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La violación de una menor inmigrante, por parte del patrón de la patera en la que llegó esta semana a Formentera, ha vuelto a poner sobre la mesa la dura realidad de las Islas Baleares, donde la presión migratoria no deja de empeorar. Este 2024 ha alcanzado, con mucha diferencia, la peor cifra de la historia en cuanto a llegadas al archipiélago.

Lo ocurrido hace una semana es para muchos, en la Guardia Civil, la gota que colma el vaso de la indignación en las Islas. La joven denunció los hechos nada más alcanzar la playa con la patera en la que había cruzado el Mediterráneo. Señaló al capitán de la embarcación ilegal y a otra persona más como los que la habían agredido sexualmente durante la travesía.

Según explican a EL ESPAÑOL fuentes de la Guardia Civil en Baleares, la joven contó cómo la violaron en dos ocasiones durante el viaje. Cuarenta y ocho horas duró el trayecto desde Argelia. Poco después de zarpar, comenzaron a llamarla "puta" y a meterle la cabeza en el agua.

Según las mismas fuentes, la joven fue inmovilizada y agredida sexualmente delante del resto de los 16 pasajeros del cayuco, sin que nadie hiciera nada por socorrerla. Por el contrario, algunos de ellos continuaron humillándola durante la violación, arrojándole agua del mar a la cara.

Es un episodio más de los centenares que se están viviendo en el último año en Baleares. La presión migratoria se ha duplicado allí en los 12 meses de 2024. Según datos de la Guardia Civil a los que ha accedido EL ESPAÑOL, en los últimos seis años se ha pasado de una mínima afluencia de embarcaciones ilegales a un flujo constante que algunas de las islas no pueden asumir.

En 2018 llegaron apenas 200 inmigrantes. El año siguiente, más del doble: fueron 507. El año 2020, el de la pandemia, marcó un antes y un después al multiplicarse por tres, hasta alcanzar los 1.464 inmigrantes. En 2021 ya eran 2.402, y en 2022, 2637 inmigrantes alcanzaron las costas de Baleares en 176 pateras. En 2023 se mantuvo la tendencia con 2.278.

Sin embargo, el cambio drástico en el tráfico de las mafias irregulares se ha producido este 2024. Hasta el momento, son 5.569 los inmigrantes los que han alcanzado las Islas. Y lo han hecho en 333 pateras.

Como se puede comprobar, se trata de una tendencia de crecimiento casi exponencial a lo largo del último lustro. Ese incremento va acorde con el aumento general en la llegada de pateras e inmigrantes africanos a España, principalmente a las Islas Canarias. Este año ha sido, en todos los sentidos, el peor de la historia en cuanto a inmigración irregular en el archipiélago atlántico.

En total, más de 40.000 migrantes han llegado a Canarias en situación administrativa irregular desde enero. Las cifras son las más elevadas del registro elaborado por el Ministerio de Interior, y aún queda un mes para finalizar el año. 

El problema de Formentera

De esa amplia perspectiva es preciso descender a un lugar de Baleares, el que más está sufriendo este fenómeno a lo largo del año: Formentera. Es la isla habitada más pequeña de las Baleares (83,2 km2) con una extensión de costa de 69 kilómetros. Se trata también del lugar en el que se está concentrando la mitad de las llegadas de inmigrantes a todo Baleares. Algo que los agentes de la Guardia Civil que trabajan allí contemplan como una situación inasumible.

Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado no dan abasto para responder a este volumen de llegadas en la isla situada más al sur del archipiélago balear. "En Formentera solo tenemos un puesto ordinario de la Guardia Civil", señala a EL ESPAÑOL un mando de las islas. Apenas una treintena de agentes, distribuidos en distintos turnos.

Una plantilla que resulta insuficiente para atender las necesidades provocadas por la inmigración ilegal. 

Una patera llegando a las costas baleares

El problema de las pateras en toda Baleares está provocando, señalan otros agentes, que los compañeros que están de servicio tengan que reorientar su área de trabajo en materia de seguridad ciudadana con el fin de atender a los inmigrantes que llegan a las playas.

Tanto que, en ocasiones, se está convirtiendo en algo frecuente el envío de refuerzos de apoyo a Formentera desde otras islas como Ibiza para gestionar la llegada de las embarcaciones que viajan desde Argelia hasta Baleares.

Insularidad digna

Baleares es uno de los destinos menos apetecibles para los agentes del Instituto armado, en buena medida debido al elevado precio de la vivienda. "He tenido compañeros viviendo en caravanas y furgonetas por lo caro que es aquí el alquiler", señala un agente de las islas.

Desde la Asociación Española de Guardias Civiles (AEGC) llevan años peleando para que las condiciones cambien. Incluso tienen una plataforma para la Insularidad Digna que agrupa a 21 organizaciones sindicales de empleados de la Administración General del Estado.

"No estamos preparados para la gestión de la llegada masiva de inmigrantes. Además, los precios de la vivienda y la ausencia de compensación económica a quienes se vienen a trabajar aquí repercuten negativamente en el servicio que le proporcionamos al ciudadano", señala a EL ESPAÑOL Iván Fidalgo, uno de los representantes de AEGC en las islas.

El pasado mes de septiembre llegó a Ibiza no ya una patera, sino un barco pesquero con 101 inmigrantes. Era una embarcación de unos 20 metros de eslora que llevaba a bordo la mayor cantidad de personas arribadas en una sola barca a la provincia.