cuenta.
Las lluvias arrasaron algunas comarcas de Albacete y se concentraron después en el sur, pero la zona peor parada fue, sin duda, la provincia de Valencia.
Como en todo un año
Este martes cayeron en algunos puntos cerca de 500 litros por metro cuadrado, una cantidad que podría acumularse en un año lluvioso. Estaba activada la alerta roja, pero la tormenta desbordó todas las previsiones.
Además, aunque la Generalitat había recomendado desde primera hora no usar el vehículo, no envió mensajes a los móviles de los ciudadanos hasta las ocho de la tarde, cuando muchas personas estaban ya atrapadas en sus lugares de trabajo o en la carretera.
Más de un millar de personas continuaban bloqueadas este miércoles en la A-3 y la A-7, ya que el Gobierno no cortó antes las carreteras.
"Es el peor momento de mi vida como alcalde. Tengo 63 años y no recuerdo nada ni remotamente parecido", señala también al teléfono Andreu Salom, primer edil de L'Alcúdia.
La Comunidad Valenciana acumula un largo historial de tragedias ligadas a la gota fría, pero ni la riada de 1957, ni la rotura de la presa de Tous en 1982 ni las inundaciones de 1987 llegaron a este extremo.
En L'Alcúdia, 30 kilómetros al sur de Paiporta, también hay un camionero que desapareció cuando salió de su vehículo con el río ya desbordado. Y una señora mayor falleció junto a su hija por la riada.
"Había un socavón en la casa de la mujer, por lo que es posible que muriera ahogada. Y cuando su hija acudió a ver qué había pasado, sufrió un infarto y también falleció. He estado en la vivienda con la Policía Judicial y estaba todo enfangado. Es durísimo, traumático", insiste el alcalde, a quien le avisó de la tromba de agua que se venía encima otro regidor de la zona.
Algunos de estos alcaldes ya han levantado la voz ante los retrasos en los avisos por parte de los servicios de emergencias, dependientes de la Administración autonómica. Pero lo urgente, por el momento, sigue siendo buscar a los desaparecidos entre el barrizal y tratar de tener una imagen más completa de la catástrofe.
Daños materiales
Porque el número de fallecidos, muy previsiblemente, aumentará. Las autoridades trabajan con una previsión aún peor que la actual.
Sólo pasado ese momento de shock habrá tiempo también de hacer balance de los daños. Lucía Menéndez Aguirre de Cárcer, directora del despacho Aguirre & Baeza y experta en peritaje, asegura que "es difícil determinar ahora la cuantía, cuando casi no han pasado ni 24 horas, pero los daños van a ser muy elevados".
En otros episodios significativos de DANA, como en 2019, "los daños materiales alcanzaron los 425 millones de euros en la región", continúa. Así que es muy probable que la cifra supere ampliamente esa cantidad.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, prometió en una declaración institucional poner "todos los recursos del Estado" al alcance de las víctimas, "y si hace falta de la UE". Y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, captó el mensaje al trasmitir su solidaridad y ofrecer "apoyo para la emergencia".
El presidente valenciano, Carlos Mazón, informó anoche de que se habían reducido ostensiblemente el número de llamadas al teléfono de desaparecidos habilitado para que los ciudadanos alertaran de personas que no daban señales de vida. También dio por concluidos los rescates aéreos. "No queda nadie por rescatar visible desde el aire", dijo.
Más de 10.000 viajeros de tren se vieron afectados, el tráfico ferroviario entre Valencia y Madrid o la conexión con Barcelona no se restablecerá al menos hasta dentro de dos semanas.
Paiporta, ese municipio valenciano donde se concentran la mayor parte de los fallecidos, representa más bien un pequeño icono de la catástrofe. Las imágenes de la peor DANA de la historia de España, que aún no se ha marchado de la Península, se han clavado en todo un país que ha decretado los próximos tres días de luto oficial.