El imán de Melilla, Amín Harchaouin, fue detenido hace dos años por adoctrinamiento de menores.

El imán de Melilla, Amín Harchaouin, fue detenido hace dos años por adoctrinamiento de menores. EL ESPAÑOL

España YIHADISMO

Interior alerta de que Daesh intensifica la captación de menores: "Les ofrecen aventura al estilo de los videojuegos"

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Una importante cifra de recientes operaciones antiyihadistas han hecho saltar las alarmas en el Ministerio del Interior ante una tendencia que se incrementa en los últimos años. Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado alertan: la yihad va a por los menores en España.

Según revelan a EL ESPAÑOL fuentes de lucha antiterrorista, en la actualidad se ha observado "un notable aumento" de los intentos de captación de adolescentes y niños por parte de organizaciones como Daesh (Estado Islámico) o Al Qaeda. Son ya un objetivo claro de la yihad, con cifras de jóvenes radicalizados que no deja de aumentar.

Un dato que lo demuestra es el que arrojan los procedimientos del año pasado en la Audiencia Nacional. Hasta 19 de los 26 menores que pasaron por algún procedimiento penal en este organismo judicial lo hicieron por delitos relacionados con el islamismo radical.

EL ESPAÑOL ha consultado a expertos del Ministerio del Interior dedicados a combatir esta clase de organizaciones. Y tienen claro que hay un patrón entre los adoctrinadores, que han hallado un nicho del que alimentarse. "Los menores son un sector de la población más fácilmente influenciable; principalmente, a través de las nuevas tecnologías", señalan esas fuentes.

Los adoctrinadores las aprovechan para inocular propaganda a los adolescentes en la que se idealizan actos terroristas, como si fueran algo "heroico y atractivo", algo lleno de emoción. Les ofrecen "una misión o aventura, al estilo de los  vídeojuegos o del cine de acción".

"De la mezquita a la habitación"

Internet es el principal ámbito en el que este fenómeno está teniendo lugar. Otros mandos consultados por EL ESPAÑOL hablan de una suerte de migración de las técnicas de adoctrinamiento de los espacios públicos a la intimidad y la soledad de los hogares de cada adolescente.

El entorno virtual tiene una importancia ineludible en este fenómeno, ya que es el espacio donde centran sus esfuerzos, cada vez más, las organizaciones terroristas. "Para los nativos digitales, no hace falta ya desplazarse y conocer gente. Lo que antes sucedía en las mezquitas ahora ocurre en una habitación", señalan.

Esos centros religiosos, años atrás, eran el lugar escogido por los radicales para conseguir adeptos a su causa. Ese espacio de reunión ahora se ha trasladado simplemente a la pantalla de los teléfonos móviles y a las redes sociales. Y tiene como gran aliado al algoritmo que reenvía contenidos personalizados a miles de usuarios en toda España. "Daesh y Al Qaeda", advierten los investigadores, "han visto aquí un filón". 

El pasado mes de enero, la Comisaría General de Información (CGI) de la Policía Nacional detuvo en Montellano, Sevilla, a un menor sirio que había comprado explosivos y planeaba atentar en la capital andaluza. "Mártir, si Dios quiere", escribió en uno de sus chats. Había comprado los materiales necesarios para fabricar el potente explosivo conocido como Madre de Satán.

Hace tan solo unos días la CGI detenía también a un menor de edad y otra persona ya adulta en una operación antiyihadista. A principios de julio la Guardia Civil arrestó a un grupo de jóvenes en distintas ciudades por autoadoctrinamiento yihadista.

Hay más. El pasado 25 de julio Mohamed M. fue arrestado tras una compleja investigación del Servicio de Información de la Guardia Civil (SIGC) con el FBI en la que desarticularon el mayor aparato de propaganda no oficial de Daesh en internet. Fue apresado en su casa de Málaga.

Según los agentes del SIGC, el detenido era "de máxima peligrosidad" y se dedicaba a difundir a los jóvenes a través de sus 16 cuentas en TikTok los postulados más radicales del Islam y a enaltecer la actividad de los grupos terroristas de Estado Islámico y Al Qaeda.

Antes, en diciembre de 2023, la Policía detuvo a nueve personas en Melilla por conformar un grupo dedicado a adoctrinar a jóvenes de la ciudad en el "odio a Occidente" y en la "yihad violenta". A principios de ese mismo mes, caía un profesor de árabe en Madrid que captaba a sus alumnos para Daesh.

Tal y como explica la Estrategia Nacional Contra el Terrorismo 2023, la propaganda terrorista y extremista está en constante evolución, adaptándose a las nuevas tecnologías y metodologías con el objetivo de acceder "a un público más amplio, joven y vulnerable". Quizá por eso los investigadores se encuentran con operaciones como la de noviembre de 2023, cuando la Guardia Civil detenía a dos menores por difundir propaganda de Daesh en videojuegos online.

En agosto del año pasado se producía una operación singular sobre este particular. El Servicio de Información de la Guardia Civil (JIGC) desmanteló la mayor estructura yihadista de captación de menores de edad detectada en España.

En los canales privados que habían creado en redes sociales instaban a los jóvenes a llevar a cabo "acciones de martirio" (ataques que incluyen suicidio). En algunos grupos llegaban a juntarse hasta 50 personas, y todos ellos se mostraban receptivos con las consignas que los adoctrinadores aportaban. Alguno, como se constató tras las detenciones, ya había interiorizado el mensaje radical. 

Todo tipo de perfiles

Esta y otras recientes operaciones revelan que las grandes organizaciones yihadistas están centrando sus esfuerzos en atraer a menores de edad para su causa en territorio nacional. Y esta novedad preocupa a los especialistas del Ministerio del Interior.

Un conocido videojuego modificado por DAESH en estos últimos años.

Un conocido videojuego modificado por DAESH en estos últimos años. Vandal

Los investigadores han constatado que organizaciones como Daesh o Al Qaeda pretenden instrumentalizar a adolescentes para aumentar la tensión en Occidente e incluso provocar algún atentado terrorista. Y esa nueva estrategia de captación de adeptos a la causa yihadista la llevan a cabo en la red, vía online. Un espacio en el que las nuevas generaciones invierten un importante número de horas al día. 

Según comprueban los investigadores consultados por EL ESPAÑOL, no hay un perfil tipo concreto de adolescentes para captar. Se han detectado menores radicalizados pertenecientes a distintos orígenes sociales. Por ejemplo, españoles conversos, menores de segunda y tercera generación criados y nacidos en España, y también por supuesto menores inmigrantes recién llegados a territorio nacional.

Del mismo modo que existe un nicho de menores de edad susceptibles de que les impresionen los retos absurdos que se difunden en internet, también existe un nicho de menores preparados para dejarse impresionar con la propaganda que les sirven las organizaciones terroristas: videojuegos online, vídeos de victimización, fake news, imágenes de terroristas suicidas descritos como mártires glorificados.

Según denuncian los expertos, la narrativa yihadista en 2024 se construye, en buena medida, desde la falsa seguridad del anonimato de las redes sociales. Esto influencia a los jóvenes y les prepara para la realizar algún tipo de acción violenta.

Historia de la yihad

La captación de jóvenes está en las raíces de los movimientos yihadistas en las últimas décadas. Ya en su origen se fijaban en ese espectro de la población. Abdullah Yusuf Azzam, que era conocido por las fuerzas antiterroristas occidentales como El Padre de la Yihad Mundial, hizo hace décadas en Afganistán un llamamiento a que los menores se sumasen a las filas de Al Qaeda.

El manual de entrenamiento de esta organización terrorista hace referencia expresamente a la importancia de admitir a menores de 15 años en sus filas. El propio Osama Bin Laden llegó a decir en alguna ocasión que desde esa edad es cuando una persona reúne las mejores condiciones para la yihad y el sacrificio. Incluso hay constancia de que en 2014 Daesh promoviera el alistamiento de niños soldados.

Una joven detenida en una operación reciente.

Una joven detenida en una operación reciente. Policía Nacional

Hace dos años, la Policía Nacional descubría cómo la célula islamista dirigida por el imán de la Mezquita Blanca de Melilla buscaba, a toda costa, inculcar a los niños de su entorno las ideas de la yihad. Por eso, organizaban excursiones, viajes, reuniones y homilías. Por eso, les hacían regalos, les reunían en los alrededores de la mezquita y les obligaban a aprenderse cánticos de alabanza a terroristas.

Amín Harchaouin era líder de una organización de 11 personas. Todas ellas fueron detenidas por la Policía Nacional. Exigía a quienes escuchaban sus sermones que transmitieran el ideario más radical del salafismo a los menores. Consumir propaganda yihadista e infundir esos valores, decía, debería ser para ellos lo normal: "Estos son los dibujos animados que tenemos que poner a nuestros hijos".

La captación de los menores, según están comprobando las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, viene influenciada por las circunstancias personales del menor, principalmente de carácter extrafamiliar. Los principales factores en ese sentido son la falta de acogida en su entorno, la falta de comunicación por problemas con el idioma, el sentimiento de exclusión y la búsqueda de identidad. Aunque también puede ocurrir, recuerdan desde Interior, que la propia familia sea generadora de radicalización. Algo que ha ocurrido en no pocas ocasiones.

Los especialistas de Interior creen que este incremento a lo largo del último año viene por un lado después de que el grupo terrorista Hamás instara el pasado octubre a practicar la "yihad global", como parte de su guerra no sólo contra Israel, sino contra Occidente. Dicho llamamiento, de hecho, previno a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad de varios países europeos; entre ellos, España, que reforzó su alerta. Los expertos en la lucha antiterrorista comprobaron que algunos de los perfiles que suelen monitorizar se radicalizaron a raíz de la situación en Oriente Próximo.

A este factor es preciso sumar los avances tecnológicos y las redes sociales, mayormente utilizadas por jóvenes y adolescentes. Esas plataformas, junto a otras como la dark web, facilitan el anonimato en internet, algo fundamental para estos individuos radicalizados. Por eso los especialistas en la materia consideran que queda mucho trabajo por hacer.