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La bala encontrada dentro de uno de los módulos del presidio tras el tiroteo.
Una banda de narcos tirotea la cárcel de Ceuta con fusiles de asalto para intimidar a un preso de un clan rival
Las autoridades investigan quién lanzó durante dos noches ráfagas de disparos con un AK-47 al exterior del presidio. En un módulo se encontró una bala.
Más información: 'El Pastilla', el sicario que se fugó de Alcalá Meco tras indicarle la Guardia Civil "la salida reglamentaria".
Una banda de narcos lanzó la semana pasada varias ráfagas de disparos contra la cárcel de Ceuta, desde el exterior, utilizando fusiles de asalto. Al menos una de las balas disparadas por las armas automáticas acabó dentro módulo ocho de la prisión, con el riesgo que ello conlleva para los reos y los funcionarios.
El episodio lo confirman a EL ESPAÑOL fuentes policiales conocedoras de los hechos en la ciudad. Por fortuna, no hubo que lamentar heridos, aunque la sensación de inseguridad ha vuelto a incrementarse en el centro.
Según esas mismas fuentes, los hechos tuvieron lugar hace apenas siete días, en dos noches diferentes, cuando todo el mundo dormía. También ocurrió en otra ocasión al mediodía, a las tres y media de la tarde, a la hora en que los presos están descansando.
Siempre según esas fuentes, se produjeron seis ráfagas de cinco tiros en cada una de ellas, lo que sugiere que se produjeron con un arma automática. Al comprobar los casquillos, todo a punta a que el tiroteo se perpetró con un fusil de asalto AK-47.
Ahora se está investigando la procedencia de los disparos para comprobar si se produjeron desde la barriada del Príncipe, epicentro del narcotráfico ceutí, o desde las montañas de los alrededores hacia la penitenciaría.
Las primeras pesquisas apuntan a que el origen del tiroteo podría ser la llegada a la prisión de un miembro del clan de Los Tayenas, la banda a la que pertenecía Yusef El Pastilla, el joven sicario que hace poco más de un año logró fugarse por la puerta principal de la cárcel de Alcalá Meco.
El miembro del clan de los Tayenas llegó al módulo de ingresos pocos días antes de que se produjeran los tiroteos. Una de las hipótesis que manejan los investigadores es que hayan sido Los Piolines, su principal adversario en el ecosistema del crimen organizado ceutí, quienes lanzaron las ráfagas de disparos desde el exterior.
Las autoridades continúan su investigación sobre este suceso. Mientras tanto, desde el Ministerio del Interior todavía no se ha tomado ninguna medida de seguridad en referencia a los reclusos, como trasladarles a otro módulo menos expuesto a esta clase de amenazas desde la calle.
Los Piolines y Los Tayenas son las dos principales organizaciones criminales que operan en Ceuta en los barrios de El Príncipe y Los Rosales, según las investigaciones policiales. Ambas bandas pugnan por el control del narcotráfico en la ciudad. Esa batalla por liderar el tráfico de hachís ha provocado numerosos altercados con armas de fuego desde hace unos años.
Amenazas y drones
La prisión ceutí ha sido en los últimos años el escenario de polémicos y peligrosos episodios. Agresiones a funcionarios, trabajadores heridos con armas punzantes confeccionadas con los plásticos de las ventanas de las celdas, intentos de suicidio, intentos de apuñalamiento... Son solo algunos de los sucesos que se han registrado en los últimos años en su interior.
En esa prisión se han vivido también otros acontecimientos relacionados con el mundo del tráfico de estupefacientes y con el crimen organizado. Hace poco menos de un año, la titular del Juzgado de Instrucción de guardia de Ceuta ordenaba el ingreso en prisión provisional de un hombre después de que intimidase con un arma simulada a un funcionario de prisiones al que conocía de anteriores estancias entre rejas.
El ya liberado recluso se acercó a él cuando esperaba el autobús para ir a su puesto de trabajo en la cárcel de Loma Mendizábal. La jueza le atribuyó un presunto delito de amenazas graves. Sería condenado meses más tarde.
Otro de esos fenómenos tiene que ver con el uso de drones para introducir droga en la prisión. Por eso, en el año 2022 Instituciones Penitenciarias puso en marcha un sistema de inhibición de drones para blindar sus centros. Ceuta se convirtió en uno de los puntos prioritarios, al ser una de las cárceles más afectadas por estas intrusiones. Es la única, de hecho, que cuenta con el apoyo de una unidad antidrones de la Guardia Civil.
La complicada realidad de las cárceles españolas es que los episodios violentos se han multiplicado en los últimos años. De hecho, en 2023 se registró la peor cifra de la historia en relación con las agresiones a los trabajadores del sistema penitenciario. Es el último dato disponible. Los funcionarios de las cárceles españolas tuvieron ese año los 12 meses más complicados de siempre, al ser víctimas de 508 agresiones por parte de reclusos en prisiones de toda España.
Nunca su seguridad se vio tan comprometida. Si la cifra del año 2022 ya superaba con creces todos los registros (453 agresiones) los datos de la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias a los que ha podido acceder en exclusiva EL ESPAÑOL sobre este último año rompen ya la barrera del medio millar de incidentes de todo tipo de gravedad. Previsiblemente, los datos de 2024 se mantendrán en un nivel similar.